El levantamiento popular de junio de 2022 en Ecuador y, sus semejanzas con otras rebeliones en Europa y en América Latina

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Manifestación de estudiantes universitarios y profesores en Cuenca, Ecuador, junio de 2022. Foto: Anne Theysen

Publicamos este epílogo, redactado por Éric Toussaint, a pedido de los autores del libro Sinchi publicado en castellano. https://abyayala.org.ec/producto/sinchi/. Los autores son miembros de la CONAIE, Confederación de Naciones Indígenas de Ecuador. Anteriormente, habían publicado, en 2021, un libro sobre el levantamiento popular de 2019 titulado Estallido. La rebelión de Octubre en Ecuador , escrito por Leónidas Iza, Andrés Tapia y Andrés Madrid [1]. Leónidas Iza es Presidente de la CONAIE.

Sommaire

El levantamiento popular plurinacional de junio de 2022 en Ecuador, conocido como el segundo levantamiento del Inti Raymi, no apareció de la nada ni cayó del cielo.

Este levantamiento tiene su origen en la rebelión de octubre de 2019. Como lo muestran los autores de este libro, Sinchi, la lucha de 2022 fue un cuestionamiento del orden establecido, de los intereses económicos de las clases dominantes, de la violencia institucional y de las imposiciones del imperialismo por medio del FMI. Al mismo tiempo, fue un ejerció práctico de lo que se había aprendido en 2019, a todos los niveles: radicalidad de las reivindicaciones populares, crítica de la "democracia" liberal, suspensión de la producción y de la distribución de bienes y autodefensa popular comunal.

Todo eso se traduce en un aumento de la espontaneidad y de la solidaridad de los actores no organizados que formaron un poder paralelo al Estado durante 18 días, y que dieron lugar a experiencias como la "cocina comunitaria" abierta por la Federación de Estudiantes Politécnicos. Allí se prepararon 400.000 raciones alimentarias. También se produjo la transformación de los centros de acogida en espacios de difusión de ideas y de recuperación de aquellos y aquellas que se manifestaban.

La lista de reivindicaciones, firmada por la CONAIE, la FEINE y la FENOCIN tiene 16 páginas donde están registrados los diez puntos críticos necesarios para cambiar la insoportable realidad ecuatoriana y combatir la violencia estructural, la discriminación y la negligencia con respecto a las clases populares. Estas ejercen la protesta como una respuesta a los conflictos sociales y no como la causa de esos conflictos.

Las 10 demandas se pueden resumir así:

1) Reducción y suspensión del aumento de los precios de los combustibles, identificación de los sectores necesitados de subvenciones: agricultores, campesinos, transportistas y pescadores.
2) Ayuda económica para más de cuatro millones de familias, con una moratoria de pago al menos de un año, renegociación de las deudas y suspensión del embargo de bienes.
3) Precios justos para los productos agrícolas.
4) Empleo y derechos del trabajo
5) Moratoria sobre la extensión de la frontera minera/petrolera, auditoría y reparación integral de los impactos sociales y medioambientales.
6) Respeto a los 21 derechos colectivos.
7) Suspensión de la privatización de los sectores energéticos, patrimonio del pueblo ecuatoriano.
8) Control de los precios de productos de primera necesidad.
9) Salud y educación
10) Seguridad, protección y elaboración de políticas públicas eficaces para acabar con la ola de violencia que sufre Ecuador
(Fuente: CONAIE, FENOCIN, FEINE 2022).

Como investigador y activista al que preocupa la cuestión de la deuda, pido atención sobre el punto dos que reivindica y exige una moratoria, una renegociación, una anulación de las deudas y el cese de los embargos sobre los bienes, un grave problema que afecta a más de cuatro millones de familias. Finalmente, conviene señalar que gracias al Levantamiento se ejecutó la anulación de los préstamos pendientes hasta un tope de 3.000 USD por familia, representando un valor de 44 millones de USD.

Gracias al Levantamiento se ejecutó la anulación de los préstamos pendientes hasta un tope de 3.000 USD por familia, representando un valor de 44 millones de USD.

