El 16 de febrero de 2004 llegó un grupo de sindicalistas
extranjeros a Port-au-Prince, Haití, entre ellos el secretario general de la
ORIT, Víctor Baez, la Secretaria General Adjunta de la CIOSL, Mamounata Cissé,
y dirigentes sindicales de Francia, Canadá, Guyana y una federación sindical
global. El propósito de la delegación era auxiliar a 11 miembros de la
Coordination Syndicale Haïtienne (CSH), acusados por las autoridades haitianos
de conspirar contra el gobierno. La delegación laboral recibió cobertura
internacional en los medios de prensa, tal como explica Katia Gil, coordinadora
general de programas de la ORIT: "Fuimos a visitarlos a la cárcel. Fuimos
con muchos periódicos y agencias de prensa locales e internacionales." [1]
Apenas 13 días después de su llegada, el 29 de febrero, el gobierno popular del
movimiento Lavalás fue derrocado y su presidente, Jean-Bertrand Aristide, fue
exiliado a África. Pronto fue instalado un gobierno interino, de la burguesía
haitiana, apoyado por los Estados Unidos, Francia y Canadá.
"Después
del golpe de estado, más de 12,000 empleados públicos, contratados bajo el
gobierno de Aristide, fueron inmediatamente despedidos sin remuneración,"
escribió Isabel MacDonald, una periodista canadiense al entrevistar a
trabajadores cesantes en Haití. [2] La Associated Press informó el 12 de mayo
de 2004 que la empresa estatal telefónica, Telecommunications D'Haiti (TELECO),
había anunciado su intención de despedir a 2.000 trabajadores, la mitad de su
fuerza laboral.
En
mayo de 2004, una investigación de una delegación sindical-ecuménica enviada
por el Consejo Laboral de San Francisco informó de una caza de brujas contra
los simpatizantes del gobierno derribado y denuncias de la Federación de
Trabajadores de Transporte de Haití (FTPH)
sobre atentados contra más de 100 de los autobuses que habían comprado para su
uso en la cooperativa de transporte que manejaba el sindicato. [3] Sasha
Kramer, estudiante de posgraduado de California, tomó fotos de los autobuses
destrozados. Hubo amenazas de muerte e inclusión en listas policíacas de
"prófugos" contra los empleados públicos y sindicalistas tales como
los maestros, estibadores y chóferes de autobuses a lo largo del país. Con un
número desconocido de asesinados y presos políticos del golpe y de los 26 meses
posteriores de gobierno no elegido, varias organizaciones de derechos humanos
denunciaron la violencia y persecución oficialista (marzo 2004-mayo 2006).
En
las semanas antes del golpe, las empresas y organizaciones antigubernamentales
convocaron un "paro general," durante el cual los bancos,
gasolineras, supermercados y tiendas cerraron las puertas mientras los mercados
de los pobres se mantuvieron abiertos. [4] En una entrevista reciente, Duclos
Benissoit, fundador de la Federación Haitiana de Transporte actualmente
exiliado in Nueva York, habló de sus experiencias durante el golpe de 2004:
"Las personas que se arriesgan, los que oponen resistencia, cayeron
primero. Yo fui una de esas personas. Yo me opuse a cualquier tipo de 'huelga'
que convocara la patronal. A menos que los trabajadores la convocaran, les dije
a los compradores que no hicieran caso a otras 'huelgas.' [A las grandes
empresas y fuerzas nacionales] no les gustó esto." [5] La delegación de la
CIOSL en febrero de 2004, justo antes del derrocamiento de Aristide,
"visitó a muchas personas pero sólo aquellas que estaban involucradas con
la oposición al gobierno, por supuesto," explica Katia Gil.
La
Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), que
afirma tener 157 millones de afiliados en 148 países y territorios, desempeña
un papel importante en la investigación y denuncia de los maltratos laborales
en todo el mundo; pero durante los dos años después del golpe de estado, la
CIOSL no ha hecho una sola declaración o denuncia respecto a las masivas
persecuciones laborales. La Organización Regional Interamericana de
Trabajadores (ORIT), el afiliado latinoamericano de la CIOSL con sede en
Brasil, también guardó silencio.
