La rebelión de medio mundo

En estos momentos se está celebrando en Johannesburgo la XV Cumbre de los BRICS, acrónimo de una asociación económica-comercial de las cinco economías nacionales emergentes. Asisten a esta Cumbre 34 países, que representan el 26,7% de la superficie terrestre y a 3.210 millones de habitantes, el 41,5 de la población mundial. Hasta ahora 22 naciones han pedido su ingreso... Es hora de responder a quienes desde la segunda gran guerra se han paseado por el mundo y adueñado de buena parte de él. Por un lado los países europeos colonialistas y por otro los anglosajones, la Gran Bretaña y Estados Unidos principalmente, que no han dejado al mundo en paz en los 75 años posteriores a la fulminación del nazismo…

Todo, hasta ahora, en occidente ha pasado por una filosofía frenética del pragmatismo y del extractivismo asociada a la teoría político económica del mercado libre, que está acabando con todos los recursos del mundo natural. Los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, han sido el látigo de muchos otros africanos y asiáticos a los que han expoliado miserablemente. La vileza, el egoísmo, la codicia y la depredación asociados a ella no son controlados por el sistema de pensamiento práctico occidental, al que se unieron Japón, Corea del Sur y otros enclaves asiáticos. La tesis de Adam Smith, el primer teórico del capitalismo, llevada a sus últimas consecuencias y no corregida en la práctica por la teoría de Keynes, y luego los simulacros del tipo "desarrollo sostenible", tras la Segunda Guerra Mundial, la ideología de la Thatcher y en Estados Unidos Reagan, Friedman, los hermanos Kaplan, etc, no hacen más que cerrar el paso a los urgentes cambios que la razón pura pide a la razón práctica aplicada al hoy y al ahora para todo, habida cuenta que se agotan los recursos del planeta. Porque, lejos de corregir el sistema la aberración de no poner límites efectivos al saqueo de la Naturaleza, de la libertad de mercado se ha hecho un absoluto para arrasar, laminar, arruinar al globo terráqueo. Este neoliberalismo salido de las mentes anglosajonas que están arrastrado al resto de las naciones pese a la coyuntural resistencia de estas, acabarán dando la puntilla a la vida natural. Los anglosajones dominan gran parte del mundo. Aparte sus todavía numerosas colonias bajo distintas fórmulas, Australia, Sudáfrica… todo sigue estando bajo su control, y su habitual alianza con Estados Unidos es concluyente.

Los intereses humanos de este sistema de libertad, de libertades sin apenas freno salvo en cuestiones banales en comparación con lo que nos estamos jugando, no coinciden en absoluto con los intereses de la Naturaleza, ni apenas hace nada el sistema para coincidir con ellos. El resultado es que los seguidores del "mercado" libre nos están "suicidando" poco a poco, arrastrando a unas cuantas generaciones de su propio hábitat, pero también llevando al suicidio involuntario a culturas y sistemas político-económicos que no son occidentales. Por todo ello, la esperanza en un futuro más justo, más racional, más propio del milenio que vivimos está puesta por esos 3.200 millones de personas y por mí mismo en esta asociación a la que no me extrañaría que los occidentales tarde o temprano le declaren la guerra. Esta partición virtual del globo terráqueo en dos, por otro lado, me recuerda la división que hizo el papa Alejandro VI en 1494, a partir del meridiano 26, entre españoles y portugueses para "cristianizar" y de paso apoderarse del Nuevo Mundo…

Estoy convencido en todo caso de que, harto personalmente de la concepción de la vida, de la política, de la economía, de la sociedad y del mundo según el patrón anglosajón más allá de la cultura y religiones cristianas occidentales, al que que no queda ya tiempo para rectificar, un nuevo paradigma se instalará en el planeta ridiculizando al otro y a ese tipo de sociedad que hace y deshace, que mata de una manera u otra a su antojo en el mundo desde hace un par de siglos. No creo que haya otra forma de salvar al planeta, a las especies vivientes y a la Humanidad. Confío, quiero confiar, en que esta asociación de naciones, de momento sólo de carácter comercial y con el propósito de aproximar las distintas culturas reinantes en el mundo, detengan la deriva criminal, alocada y necia de los países occidentales de los que también de Occidente son víctimas otras naciones en América Latina…



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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