También conviene señalar que el punto cuatro de las reivindicaciones ve necesaria una auditoría completa y una reparación de los impactos medioambientales causados por la explotación petrolera. El hecho es que, entre estos diez puntos hay dos cuyo contenido es una victoria para los activistas que luchan desde hace décadas por la anulación de las deudas ilegítimas y por una auditoría completa, con participación ciudadana, del sistema deuda y del modelo extractivista [2].

La criminalización de las protestas populares

Organismos nacionales e internacionales de defensa de los derechos humanos, tales como el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, el Comité de Derechos de la Infancia (Oficialmente Comité de Derechos del Niño), la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Red Global contra la Violencia Policial, denunciaron las acciones de la policía nacional y de las fuerzas armadas durante el levantamiento, lo que tuvo por efecto aumentar la presión diplomática contra la represión ejercida por el Estado ecuatoriano.

La criminalización de las manifestaciones mediante la acusación o la inculpación por la parálisis de los servicios públicos, por robos, por daños a bienes, por actos de agresión y de resistencia a la autoridad, cubre cerca de la mitad de los delitos reprochados a los y las manifestantes. De esta manera, las autoridades quieren eliminar el derecho legítimo a protestar y organizan una guerra de desgaste judicial contra los movimientos sociales.

Después de los acontecimientos de octubre de 2019, la CONAIE lanzó una petición de amnistía para anular la persecución judicial sufrida por numerosas personas, que logró el abandono de las querellas contra 153 defensores comunitarios, 43 defensores de la naturaleza y solamente 12 indígenas, mientras que numerosos policías y otros funcionarios del Estado se beneficiaban de la amnistía o nunca tuvieron problemas. El contraste entre el derecho de resistencia popular y el estado de emergencia pone en evidencia las diferentes maneras de comprender el ejercicio de la soberanía.

Los autores de este libro tienen argumentos para mostrar que la lucha de clases (entre la clase capitalista por una parte y los productores por la otra, ya sean asalariados o pequeños productores, que estén bajo contrato u obligados al desempleo) está insertada en otras formas de conflicto, como por ejemplo la lucha de los pueblos indígenas por su soberanía y el respeto a sus derechos o la lucha de las mujeres por su emancipación. Todas las luchas contra las diferentes formas de opresión están insertadas e interconectadas, y también son indivisibles como los derechos humanos. La descripción y el análisis del inmenso movimiento popular de junio de 2022 me recuerdan otros grandes movimientos sociales y políticos de las últimas décadas.

En relación a eso, cito tres ejemplos de protestas en fechas y lugares diferentes: la huelga de los trabajadores en Bélgica durante el invierno de 1960-1961, las protestas de los "Chalecos amarillos" y otros movimientos sociales en Francia en 2018-2023 y las movilizaciones que sacudieron Perú con los acontecimientos del 7 de diciembre de 2022.

En diciembre de 1960, con un gobierno de derechas homogéneo en el poder, se dispararon las protestas en mi país, Bélgica, contra la pretendida Ley única, un proyecto de austeridad con una larga lista de medidas favorables a las grandes fortunas. Todas esas medidas tenían por objetivo el desmantelamiento de los servicios públicos, la pérdida de los derechos sociales y del trabajo, y un aumento significativo de los impuestos que afectarían dramáticamente a las clases populares.

La huelga fue total a nivel nacional, particularmente en Valonia, en el sur del país, donde las fuerzas represivas perdieron el control de las masas populares que se manifestaban, hasta tal punto que los vehículos debían proveerse de un pase librado por el sindicato socialista Federación General del Trabajo (FGTB) para circular. Hubo más de un millón de huelguistas. La huelga duró cuatro semanas, durante las cuales se produjeron violentos enfrentamientos, y la intervención de las fuerzas de represión, provocando la muerte de siete manifestantes.