La
CSH, la "organización fraterna de la CIOSL/ORIT en Haití" según
Víctor Baez, [6] fue miembro del Grupo de 184 y dio su respaldo a la
instalación del gobierno interino. Esta organización está compuesta
principalmente por sindicatos y organizaciones laborales opuestos a Lavalás, tales
como la Fédération des Ouvriers Syndiqués (FOS), anteriormente avalada por
Duvalier y financiado por el gobierno estadounidense. El secretario general de
la CSH, Fritz Charles, explica, "Nos unimos al Grupo de 184 porque es una
organización amplia de la sociedad civil que predica un pacto social en el cual
queremos desempeñar un papel, donde también queremos apoyar los reclamos
presentes en nuestra agenda sindical, ratificada por nuestra asamblea
general." [7] El Grupo de 184, una organización haitiana de ONG,
empresarios y grupos de derechos humanos financiados por intereses extranjeros,
fue la organización de la sociedad civil que agitó por el derrocamiento del
gobierno elegido. Su dirigente fue André Apaid hijo, notorio dueño de fábricas
explotadoras de los trabajadores. [8] Los Estados Unidos, la Unión Europea y
Canadá enviaron dinero, dedicado al "fomento de la democracia," casi
exclusivamente a los grupos y organizaciones contrarios al gobierno elegido de
Haití. En algunos casos, se usó para construir activamente una oposición
política tal como los grupos que componían el Grupo de 184. En otros,
sencillamente apoyaba y financiaba a los sectores y dirigentes que criticaban
fuertemente al gobierno. Fabiola Cordove, una funcionaria de la Fundación Nacional
para la Democracia (NED) en Washington, DC que patrocina a varios grupos de
oposición, explica, "Aristide realmente tenía el 70% del apoyo popular y
por otro lado los otros 120 partidos tenían el 30%, partido en ciento veinte
formas diferentes, con que es esencialmente imposible de competir.
[9]
A la vez que los gobiernos e instituciones financieras extranjeras favorecían a
la oposición burguesa, los medios locales e internacionales hacían lo mismo.
Los medios haitianos, propiedad de la burguesía opositora, replicaron la
manipulación que emplearon los medios durante el golpe frustrado en Venezuela
de 2002. Se negaron a informar sobre las manifestaciones pro-Aristide pero
dedicaron largos períodos de tiempo a las marchas mucho más pequeñas de la
oposición, que desfilaron por las calles siguiendo a "elegantes
motocicletas BMW y enormes vehículos deportivos Mercedes Benz," según un
testigo.
[10]
Ya para principios de 2004, el gobierno haitiano había sido debilitado y sus
Fritz
Charles explica que la CSH recibía dinero, apoyo técnico y ordenadores de la
ORIT y la Organización Internacional del Trabajo, (OIT), la cual, aunque
pareciera ser una organización laboral, es en realidad una instancia tripartita
de la ONU que agrupa a organizaciones sindicales y patronales y gobiernos. [11]
Según la coordinadora de la ORIT, Katia Gil, "Desde 2000, hemos tenido el
apoyo de fondos de solidaridad internacional de la CIOSL para ayudar con un
programa de formación sindical, organizando a los trabajadores en Haití.
Ayudamos a construir la CSH, y suministramos parte del apoyo para la
infraestructura para crear un lugar donde los trabajadores haitianos [la CSH]
pudieran planear y manejar su propio proceso." [12] La CIOSL sigue
suministrando una cantidad secreta de financiamiento para los programas de la
CSH.
Charles
también se refiere al financiamiento por la OIT de seis seminarios para la CSH,
conducidos por André Lafontant Joseph (secretario-general del sindicato de maestros
de escuelas privadas, la CNEH). [13] Lafontant fue el autor de una
investigación importante financiada por la OIT sobre el movimiento laboral
haitiano [14] y su sindicato, la Confédération Nationale des Educateurs d'Haiti
(CNEH) protagonizó los esfuerzos después del golpe para afectar a los maestros
de escuelas públicas en el norte de Haití.
