Según el diario panameño FocoPanama en Twitter (X), el día 27 de julio pasado informó que fue detenido un cubano en Panamá, quien teme por su vida. Según la noticia, los abogados del disidente cubano denuncian posible pena de muerte o cadena perpetua si es extraditado a Cuba por Panamá.
"El gobierno de MULINO tiene en sus manos salvar la vida de Boris Mauricio Betancourt Hernández, cubano, político, opositor, activista, defensor de los derechos humanos, de manera pacífica, preso en Panamá con pruebas amañadas por la dictadura de Cuba".
Lo primero que llama la atención sobre esta noticia es que, en Cuba, hace como 20 años, se abolió la pena de muerte, y la cadena perpetua, es de acuerdo con la gravedad del delito, como en varios países.
Ahora, lo que, si es cierto, según fuentes fidedignas y confiables, y hacemos la denuncia, que el ciudadano cubano Boris Mauricio Betancourt Hernández, al momento de su detención, les fueron incautados dos kilogramos de marihuana, y quien es vinculado a redes de narcotráfico.
De inmediato, las autoridades policiales y judiciales lo encarcelan esperando decisión de su caso, en uno de los tres recintos penitenciarios de la provincia de Panamá, "Mega Joya" el de mayor seguridad y modernidad en los sistemas de control.
Familiares de Betancourt, intentan victimizar las fechorías de este y lo pintan como refugiado político cubano, y temen por su vida si lo regresan a Cuba. Esta tesis carece de seriedad, además de ser recurrentemente utilizada por sectores delincuenciales para atenuar cargos.
Los hechos delictivos de este, constan en expedientes entregados a las autoridades panameñas, quienes aún no toman parte en este sencillo caso, donde el delincuente debe pagar por sus crímenes.
Se conoce que el imputado, por varios años, introdujo drogas a Cuba, utilizando a personas, además, tiene un expediente amplio en torno a este delito y es seguido por las autoridades cubanas.
Ahora, las artimañas, para hacerlo parecer una mansa oveja, no funcionan; sus delitos están documentados en Cuba, e incluso en Panamá, donde fue detenido.
Es necesaria la cooperación de los diversos países, para enfrentar el narcotráfico y no escudarse en temas políticos, para incumplir las leyes nacionales e internacionales.
Familiares y amigos de Boris Betancourt, incluso algunos radicados en EEUU, crearán falsas historias, de que era un perseguido político en Cuba, para librarse de su sentencia. Debe pagar por sus crímenes y Panamá no puede ser el patio de juego para cometer este tipo de fechorías.
Por mucha maquinaria y dinero que entreguen, Betancourt debe pagar en prisión su deuda con la justicia. Utilizando a Panamá y Costa Rica, como su casa para sus actividades de narcotráfico.
Panamá no puede permitir que fuerzas políticas, le digan lo que tiene que hacer con este narcotraficante.
Las autoridades de Panamá no pueden dejarse engañar por un narcotraficante, que se hace pasar ahora por un político perseguido, y creador de una supuesta organización anticubana. Panamá debe mostrar responsabilidad y madurez para lidiar con el flagelo del narcotráfico.
Un show político mediático generado por un narcotraficante y sus contactos, no debe interponerse en las buenas relaciones entre Cuba y Panamá.
En resumen, el narcotraficante cubano, Boris Mauricio Betancourt Hernández, articula en Panamá un show político, para evadir la justicia nacional de Panamá y los acuerdos internacionales asignados por este país.
Actualmente, no hay noticias nuevas sobre el caso y es Panamá quien debe decidir extraditarlo a Cuba, donde deberá ser juzgado por sus delitos de narcotráfico.