Es sorprendente constatar las semejanzas en el tratamiento de la información, con respecto a las luchas sociales, que hacen los grandes medios de comunicación y los hacedores de opiniones, tanto en el caso ecuatoriano como en el caso belga. En los dos casos, las manifestaciones de los explotados y explotadas fueron presentadas como acciones de clases peligrosas. En el caso de Bélgica, los trabajadores en huelga, y sus organizaciones sindicales, fueron satanizados y presentados con los términos más peyorativos; en el caso de Ecuador, fueron las naciones indígenas y su organización la CONAIE las que recibieron las denuncias agresivas y racistas. A pesar de que esas luchas se desarrollaron a miles de kilómetros de distancia, en contextos y en momentos diferentes, encontramos el mismo odio de clase en la boca y en los escritos de los medios en manos de las clases dominantes. Encontramos, también, formas de lucha similares cuando los pueblos quieren ejercer su soberanía y cuestionar el orden existente.

Es sorprendente constatar las semejanzas en el tratamiento de la información, con respecto a las luchas sociales, que hacen los grandes medios de comunicación

Por otro lado, más cercano en el tiempo, encontramos el mismo tipo de relatos antagonistas en la gran lucha de los Chalecos amarillos en Francia, de fines de 2018 a comienzos de 2019. El fenómeno del movimiento de los "Chalecos amarillos", llamado así por el uso que hicieron los manifestantes de chalecos amarillos reflectantes, surgió en Francia en octubre de 2018. Los elementos desencadenantes de la protesta fueron el aumento del precio de los combustibles, una fiscalidad profundamente injusta y las políticas antisociales llevadas a cabo por el Presidente Emmanuel Macron, sobre el fondo de la mundialización neoliberal desbocada. Los llamados a la acción de esos grupos organizados, alrededor de grupos de amigos en facebook, de peticiones en blogs de internet, totalmente transversal y sin portavoz oficial, como se autodefinían, fueron lanzados vía las redes sociales, y eso fue un éxito: cada sábado, carreteras y rotondas fueron bloqueadas, y también se organizaron otros eventos en todo el país. El balance de esos seis meses de manifestaciones produjo estas cifras: 300.000 participantes en las acciones de los sábados, numerosos manifestantes perdieron un ojo y hubo también quienes perdieron una mano, más de 4.000 heridos y casi 12.000 detenciones.

Pero ¿quiénes eran los "chalecos amarillos" y de dónde venían? En realidad, se trataba de grupos muy heterogéneos compuestos por jóvenes desempleados y desempleadas, pensionistas con pobres remuneraciones, micro emprendedores/ras, trabajadores/ras a tiempo parcial, etc.

Los sondeos habían mostrado un respaldo que iba hasta el 72%, después de los incidentes producidos en París en noviembre de 2018, durante los cuales se manifestaron 8.000 personas, dejando 19 heridos y numerosos daños materiales. Sin embargo, son esas iniciativas, y las primeras montadas en París, que fueron decisivas y obligaron al gobierno de Macron a un primer retroceso… Efectivamente, esas manifestaciones en París no se desarrollaron a lo largo de los recorridos tradicionales de los cortejos sindicales parisienses, que desde hace más de 20 años marchan por los bulevares sin registrar el más mínimo éxito reivindicativo… ¡No! Los manifestantes de la provincia y de los barrios periféricos convergían allí, donde está la sede del poder, hacia el Eliseo, hacia los Ministerios, hacia los barrios ricos y protegidos… Al desafío lanzado por el propio Macron en una de esas secuencias populistas ampliamente difundidas algunos meses antes por las cadenas informativas: "¡El único responsable de este asunto* soy yo! ¡Que me vengan a buscar!" (*El asunto Benalla del 27/07/2018), el movimiento de los Chalecos amarillos respondió presente: "¡Te iremos a buscar a tu casa!". Esas primeras semanas el poder sintió, con temor, aumentar esa convergencia, de lo más recóndito de las profundidades de esas masas populares sin filtros, esa voluntad de plantar cara y de concentrase sobre Macron para cuestionar su legitimidad… Sobre la marcha, el Presidente Macron anuló el aumento de los impuestos a los combustibles. Pero eso no detuvo los miles y miles de debates múltiples surgidos en las rotondas, en las manifestaciones semanales, en las páginas de Internet que unían las reivindicaciones por una vida digna con la búsqueda de una verdadera democracia… Una vez más, el Presidente Macron y la prensa de derechas utilizaron los mismos términos que el presidente ecuatoriano Lasso y los medios dominantes en Ecuador para satanizar a los manifestantes. Estos denunciaban su violencia, su profunda falta de respeto por la propiedad privada y pública, y el pretendido orden que querían imponer al resto de la sociedad.