[15]
Según la investigación de Lafontant, titulada, "Le Mouvement Syndical
Haitien," la ORIT, entre otros grupos, "alentó a más de
aproximadamente quince organizaciones para que formaran la Coordination
Syndicale Haïtienne (CSH)."
[16]
Ana Jiménez, empleada de la oficina de la OIT en San José, dice que la OIT ha
provisto "cooperación técnica....un programa que tiene como objetivo
fortalecer el movimiento sindical haitiano, en particular la Coordination
Syndicale Haïtienne (CSH). Este programa se financia dentro del presupuesto
ordinario de la Oficina.el cual no pasa de los $US 70.000." [17] La OIT
actualmente tiene dos proyectos más en Haití, un proyecto en Gonaives que vale
US $413.000 (parcialmente financiado por el Programa de Desarrollo de la ONU) y
un proyecto financiado por el gobierno de Canadá que se desempeña en el medio
de la explotación del trabajo infantil con un presupuesto de US $382.374. [18] La
AFL-CIO trabaja de cerca con la OIT, según Harry G. Kamberis, asesor
experimentado del Centro de Solidaridad de la AFL-CIO: "Mediante nuestros
representantes en la OIT nosotros también apoyábamos lo que trataba de hacer la
OIT."
[19]
Kevin Skerrett, investigador para el Sindicato Canadiense de Empleados Públicos
(CUPE) quien visitó Haití como delegado laboral, argumenta, "No hay muchas
pruebas para sugerir que la CSH verdaderamente funcione en lo más mínimo como
sindicato. No he visto ningún informe de que hayan participado en la
negociación de contratos, ni que tengan reuniones democráticas de sindicatos
afiliados para adoptar sus políticas democráticamente. Varios de los
sindicalistas con que yo hablé en Haití y entre los exiliados de la diáspora después
del golpe han sugerido que la CSH apenas se formó al final de la década de 1990
y con la participación importante de agencias estadounidenses y extranjeras.
Aunque siguió funcionando como un tipo de grupo de 'abogacía' a favor de los
trabajadores haitianos, no está claro de que pasaran de ser nada más que un
número pequeño de personas que formaron parte de la oposición política a los
gobiernos de Preval y luego de
Aristide." [20] Basta decir: dirigido por Fritz
Charles, la CSH se volvió la base principal para reclutar a dirigentes
laborales al programa del Grupo de 184.
[21]
Al mismo tiempo, en Canadá, aunque el Congreso Laboral Canadiense (CLC)
denunció el papel de Canadá en legitimar el golpe de estado de 2004 contra el
gobierno democráticamente elegido, ha dejado de investigar los despidos masivos
y persecución de los trabajadores públicos en Haití - igual a sus homólogos. En
una declaración de abril de 2004 del CLC, el grupo se comprometió a
"monitorear" la situación de los derechos humanos y laborales en los
meses venideros en Haití, algo que nunca hizo.
[22]
Desde Bruselas la CIOSL desempeñó un papel destacado en circular informes y
boletines dentro del movimiento laboral europeo - y hasta cierto grado el
movimiento laboral norteamericano a través de la OIT, los cuales, aunque
informaban sobre algunas vulneraciones laborales reales, también hacían
acusaciones infundadas. Por ejemplo, atribuyeron al gobierno de Aristide la
responsabilidad por las muertes en 2002 de dos militantes laborales en el área
rural de Guacimal, cerca del pueblo de St. Raphael; asesinatos realizados por
empleados de un terrateniente local, no por "partidarios del
gobierno," tal como sostuvo un opositor a Aristide. [23] Demostrando el
"efecto eco" de tales acusaciones, un empleado del Centro de
Solidaridad de la AFL-CIO recién hizo la declaración infundada de que
"Aristide voló sobre Guacimal en un helicóptero, disparando contra los
trabajadores."
