Honor a nuestro maestro Enrique Dussel

Nuestro sí: porque si bien nació en Argentina y vivió gran parte de su vida en México, es nuestro Maestro de la Patria Grande.

Apreciados lectores, al saber de su partida hacia otra vida, lo pienso muy bien antes de rendirle mi muy modesto, pero también muy necesario homenaje, luego de haber leído el hermoso artículo, de calidad, de nuestro compañero de aporrea. org , Cecil Gerardo Pérez (1).

Pero si he aprendido algo bueno a lo largo de estos años, es que no debo inhibirme frente a catedráticos, especialistas, políticos de alto nivel. Sea como sea, siempre con el máximo respeto, la humildad que otorga el desconocimiento, pero la vehemencia de expresarme, traducir los sentimientos y parir estas letras, como diría otra compañera universitaria, sobre mi cualidad de sentipensante, según Orlando Fals Borda (2).

Confieso que no me duele la pérdida de Enrique Dussel porque considero que entregó incluso mucho más que lo que debía. Realizó tanto en la vida, nos dejó todo su trabajo, su conocimiento del mundo, su amor por la humanidad que lo tendremos cerca y de referencia siempre.

Me duele sí, no haber insistido con un sobrino que vive en México para que llevase mi diploma virtual impreso para la firma (física) del maestro Dussel, cuando participé en el Diplomado La Otra Política. Este curso que nos brindó el Instituto de Formación Política Morena, IFPM, de la mano directa, firme y cariñosa de Enrique Dussel, me abrió definitivamente, luego de la irrupción de Hugo Chávez (que para mí fue importante), esa parte de la conciencia que estaba perdida: la conciencia hacia los seres humanos vulnerables, frágiles, que deben aprender que son pueblo soberano y, por lo tanto, no dejarse dominar por presidentes colocados que no atienden las necesidades de la población. Una y otra vez, con ejemplos numerosos, con memorias de anteriores presidentes mexicanos, con el elogio hacia Andrés Manuel López Obrador al cual tenía en alta estima. Presidente mexicano que tuvo el especial diría único, privilegio de contar con una de las mentes no solo más brillantes sino más generosas y entregadas a la humanidad misma.

Debo agradecer de corazón al filósofo y comunicador venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela quien nos trajo, en una aburrida tarde de pandemia, la emoción de conocer al Maestro Enrique Dussel como invitado especial a su programa Desde Donde Sea (3).

Tuve el gran honor de que nuestro Maestro Dussel leyera el artículo que escribí para estas páginas donde lo interpelaba, asombrada, al no mencionar a Hugo Chávez en la primera ola de presidentes progresistas en América Latina. Esto ocurrió en la segunda clase magistral que nos impartió el Maestro (4).

Pero además tuve la enorme sorpresa de que el Maestro Dussel respondiera a mi inquietud. Así lo hizo, en vivo, durante la clase siguiente, recordando con orgullo la espada del Libertador que le confirió Hugo Chávez y el merecido Premio Libertador al Pensamiento Crítico (2009). Viviendo nuestro Maestro en México, la alegría que sentí me trajo a colación la famosa canción de "ADELITA" y sobre esta música plasmé otro texto para agradecerle (5).

También fue grato que el Maestro aprobase y se sintiese muy satisfecho que varios de sus alumnos (del curso impartido en 2021), organizaran un grupo para seguir aprendiendo de la Filosofía de la Liberación, y de todas las otras corrientes que Dussel seguiría trabajando. Ese fue, en idioma azteca, nuestro grupo Telegram "Waántik máak kazan be", que significa: ayudar al hombre a encontrar su camino.

Un saludo a todos los y las compañer@s latinoamericanos que me acompañaron en esa utopía, inconclusa, utopía al fin pero que nos indica el camino a seguir. Unidos siempre por las enseñanzas de Enrique Dussel.

En sus clases, nuestro Maestro, en cualquier oportunidad, mencionaba con frecuencia el código de Hammurabi. La ley pedía atender a huérfanos, viudas, desposeídos, vulnerables: "Los he defendido con sabiduría de modo que el fuerte no oprimiese al débil y se hiciese justicia al huérfano y a la viuda" (6).