Algunos años después, en 2023, Macron reprimió duramente a los y las manifestantes de los barrios populares, con una fuerte concentración de inmigrantes y personas racializadas. Después de una larga secuencia de manifestaciones de masas en toda la geografía del país contra la reforma de las pensiones, el gobierno de Macron se tuvo que sacar su máscara democrática y cínicamente rechazó someter su contrarreforma al voto de la Asamblea Nacional, imponiéndola por el artificio antidemocrático del artículo 49 de la Constitución presidencialista ("un golpe de Estado permanente"). Esas manifestaciones habían sido provocadas por las violencias policiales contra las personas víctimas del racismo, un joven de un barrio de Nanterre asesinado a boca de jarro por la policía, hecho que fue filmado en directo. El mismo año, el gobierno francés reprimió violentamente las manifestaciones sociales y por el medio ambiente, conocidas con el nombre de "Levantamientos de la tierra" ("Soulévements de la terre") contra la construcción de grandes depósitos de agua destinados a servir a los intereses de la agroindustria. Durante una manifestación de unas 10.000 personas, las fuerzas de represión oficialmente utilizaron 6.000 granadas para dispersar a la multitud, y después, el Ministro del Interior presentó a las organizaciones que habían organizados la manifestación como ecologistas terroristas y quiso hacer desaparecer y prohibir el movimiento llamado "Levantamientos de la tierra".

Cito los ejemplos de Bélgica y Francia para mostrar que lo que pasa en Ecuador es, de hecho, muy similar a lo que pasa en otras latitudes en las que reina el capitalismo. Por supuesto, también se podría mencionar lo que pasó en Perú en 2022-2023.

En diciembre de 2022, el presidente peruano Pedro Castillo, exprofesor, proveniente de una familia campesina de Cajamarca, una de las provincias de la Macrorregión Norte del Perú, sindicalista, docente, de izquierda, elegido gracias al voto popular de las regiones andinas, anunció, en un mensaje a la nación en la mañana del 7 de diciembre de 2022, su decisión de disolver el Congreso y convocar nuevas elecciones legislativas en 9 meses, y luego una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución peruana. De esa manera, el Presidente Castillo trataba de bloquear una nueva tentativa del Congreso peruano, dominado por la derecha capitalista y racista, de destituirlo por una "permanente incapacidad moral". Efectivamente, desde el primer día de su elección como Presidente de Perú, esa Cámara de diputados, extremadamente corruptos y desacreditados (los vencidos de la elección presidencial) actuó de manera obstruccionista, intentando destituirlo varias veces durante ese corto año y medio de mandato. El Congreso rechazó la disolución y procedió a una votación que obtuvo la destitución del Presidente constitucional, y luego su detención. El mismo día de la detención del Presidente Castillo, ascendió a la Presidencia de la nación la vicepresidenta, en ese momento, Dina Boluarte, (a pesar de haber sido elegida en la misma lista de izquierda que el presidente), mediante un pacto con la derecha y la ultraderecha del Congreso y los representantes de las altas autoridades de las instituciones represivas del Estado (ejército, policía). Eso provocó una gran frustración y una gran indignación popular, aunque la gestión del presidente electo no había respondido en ese primer año y medio de mandato a las expectativas depositadas en él. Fue en el Sur del país, en primer lugar, donde se organizó un levantamiento popular anti-putschista liderado por las organizaciones campesinas, sindicatos, cargos electos locales, diversas federaciones y mujeres organizadas. Los acontecimientos se agravaron, los sublevados se lanzaron a la calle, rodearon un aeropuerto, y comenzó, en todo el país, una escalada de muertos y heridos, provocada por una represión extremadamente violenta. Se extendieron por todo el país, asambleas populares, manifestaciones, cortes de carreteras y se fueron ampliando en las semanas siguientes. El gobierno de Dina Boluarte, acusaba a la masa campesina, artesana, docente, a los trabajadores independientes, a los jóvenes estudiantes rebelados, de terroristas que querían "desestabilizar la democracia", en una amalgama de calumnias con los movimientos terroristas de los años 1980, ahora desaparecidos. La Presidenta envió contra todos y todas las fuerzas policiales y las fuerzas armadas, quienes reprimieron violentamente y sin discernimiento.