[24] Aunque
las condiciones de trabajo permanecieron muy malas y persistió la corrupción;
en medio de la desestabilización extranjera el gobierno de Aristide tomó
algunas medidas para ayudar a los trabajadores. Se aumentó el salario mínimo de
36 gourdes a 70 gourdes al día a principios de 2003, se negoció exitosamente el
derecho de organizarse en la zona franca, se anuló una disposición del código
laboral que permitía el trabajo doméstico de niños, y se aprobó una ley que
sanciona el tráfico humano. Se formó una unidad policial de 20 efectivos para
vigilar los casos de tráfico humano en la frontera, mientras que se tomaron
medidas para fomentar el acceso a la educación, ofreciendo un subsidio del 70%
para costear los artículos escolares y haciendo un llamado a las familias que
empleaban a los niños para que los dejaran ir a la escuela. En el segundo
mandato de Aristide (2000-2004) también se negó a privatizar las industrias del
sector público, tal como pedía el FMI. Después del golpe de estado se
suspendieron muchas de las reformas laborales y muchos patrones volvieron al
salario mínimo antiguo.
La
OIT, CIOSL y ORIT no fueron las únicas organizaciones laborales que apoyaron a
la oposición al gobierno de Aristide e hicieron caso omiso de la persecución de
los trabajadores del sector público después de su derrocamiento. El 1 de marzo
de 2004, la AFL-CIO publicó su única declaración acerca del aplazamiento de la
democracia en Haití, diciendo que la "actual crisis en Haití representa un
fracaso de la política exterior estadounidense." [25] Pocas semanas
después, la AFL-CIO y su instancia en el Departamento de Estado, el Centro de
Solidaridad, entablaron conversaciones con la Batay Ouvriye (BO), una
organización laboral anti-Aristide que había exigido que el gobierno
"saliera del país."
[26]
Para mediados de 2005 el gobierno de Bush había concedido dos subvenciones al
Centro de Solidaridad para su programa con la BO. La primera, de US $350.000,
se otorgó al Centro de Solidaridad en mayo de
[28]
Un requerimiento de las subvenciones es que el Centro de Solidaridad presente
informes trimestrales a las agencias financieras, la NED y el Departamento de
Estado. Explica Casertano, "Escribimos una propuesta que se presentó. Un
formato muy reglamentario con los objetivos, actividades y procedimientos de
evaluación. Conque hubo un acuerdo de subvención basado en eso, el Departamento
de Estado desembolsó los fondos para esas actividades programadas... La
subvención específica tiene un requerimiento de presentar informes
trimestrales. Luego escribimos eso y lo presentamos como informe
trimestral." En este programa en particular con la Batay Ouvriye (BO), el
Departamento de Estado pidió que se prolongara el programa, tal como explica
Casertano, "Sí nos pidieron que lo prolongáramos de un año a 18 meses con
la misma suma de financiamiento, y aceptamos."
Kamberis
delinea más la colaboración entre el gobierno y el Centro de Solidaridad de la
AFL-CIO. "Cada año el Departamento de Estado presenta una conferencia para
funcionarios laborales y nos invita para que demos una ponencia, y también
cuando realizan programas de formación de funcionarios laborales nos mandan a
los funcionarios para que hablen con nosotros. Elaboramos
nuestros propios programas y los manejamos. Pero hablamos con el Departamento
de Estado. Intercambiamos información y les ayudamos con información para sus
informes anuales sobre los derechos humanos y laborales."
