La ideología en el camino de cada presidente latino, se ha constituido en una estética de lujo, por lo anti urbano y el sentimiento de odio hacía algunas esferas de la sociedad abierta, precisamente aquella que va a las urnas electorales para dar su voto. Podría decirse que es una subversión al utilitarismo de los otros discursos precisamente o propiamente del capitalismo. De modo que, el uso de la palabra es una especie de fetichizarían, siendo utilizada como un medio de producción estrictamente individualista. Las redes sociales, son una forma de engaño que define y prepara el camino para desarrollar la cultura de masas moderna. Lo que decimos, es una vulgarización de la estética, ante la necesidad de un mercado de lujo, donde los pobres no tienen acceso a adquirir productos donde va la burguesía y oligarquía, que se definen como un concepto totalmente diferente.
Hoy, en pleno tiempo contemporáneo se predican doctrinas funestas, desde los púlpitos y altares evangélicos. Esta es otra realidad. Nos encontramos con una desautorización del discurso modernizador que rompe con los mecanismos de autorización que la literatura desde el modernismo viene elaborando.
La inmigración y la migración pretende hacer una simetría en México, donde en épocas pasadas hubo un grupo insurrecto de los ateneístas, (griegos) Y La Argentina, (Buenos Aires), del centenario. Sin embargo, estas dos culturas se unificaron para fomentar una sociedad cultural y definitorio para ejercer influencia sobre los cuestionamientos del utilitarismo proliferante. Más allá, del estrecho campo literario apelan estos grupos a zonas limítrofes del poder, cuya relación con el modernismo y la era contemporánea se ha complicado.
En México, esas zonas del poder, son evidentemente distintas a las oligarquías argentina. De ahí, que el discurso de la cultura e ideología política reflejan una necesidad de reescribir, y en buena medida radicalizan su propio legado. Por ello,, expreso que en Latinoamérica ninguna persona que se dice político, maneja el verdadero lenguaje de la clase media y trabajadora. Es un léxico dirigido a "la chabacanería" que va más allá del vulgo, para solo captar votos con Los Bots, cuyas granjas maneja paradigmas que entorpecen a la oligarquía, que sí manejan capitales para la inversión en países subdesarrollados.
En 1932, hubo una verdadera crisis por la utilización de un lenguaje inapropiado hacía las masas vulgares, que se agolpaban alrededor de un candidato presidencial o líder zonal para levantar brazos, y vitorear consignas pasadas. En 2024 se repite el escenario con el gallo pinto. Una imagen que nos hace recordar al economista Henrique Salas Romer, cuando salía en campaña electoral para la gobernación del Carabobo, y presidencial. Su acompañante era un anciano que tenia un criadero de gallos de pelea, quien se entremezclaba con el vulgo en las galleras de cada comunidad. Como vemos, es el mismo escenario y dos fechas distintas, una de otra. El mismo simbolismo y figura. Lo que indica, la poca contemplación de nuestros creadores publicitarios, solo cambia el paisaje político.