El balance final fue de 69 muertos, entre los cuales 49 por balas, y centenares de heridos. En su marcha hacia Lima (la Toma de Lima, fines de enero de 2023), miles y miles de manifestantes, autoorganizados, autobús por autobús, llegaron a Lima desde todas las regiones del país y denunciaron ¡Dina asesina, el pueblo te repudia! Exigen el ¡Cierre del Congreso!, ¡Nuevas elecciones ya!, ¡Referéndum para una Asamblea Constituyente!, ¡Castigo a los culpables! En abril de 2024, aún son los mismos lemas los que la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha trataba de unificar nacionalmente para una nueva marcha hacia Lima. Esas exigencias y esa lucha están profundamente arraigada en las regiones, pero todavía debe definir y afirmar la potencia de un proyecto nacional alternativo.

José Carlos Mariátegui (1894-1930), como fuente de inspiración

Hablar de resistencia popular y de insurrección en Perú nos lleva, casi automáticamente, a la figura y la obra del peruano José Carlos Mariátegui quien, en 1928, en su obra "Siete ensayos de interpretación sobre la realidad peruana", hacía alusión a la importancia del pensamiento andino, encerrado entre las tradiciones incas y el colonialismo hispánico, y confrontado al choque cultural que se deriva. Su lucha fue una reivindicación de lo que es más concreto y más necesario: la propiedad de la tierra. Desde esa época, Mariátegui puso las bases de la comprensión del sometimiento de América Latina al capitalismo mundial, arraigado en un pasado colonial.

Como lo dijo Mariátegui: "Ciertamente, no queremos que el socialismo en América Latina sea una copia o un calco. Debe ser una creación heroica. Debemos dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestra lengua, a un socialismo indoamericano. Es una misión digna de una nueva generación". José Carlos Mariátegui "Aniversario y Balance", Amauta, 1928, nº17, pp. 2-3. [3]

«Ciertamente, no queremos que el socialismo en América Latina sea una copia o un calco.» Mariátegui

Esta cita de Mariátegui subraya la necesidad de rechazar, una vez por todas, el eurocentrismo y el dogmatismo que caracterizaron a numerosos autores y organizaciones durante los dos últimos siglos. Debemos partir de las características de cada país y conseguir encarnar el programa de emancipación social, anticapitalista, antirracista, antipatriarcal, antiimperialista, ecológico y revolucionario en la realidad de cada país y de cada continente. Debemos dar una forma concreta y contemporánea al "socialismo indoamericano" universal por el que luchó Mariátegui.

Al mismo tiempo, Mariátegui afirmaba: "Tenemos el deber de no ignorar la realidad nacional; pero también tenemos el deber de no ignorar la realidad mundial." Mariátegui, 1924 Lo nacional y lo exótico.
[4]

Mariátegui comprendió el papel fundamental de las naciones indígenas en la conquista de su emancipación: "La solución al problema del Indio debe ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios". Mariátegui, Siete ensayos de interpretación sobre la realidad peruana.

«La solución al problema del Indio debe ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios.» Mariátegui

Mariátegui consideraba que si se quería construir una sociedad socialista, era necesario tener en cuenta "la supervivencia de la comunidad y de los elementos del socialismo práctico en la agricultura y la vida indígena". Mariátegui, Siete ensayos de interpretación sobre la realidad peruana.