Kamberis
argumenta que hay una diferencia hoy entre las actividades del Centro de
Solidaridad y sus antecesores anticomunistas. "Desde el fin de la guerra
fría el movimiento sindical mundial se ha vuelto menos ideológico. Lo que se ve
en Haití (el apoyo dado a las organizaciones laborales de oposición) no es más
que una casualidad... Estamos apoyando los esfuerzos de los trabajadores por
organizarse. Por ejemplo, con el Banco Mundial trabajamos para construir
condicionalidades de derechos laborales y eso es lo que hemos logrado en Haití
para ayudar a los trabajadores. Yo diría que trabajar con la Batay Ouvriye sí
ayuda a promover los intereses estratégicos estadounidenses, porque ayuda a
promover la libertad de afiliación en Haití y eso es un objetivo del gobierno estadounidense,
permitir que los trabajadores se afilien libremente." Con respecto al
antecesor del Centro de Solidaridad, AIFLD, y su apoyo a los sindicatos
controlados por la policía secreta de Duvalier en la década de 1980, Kamberis
dice, "Tuvimos programas bajo el gobierno de Duvalier que abordaban la
misma cosa: la explotación de los trabajadores sin importar que fueran o no
fueran pro- o anti-Duvalier. Para nosotros eso no era lo que importaba."
[29]
Aunque los Estados Unidos, Canadá y Francia desempeñaron papeles esenciales en
el derrocamiento del gobierno de Aristide, aquellos que tenían lazos estrechos
con Haití - CARICOM y la Unión Africana - se negaron a reconocer al gobierno
interino que lo reemplazó y sindicatos tales como el Oilfield Workers' Trade
Union (OWTU) de Trinidad y Tobago y el Caribe denunciaron el golpe. El 1 de
marzo de 2004, el día después del golpe, Errol McLeod, presidente del OWTU
condenó la participación extranjera en la ocupación de Haití y dijo, "Fue
totalmente malo que los Estados Unidos, Francia y Canadá decidieran que el
Presidente Aristide 'no [era] apto para gobernar'." [30] Hay numerosos
sindicatos y organizaciones laborales en Haití que no se unieron al movimiento
de la oposición política, pero ninguno ha recibido ayuda de cualquiera de estos
cuatro grupos. Estas organizaciones siguen apoyando las intervenciones
políticas a través de grupos que abrazan la destitución antidemocrática de
gobiernos en determinados países (por ej. Haití y Venezuela), a costa de los
trabajadores y en colaboración con la política exterior del gobierno de Bush.
La
vista gorda que se hacia a las transgresiones mayores del gobierno interino se
pueden explicar en parte por los intereses que tenían las organizaciones
laborales internacionales en los participantes del golpe y la campaña
preparatoria de desestabilización. Los partidos políticos de Europa Occidental
que tienen fuertes lazos con los sindicatos grandes y poderosos de sus países,
tal como el Partido Socialdemócrata de Alemania, siempre han apoyado a los
partidos de oposición tales como la OPL (L'Organistation de Peuple en Lutte),
que respalda las medidas de austeridad promovidas por el FMI. [31] Aunque la mayoría de los haitianos hablan
kreyòl y viven en la miseria, las élites afiliadas a la oposición, en gran
parte educada en Europa, tendía a formar relaciones de largo plazo con las
instituciones extranjeras que ya tenían una predisposición contra la democracia
popular.
La
CIOSL hizo una declaración el 23 de noviembre, 2000, más de dos meses antes de
la toma de posesión de Aristide, titulada "Retorno a la Dictadura?"
que usó muchas fuentes de la OPL y calificó al partido Lavalás como "muy
de temer." [32] Otro Boletín de CIOSL, muy partidario, de mayo de 2001,
citó a los dirigentes de la OPL Sauveur Pierre Etienne, Gérard Pierre y Paul
Dennis, así como a Evans Paul, un dirigente de la Convergencia, sin mencionar
sus considerables subsidios de agencias y gobiernos extranjeros. [33] Ningún
boletín de la CIOSL ha denunciado la persecución contra los trabajadores que
trajeron el golpe y el gobierno interino. Dominique Esser, una abogada de
derechos humanos en Nueva York, sostiene que la "persecución [laboral] no
es tema de interés si es contra los elementos de la sociedad que no están
apoyados por los partidos acaudalados que están fuertemente vinculados a los
sindicatos internacionales pesados."
