1. Marx estudió con profundidad a las clases sociales, a los burgueses y proletarios del capitalismo. Demostró la salvaje explotación de que son víctimas los trabajadores (proletarios) oprimidos por los ricos (los burgueses). Enseñó que esa explotación capitalista a 90 por ciento de la población por 2 o 3 por ciento de opresores, que la existencia de clase oprimida y clase opresora sólo podría acabarse con una revolución de los auténticos trabajadores que instalen la igualdad social y económica, mediante comunas.
2. Con base en ello, no puedo dejar de pensar de que esa "delincuencia organizada" que llena las cárceles de México (unos 250 mil que no saben leer, escribir o con idioma indígena)) no son otra cosa que los trabajadores y desempleados explotados y oprimidos en el país. Nunca los ricos llegan a las prisiones porque los millonarios –desde que México nació como país hace 200 años- han sido los amos de los gobernantes. La Independencia, Reforma y Revolución –como la IV- han sido buena propaganda, pero la miseria de la población, ha sido la misma.
3. ¿Algún idiotizado puede ignorar que el 80 por ciento de los trabajadores del país sigue viviendo en la pobreza y la miseria? ¿Algún tonto puede negar que hay alrededor de cinco mil familias millonarias que acumulan las riquezas que corresponden a por lo menos 130 millones de mexicanos? ¿Se olvida que cada gobierno sexenal engaña con democracia electoral comprando votos a la población y luego al concluir todos los presidentes y funcionarios salen con millones escondidos en bancos extranjeros?
4. No, en el capitalismo no puede haber honradez en políticos y empresarios. Se repite a diario que quienes ocupando algún alto cargo político es un "pendejo" (de los que no hay) por no aprovechar todas las oportunidades para llenarse de dinero y colocar a todos sus familiares dentro del aparato de poder. Se ha publicado que cada uno de los altos políticos actuales, comenzando por el presidente y 10 cercanos, han colocado a hermanos, hijos, sobrinos, amigos, dentro de su aparato de poder. Esta sí es la verdadera delincuencia organizada.