Como escriben Alberto Acosta y John Cajas Guijarro: «El Amauta sugirió que la vida comunitaria indígena tiene raíces ancestrales basadas en una "una comunidad inca" que podría evolucionar hacia un "comunismo agrario del ayllu"». [5]

Esto nos hace recordar un texto muy importante de Karl Marx (que Mariátegui no pudo conocer ya que se publicó después de su fallecimiento) en el que respondía a la populista rusa Vera Zasúlich, diciendo que Rusia podía saltarse la etapa del capitalismo que dominaba a Europa occidental, partiendo de la tradición comunitaria de la aldea campesina. [6]

Por otro lado, Mariátegui escribió: «La organización comunista primitiva más avanzada que conocemos en la historia es la de los Incas. No queremos, ciertamente, que el socialismo sea absoluto, abstracto, indiferente a los hechos, a la realidad cambiable y móvil; la idea germinal, concreta, dialéctica, operacional, rica en poder y capaz de movimiento, vale la pena.» (Citado por Michael Löwy en El marxismo es América Latina, LOM, Chile, 2007, p. 120).

Resistencia, rebelión y revolución

Retomemos, por lo tanto, el libro El levantamiento popular plurinacional de junio de 2022 casi donde lo hemos dejado, en el derecho a la resistencia.

En el texto, los autores subrayan el interés de la diferenciación hecha por Quintana (2020, p.45) entre resistencia, rebelión y revolución, que comprende la "resistencia" como acciones para socavar las leyes, la "rebelión" como un conjunto de acciones de resistencia que rechazan la autoridad en su totalidad, y la "revolución" como la suma del rechazo a la autoridad con la intención de establecer un nuevo gobierno o un nuevo régimen.

Según Quintana, el derecho a la resistencia tiene por objetivo prevenir una situación y limitar un estado de indefensión, de manera que cuando las leyes se vuelven tiránicas, pierden legitimidad y las protestas ganan en importancia.

Como lo indican los datos de Latinobarómetro (2022), la desconfianza con respecto a las funciones del Estado ecuatoriano estaba cerca del 85%, lo que condujo a situar a una organización, la CONAIE, que reivindica su legitimidad como antagonista del Estado, a tener una imagen positiva en esa época del 62%.

El enfrentamiento era inminente: el conflicto de ideas condujo al "poder realmente existente" (como lo definen los autores) a elaborar estrategias mediante todo tipo de alianzas con los medios de comunicación "mercenarios" y con las fuerzas de represión, alejándose de una objetividad mínima o de la presupuesta independencia periodística, de cualquier medio que no se preste a ser un instrumento de propaganda.

La desconfianza con respecto al Estado ecuatoriano estaba cerca del 85% mientras que la CONAIE tenía una imagen positiva en esa época del 62%

Los métodos van de la censura a la intimidación, de comportamientos no éticos al silencio y al tratamiento interesado de la información. El primer método utilizado consiste en minimizar la amplitud de la manifestación, a difundir informaciones falsas sobre la presencia de personas en las calles, luego a negar de manera "constante y esquizofrénica" la violencia del Estado, y finalmente, a ponderar la falta de voluntad de diálogo de los manifestantes.

Asimismo, la farsa del tráfico de drogas como principal financiador de las manifestaciones y la cortina de humo entre correísmo y anticorreísmo, fueron difundidas con el fin de sembrar la división y la confusión. No contentos con eso, finalmente recurrieron al espectro del enemigo interior, creando otra falsa dicotomía ente "indígenas" y "no indígenas".

Al fin y al cabo, esas estrategias se toparon con tres problemas: la incapacidad de influir en la opinión pública y en dividir las organizaciones, el contraste con la versión de los medios internacionales y la expresión de los sectores sociales contra la criminalización de la propuesta, y la desinformación por los medios "mercenarios".

Las políticas represivas evolucionaron, el discurso de la derecha se radicalizó e incluso se estableció por decreto la inscripción de organizaciones en una lista de asociaciones terroristas. La necesidad de las élites de preservar su poder se cristalizó en las movilizaciones de la burguesía en la calle, en la aparición de nuevas personalidades políticas que pretenden estar por encima del conflicto y de no hacer política, en la aparición de partidos que se hacen pasar por movimientos ciudadanos. Las redes sociales se enardecieron con propósitos racistas, xenófobos y misóginos que dejan vislumbrar, claramente, una rampante deriva neofascista.