Resaltaba Enrique Dussel que ese grupo de leyes existían desde el 1750 A.C. y que debíamos volver a su esencia. ¡Qué extraño significado tiene, justo en este momento, cuando ya no habrá viudas, ni huérfanos, ni desposeídos en Palestina, luego de la matanza atroz y exterminio total que el estado sionista pretende, y está realizando, indiscriminadamente a mujeres, niños y jóvenes? ¿A los ojos del mundo?.

Si entendí bien la última conferencia que escuché de Enrique Dussel, enmarcada en el INFP, junto a Katia Colmenares y Ramón Grosfoguel (de sus mejores discípulos), nuestro Maestro reivindicaba el hecho de que, aun siendo marxista, podía creer en Dios. Y nos explicaba cómo los textos de Karl Marx habían sido malentendidos, mal traducidos, cuando se dejó establecido a partir de ellos, que no se puede ser comunista, o de izquierda, si se cree en Dios (7).

En otra oportunidad anterior (me disculparán que no la ubique) hablaba el Maestro Dussel sobre la duda de la eternidad y de la vida después de la vida. Decía algo así: si existe un Cielo, y uno sigue con otra energía, con nueva vida diferente a la de este cuerpo mortal, ¿qué daño nos hará creer en eso mientras estemos en este mundo? ¿Qué daño puede hacernos comportarnos siempre como hombres de bien, con la fe puesta en Dios? Pero ciertamente sí nos puede ayudar, y compensar mucho, si se cumple esa esencia vital en otra manifestación. Algo así como "probemos porque no tenemos nada que perder, sino en todo caso, ganar".

Sus jóvenes experiencias en Nazareth cuando viajó como peregrino a Tierra Santa, con apenas cien dólares, y probando durante dos años a ser carpintero y obrero, son muy significativas al respecto. Era la época cuando se consideraba un cristiano de izquierda. Y también fue pescador de redes en los mismos lugares sagrados que recorrió el primer socialista de la historia. Si en verdad desean entender la gran figura de Enrique Dussel, les recomiendo ampliamente esta entrevista (8).

El abordaje integral de la vida, cuerpo, alma, espíritu. Hace pocos días, fue muy claro su legado en las sensibles reflexiones de Ramón Grosfoguel sobre la guerra Israel contra Palestina. ¿De que lado estamos? (9).

Admirable Maestro Dussel: no solo en lo social, no solo en la política, no solo en el altruismo y generosidad hacia los otros. También sus breves incursiones, impactantes frases sobre la eternidad y la existencia de Dios, permanecerán en mi espíritu como una enseñanza más, tal vez la más importante de todas las recibidas por su humanidad.

Luego de decirle gracias, gracias, mil veces gracias, y a riesgo de parecer cursi frente a mis colegas y amigos intelectuales, tal como me enseñó mi madre, hago mía sus palabras en italiano y rezo: Maestro "Che la Madonna ti accompagni".

P.D. Un gran abrazo fraterno y solidario a Katya Colmenares y Ramón Grosfoguel, discípulos de honor del Maestro Enrique Dussel que ahora seguirán con la enorme tarea de transmitir y multiplicar su legado mientras vivan. Gracias por ello.

 

  1. https://www.aporrea.org/ideologia/a325963.html

  2. https://sentipensante.red/

  3. https://www.laiguana.tv/articulos/778743-perez-pirela-entrevista-dussel-modernidad-hackeo-pandemia/

  4. https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a304999.html

  5. https://www.aporrea.org/ideologia/a305231.html

  6. https://enriquedussel.com/txt/Textos_Libros/50.Etica_de_la_liberacion.pdf

  7. https://www.youtube.com/live/_8areU7iOvs?si=AFuuBCm8iP_Sn4wI

  8. https://youtu.be/s6tO37A2oao?si=kaS3JmV-wOUYp4gs

  9. https://youtu.be/n9x0CAJdf_Q?si=Y0se6iFz8gZTGh2K

 



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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