Seguramente que el actual presidente de Chile, Gabriel Boric, durante sus juveniles años de dirigente estudiantil, participó en manifestaciones a favor de la causa palestina y en condena a los gobiernos de Israel. Lo más probable es que en alguna de esas ocasiones haya portado la simbólica bufanda palestina shemagh.
Ahora bien, ya como presidente de Chile, Boric ha recordado esos gloriosos años juveniles, y ha protestado contra la muerte de un joven palestino de Cisjordania a manos de soldados israelíes. ¿Cómo lo hizo? Bueno, dejando plantado al designado nuevo embajador de Israel en Chile, y posponiendo el acto protocolar de entrega y recibimiento de cartas credenciales.
Las reacciones variadas no se hicieron esperar. Políticos y parlamentarios de la variopinta jungla política chilena, dieron a conocer su opinión. Algunos apoyaron la actitud de Boric, mientras que otros la criticaron. Hasta la comunidad judía chilena hizo saber su preocupación por lo que consideraron una posición antisemita por parte del presidente de Chile. El gobierno de Israel consideró como una falta grave el desplante a su embajador designado, mientras que el gobierno chileno ofreció disculpas.
Las preguntas que hay que hacerse en este punto son las siguientes: ¿Cuál va a ser la posición oficial que tomará el gobierno chileno cuando ocurran más muertes de jóvenes militantes palestinos, al enfrentarse con tropas israelíes, ya sea en Cisjordania o en la Franja de Gaza? ¿Ante tales hechos el gobierno chileno va a protestar y condenar la violación de los derechos humanos de los palestinos, o le va a dar prioridad a las relaciones comerciales entre Chile e Israel? ¿Qué opina de toda esta situación la importante comunidad palestina que habita en territorio chileno? Sin duda que éste es un caso muy interesante que plantea la disyuntiva derechos humanos vs. relaciones comerciales.