Las manifestaciones de octubre de 2019 y de junio de 2022 no marcaron el nacimiento de un programa de reivindicaciones de los pueblos (que ya existía desde los años 1990), ni de las nacionalidades, ni de la clase obrera del Ecuador, sino que sirvieron a acrecentar su visibilidad. Sobre la cuestión de la plurinacionalidad, el debate permanece abierto a varias preguntas: ¿Qué es? ¿Cómo lo contempla el poder realmente existente? ¿Cuáles son sus aportes y sus límites?

Las manifestaciones de octubre de 2019 y de junio de 2022 no marcaron el nacimiento de un programa de reivindicaciones de los pueblos (que ya existía desde los años 1990), ni de las nacionalidades, ni de la clase obrera del Ecuador

El Levantamiento revela la catástrofe del mito burgués, la crisis de la "democracia" liberal, la perpetuación de la dominación de unos sobre otros.

Aunque hayan pasado tantos años, las palabras de Mariátegui siguen siendo actuales: "La burguesía no tiene más mito. Se volvió incrédula, escéptica, nihilista (…) Lo que diferencia a la burguesía del proletariado, en nuestra época, es el mito (…) La burguesía niega, el proletariado afirma."

El concepto de plurinacionalidad implica la concepción de un Estado anticapitalista, comunitario y popular que supone una ruptura con la dominación socioeconómica, especialmente, al cuestionar la dependencia con respecto al sistema de endeudamiento. Sistema impuesto por los mercados capitalistas y la pesada carga resultante del pago de deudas ilegítimas que las élites rechazan negociar.

El concepto de plurinacionalidad implica un Estado anticapitalista, comunitario y popular que supone una ruptura con la dominación socioeconómica al cuestionar la dependencia con respecto al sistema de endeudamiento

Como afirman los autores del texto, la parálisis de la producción, de la circulación y del comercio afectó fuertemente a las clases dirigentes, pero también consolidó el poder de sectores populares. La democracia comunitaria de base se ha materializado en un torrente de solidaridad organizada y espontánea. El 20 de junio 2022, después de una semana de intensas manifestaciones sucesivas, el gobierno no podía más. Este se volvió hacia el diálogo como única salida, a pesar de que en ningún momento se trató de un verdadero diálogo: las condiciones eran, como siempre, impuestas por aquellos que las habían impuesto siempre, y la primera reunión, celebrada el 25 de junio con representantes de las cinco funciones del Estado, no dio resultados positivos. Después de una serie de negociaciones, el acuerdo de paz fue firmado el 30 de junio. Así se ponía fin a 18 días de movilizaciones y protestas en todo el país y se establecía un mecanismo de negociaciones de 90 días para evaluar el respeto a esos acuerdos y compromisos firmados.

La agenda de "diez puntos" presentada por los presidentes de la CONAIE, FEINE y FENOCIN fue el objeto de una mediación con el gobierno, entre el 13 de junio y el 14 de octubre de 2022, siendo el intermediario la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. A pesar de que las organizaciones hayan insistido en que las diez mesas de diálogo fueran públicas, la resistencia del gobierno fue evidente en todo momento.

Según las organizaciones, los desacuerdos prevalecieron sobre los acuerdos, impidiendo así cualquier solución viable a las discusiones antagonistas. Las mesas que progresaron fueron aquellas dedicadas a las políticas sociales, mientras se rechazaban las demandas de los sectores más pobres, revelando "la hipocresía del credo capitalista". El inmovilismo de la parte gubernamental era evidente, lo que se refleja en esta frase de los manifestantes: "En un sentido radicalmente opuesto, el PPP (Poder Popular Plurinacional) se asemeja más a la armonización de una orquesta y a un cambio de repertorio de un recital, que a la destrucción de los instrumentos y de la escena, que provocaría la consternación del público". Después de las manifestaciones, es urgente comprender la importancia del control popular del territorio nacional y del retorno al ejercicio de la soberanía por el Soberano, o sea, el propio pueblo.