[34]
Las organizaciones laborales internacionales más prominentes en Haití, la CIOSL,
AFL-CIO, OIT y ORIT, trabajaron por apoyar y fortalecer a los sindicatos que
exigieron el derrocamiento del gobierno haitiano democráticamente elegido.
Simultáneamente, se han negado a denunciar los despidos masivos y persecución
de los trabajadores públicos y sindicalistas cometidos por su sucesor
ilegítimo. En respuesta a preguntas acerca del silencio del Centro de
Solidaridad ante la persecución laboral, Teresa Casertano afirma, "Hacemos
declaraciones públicas. Hacemos un montón de declaraciones." Con respecto
a la persecución después del golpe, Katia Gil de la ORIT explica, "No
hemos investigado eso."
_____________________________________________________________________
* Jeb
Sprague es un estudiante de posgraduado, periodista independiente, y corresponsal
del programa radial "Flashpoints" de Radio Pacifica. Este artículo se
basa en una ponencia dada en la 32a Conferencia Anual de la Asociación de
Estudios Laborales Sur-Oeste. Visite su blog a http://www.freehaiti.net/
NOTAS
[1]
Entrevista telefónica del 6 de marzo de 2006.
[2]
<http://www.haitiaction.net/News/HIP/12_17_5/12_17_5.html> Escuche
también una entrevista con Isabel McDonald en http://www.wakeupwithcoop.org
[3]http://dominionpaper.ca/weblog/2004/05/statement_on_the_current_situation_of_workers_the_labor_
movement_and_human_rights_in_haiti_.html
[4] Kevin
Pina, "Haiti's Large Businesses Shutter Doors as the Poor Markets Remain
Open" http://www.hatford-hwp.com/archives/43a/626.html
[5] Viaje
conjunto en la lucha: Una entrevista con el dirigente sindical haitiano
Benissoit Duclos http://www.sfbayview.com/030106/journeying030106.shtml
[6]
http://cioslorit.org/detalle.php?item=948&leng=es
[7]
Traducido del: Reporte De Actividades Por La CSH: Haiti (2002-2003). 10 de
enero de 2003. http://cioslorit.org/detalle.php?item=616&leng=es
[8] El
artículo de Chossudovsky "La desestabilización de Haití" explica que
Andy Apaid Jr., "es propietario de Alpha Industries, una de las mayores
cadenas de montaje utilizando mano de obra barata para la exportación
establecida durante la era Duvalier. Sus fábricas explotadoras de mano de obra
barata producen productos textiles y montan productos electrónicos para una
serie de firmas de USA incluyendo a Sperry/Unisys, IBM, Remington y Honeywell.
Apaid es el mayor empleador industrial de Haití con una fuerza laboral de unos
4.000 trabajadores. Los salarios pagados en las fábricas de Andy Apaid llegan a
ser de sólo 68 centavos de dólar por día. (Miami Times, 26 de febrero de 2004).
El salario mínimo actual es aproximadamente de 1,50 dólares diarios." <
http://www.globalresearch.ca/articles/CHO402D.html>
[9] Anthony
Fenton, Declassified Documents: National Endowment for Democracy FY2005, Narco
News,
[10]
Corbett List Entry 27934. See
[11]
http://www.ilo.org/public/english/standards/norm/sources/mne.htm
[12] Correo
electrónico del 17 de marzo de 2006.
[13]
[14]
"Le Mouvement Sydnical Haïtien: De ses origines aux débuts du 21ème
siècle" André Lafontant Joseph (Premiere edition 2003)
[15]
"Proposal: Community Based Human Rights Advocacy in Haiti?"
[16]
"Le Mouvement Sydnical Haïtien: De ses origines aux débuts du 21ème
siècle" André Lafontant Joseph (Premiere edition 2003), Pag. 53.
http://www.oit.or.cr/mdtsanjo/actrav/pdf/haiti/haiti.pdf "La primera es
por cuenta de la ORIT, de la Fundación Friedrich Ebert y del Centro Pétion
Bolivar que aprovechando un proceso de diálogo y de realización de actividades
conjuntas, han podido alentar a más de una quincena de organizaciones a
constituir la Coordination Syndicale Haïtienne.
