Putin ya ganó la guerra, pero los gringos desesperados son nuclearmente peligrosos

Lo que Putin planteó públicamente como objetivos de la operación militar especial en Ucrania fue: desmilitarizar Ucrania, derrotar al movimiento nacional fascista y apoyar la independencia del Donbás.

En un poco más de 2 meses, existen hechos militares que reflejan el cumplimiento de los objetivos de la operación especial; como puede documentarse en los informes continuos, del ministerio de defensa ruso. El último resumen indica que, las fuerzas armadas rusas destruyeron 16 aeródromos, 2,807 tanques, 1,279 cañones de artillería, 287 sistemas de defensa aérea, 327 lanzacohetes múltiples, 146 aviones, 2,609 unidades vehiculares militares, 706 drones, 112 helicópteros y 8 barcos. Las bajas ucranianas sobrepasan los 50 mil entre caídos en combate, heridos y prisioneros de guerra. Y las fuerzas armadas rusas junto a los combatientes del Dombás controlan el Sur-Este de Ucrania y en muchas ciudades de esa región ya usan el internet ruso y el rublo. Mientras en el Kremlin hablan de que la economía rusa, aún con todas las sanciones y el bloqueo se mantiene estable.

Por su parte Washington, ha gastado en armas y ayuda económica a Ucrania 30,000 millones de dólares y Europa 7 mil millones de euros en los mismos rubros y el FMI y el BM han prestado a Ucrania 30, 000 millones de dólares y todos juntos están aplicando lotes de sanciones que llegan ya a 8,000, con sus efectos de rebote. Y en occidente y particularmente en Estados Unidos y Europa los costes de la gasolina, el gas, la electricidad y los alimentos se han disparado. A tal grado que las cumbres de los europeos giran en torno a cómo enfrentar la crisis.

Sin embargo, la porta voz de la Casa Blanca Jen Psaki aseguró este miércoles, según infobae, que "Los rusos ya han perdido. No han tomado el control de Ucrania. El presidente Putin no va a desfilar por las calles de Kiev, no va a poseer la integridad territorial y la soberanía de este país y no ha dividido la OTAN"…"los ucranianos van a definir en la mesa de negociaciones lo que consideran un éxito en el campo de batalla"

Estas apreciaciones Psaki coinciden con las evaluaciones que hacía Josep Borrel hace unos días. Los rusos pierden la guerra porque no han logrado realizar, los supuestos militares a los que ellos (Washington y Europa) aspiran.

Putin fue claro el 24 de febrero de 2022, cuando anunció el inicio de la Operación militar especial de desmilitarización de Ucrania, derrota del nacional fascismo y apoyo a las repúblicas del Donbás.

Que los objetivos de Putin, se cumplen en el campo de batalla, y la estabilidad económica se logra conservar en Rusia, ha significado para Washington, sus aliados y la OTAN, otra derrota estratégica. Pues a pesar de todo, el Kremlin no se ha desviado de su rumbo.

Quienes han ido agotando las fases de injerencia sobre Ucrania han sido los occidentales, como se constata en los siguientes hechos.

Los robos y el bloqueo financiero, la descomunal cantidad de sanciones y están preparando otro lote de las mismas, contra Rusia. Los gastos billonarios en el suministro (venta) de armas a Ucrania. El entrenamiento de decenas de miles de militares, de fascistas por Canadá y de militares ucranianos por Estados Unidos y Reino Unido. Estas acciones los lleva a pensar que han tenido éxito en el terreno militar. Y que están llevando a Ucrania a una posición ventajosa para las negociaciones con Rusia.

Decir que Rusia ya perdió la guerra, cuando en el campo de batalla sucede lo contrario, es tergiversar la realidad con el objetivo de confundir a quien quiera estar mal informado. Psaki y Borrel confunden conscientemente los objetivos estratégicos de Washington y la OTAN con los objetivos militares planteados por Putin, con la intención de mostrar que Moscú ya cambió el rumbo propuesto desde el inicio de la operación militar, porque está debilitada.

Pero es bien claro, para un buen observador, que las cosas han ido por otro rumbo, cuando a las relaciones entre Washington y la OTAN se refiere. La escasez de armas, el bajo apoyo financiero de los gobiernos miembros, la poca cohesión militar entre gobiernos y la OTAN, era el problema que pretendía resolver Trump y en esta ocasión les tocó que apresurar Biden y el Pentágono, que desplazaron al actual secretario general de la OTAN Jens Stotelnberg, para conducir ellos la organización militar europea. Pero, ese no es problema de Putin ni del Kremlin.

El problema es que Washington sabe que en la realidad van perdiendo la guerra y que no están en ventaja para negociar con Putin. Eso es lo peligroso, como expresara Oliver Stone que Washington podría usar armas nucleares en Donbás e inculpar a los rusos. Después, le costaría a Rusia levantarse de ese golpe.

Para entonces, Norteamérica ya estaría en ventaja para negociar.


 



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Memo Fernández


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