«En un sentido radicalmente opuesto, el PPP (Poder Popular Plurinacional) se asemeja más a la armonización de una orquesta y a un cambio de repertorio de un recital, que a la destrucción de los instrumentos y de la escena, que provocaría la consternación del público».

Al mismo tiempo, las críticas de la CONAIE con respecto a Pachakutik no tardaron en resonar, respondiendo a sus acusaciones de "autoritarismo étnico indígena" y subrayando la división entre la CONAIE y su brazo político producida a fines de 2021.

Finalmente, los autores de este libro dan la razón al "Mariateguismo", y denuncian el mal uso que hace el poder realmente existente para inocular el virus del enemigo interior, falsificando el pensamiento de José Carlos Mariátegui. Los autores definen a Mariátegui como alguien "avanzado a su tiempo", ya que aportó una particularidad al relato marxista en los Andes y a su relación con los modos de producción capitalistas globales.

La última de las 14 tablas que figuran en el texto (ejemplo de la minuciosidad de sus autores a lo largo del libro en cuanto a cifras, datos, fechas, etc.) es una comparación entre las propuestas del proyecto político de la CONAIE y «Los siete ensayos sobre la interpretación de la realidad peruana» de Mariátegui.

Las convergencias son evidentes.

Y es así, que nos reencontramos con una de las frases del sabio maestro que, después de décadas de lucha, nos llega directamente en estos tiempos inciertos: "A pesar de mi certidumbre del imperativo de gobernarnos con nuestro cerebro, tengo el romanticismo de gobernarme con mi corazón". Mariátegui

El autor agradece a Fernanda Gadea y a Jean Puyade por su ayuda en la redacción de este epílogo.

Traducido por:Griselda Piñero

Notas

[1] El libro Estallido-La rebelión de Octubre publicado en castellano por la editorial Red Kapri, Quito 2020, y en coediciones: Editorial Quimantú, Chile; Editorial El Colectivo, Argentina; Ediciones Zur, Uruguay; Bajo Tierra ediciones, México, La Fogata Editorial, Colombia. También ha sido traducido y publicado en Londres por Resistance Books, Londres, 2023. https://resistancebooks.org/product/uprising-the-october-rebellion- Los autores realizaron una gira por Europa, en 2023, para presentar su libro. Una edición en francés está en preparación, en la editorial Syllepse.

[2] Éric Toussaint, «Los préstamos envenenados del Banco Mundial y del FMI a Ecuador», 4 de febrero de 2021, https://www.cadtm.org/Los-prestamos-envenenados-del-Banco-Mundial-y-del-FMI-a-Ecuador. Sigue: «Ecuador: Resistencias a las políticas determinadas por el Banco Mundial, el FMI y otros acreedores entre 2007 y 2011» https://www.cadtm.org/Ecuador-Resistencias-a-las-politicas-determinadas-por-el-Banco-Mundial-el-FMI-y

Por último «Ecuador: De Rafael Correa a Guillermo Lasso vía Lenín Moreno» https://www.cadtm.org/Ecuador-De-Rafael-Correa-a-Guillermo-Lasso-via-Lenin-Moreno

[3] https://www.marxists.org/espanol/mariateg/1928/sep/aniv.htm

[4] https://www.marxists.org/espanol/mariateg/oc/peruanicemos_al_peru/paginas/nacional.htm

[5] Alberto Acosta y John Cajas Guijarro, «Mariátegui y las teorías de la dependencia», 15/07/2022, Rebelión, https://rebelion.org/mariategui-y-las-teorias-de-la-dependencia/

[6] Carta de Karl Marx a Vera Zasúlich, 8 de marzo de 1881, https://kmarx.wordpress.com/2014/01/13/cartas-de-marx-a-vera-zasulich-y-al-director-de-otiechestvennie-zapiski/ Vease también Karl Marx - Friedrich Engels (1881): Proyecto de respuesta a la carta de V. I. Zasulich, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/81-a-zasu.htm Texto original en francés: K. Marx, «Réponse á Vera Zassoulitch», 1881, https://www.marxists.org/francais/marx/works/1881/03/km18810308.htm



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Eric Toussaint


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