[17]
Trascripción de correos electrónicos de la OIT en posesión del autor.
[18] Ibíd.
[19]
Entrevista con Kamberis/febrero de 2006. Kamberis encabezó el Centro de
Solidaridad de la AFL/CIO de
[20]
Discusión realizada en febrero de 2006.
[21] Vea el
discurso de la vicepresidente ejecutiva de CLC Marie Clarke Walker-
[22]
[23]
"Time to Support Haiti", April 25, 2006 Also see Haiti Progres, June
6, 2002 http://www.haitiprogres.com/2002/sm020605/eng06-05.html> que explica
que "los matones de los terratenientes mataron con machetes y enterraron a
una pareja anciana de campesinos que habían participado en la delegación de BO
en St Michel.
[24] Notas
de esta conversación con el Solidarity Center's In-Country Haiti Organizer en
posesión del autor (Diciembre de 2005, San Francisco). También vea
http://www.quixote.org/hr/news/haitireport/7-12-2002.php
[25]
http://www.aflcio.org/aboutus/thisistheaflcio/ecouncil/ec03112004o.cfm
[26] Vea mi
artículo previo "Batay Ouvriye's Smoking Gun" en Znet
http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?ItemID=9505 y
"Supporting a Leftist Opposition to Lavalas" en
MRZine http://mrzine.monthlyreview.org/sprague211105.html
[27] Esto
es reconocido por Henry Kamberis, Teresa Casertano, y Barbara Shailor en el
AFL-CIO's Solidarity Center en una entrevista telefónica realizada con el autor
en febrero de 2006. Transcripción en posesión del autor. Vea también subsidios
de la NED para el año fiscal 2005 en http://inthenameofdemocracy.org/en/node/8.
Para un anàlisis en profundidad de la relación del Solidarity Center con la
NED, vea "An Unholy Alliance: The AFL-CIO and the National Endowment for
Democracy (NED) en Venezuela," ZNet, 10 de julio de 2005
www.zmag.org/content/showarticle.cfm?sectionID=19&itemID=8268>
[29] Ibíd.
Los cálculos de la cantidad total de asesinatos aprobados por el Estado bajo
los regímenes Duvalier (1957-1986) que he encontrado varían entre 30.000 y
60.000. Para otro informe sobre cómo los dirigentes de política exterior de la
AFL-CIO trabajan con la administración Bush, vea "AFL-CIO Foreign Policy
Leaders Help Develop Bush's Foreign Policy, Target Foreign Unions for Political
Control," de Kim Scipes, Labor Notes, marzo de 2005,
www.labornotes.org/archives/2005/03/articles/e.html>.También vea,
"Labor's Cold War," de Tim Shorrock, The Nation,
19 de mayo de 2003,
www.thenation.com/doc.mhtml?i=20030519&s=shorrock
[30]
"No to U.S. Intervention in Haiti", Oilfield Workers' Trade Union
(OWTU), 1 de marzo de 2004 http://www.owtu.org/owtu%20&%20haiti.htm
[31] Haiti
News (haiti-news@listhost.uchicago.edu) 13 de mayo de 2006. En febrero de 2001
cuando se inauguraba a Aristide después de su segunda elección democrática, la
OPL patrocinó una "contra-inauguración" frente a un puñado de
funcionarios de la oposición en la que Gerard Gourgue, un abogado de 75 años, fue
apodado "presidente provisional". Gourgue called llamó al retorno de
los militares disueltos.
[32]
"Haiti: A Return to Dictatorship?"
http://www.icftu.org/displaydocument.asp?Index=991211921&Language=EN
[33]
"Haiti: From Bad to Worse"
[34] Haiti News
(haiti-news@listhost.uchicago.edu) May 13, 2006