"No hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la muerte: miro lo pasado, miro lo futuro, y por mi mano pasa lo presente"(Simón Bolívar en Mi delirio sobre el Chimborazo).
La XVI Cumbre de los BRICS, que se celebró en la ciudad rusa de Kazán, del 22 al 24 de octubre, ha traído muchos comentarios, sobre todo porque se sostiene que Brasil objetó el ingreso de la República Bolivariana de Venezuela al grupo de los BRICS+.
Desde el gobierno bolivariano se dijo que Venezuela contó con el "respaldo y apoyo de los países participantes en esta cumbre para la formalización de su ingreso a este mecanismo de integración", pero "la representación de la cancillería brasileña (Itamaraty), liderada por el embajador Eduardo Paes Saboia, decidió mantener el veto que (el expresidente Jair) Bolsonaro aplicó a Venezuela durante años".
Esta acción "constituye una agresión a Venezuela y un gesto hostil", y también se tildó de "inexplicable e inmoral" el veto.
El excanciller y asesor del Gobierno brasileño Celso Amorín había adelantado que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva no impulsaría el ingreso de Venezuela a los BRICS, fundado en 2009 por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Pero lo de Lula no es nuevo
El comportamiento hostil de Luiz Inácio Lula da Silva contra Venezuela no es nada nuevo. Como negociador de Venezuela, para su adhesión el Mercosur, fui testigo de cómo los representantes de la cancillería de Brasil (Itamaraty), retrasaron nuestro ingreso a ese mecanismo de integración a través del parlamento de ese país.
Mientras, los parlamentos de Argentina y Uruguay, aprobaron rápidamente nuestra adhesión, el de Brasil duró muchos meses para hacerlos.
Recuerdo que, siempre, en los párrafos que se mencionaban la propuesta del comandante Chávez, de la creación del Banco de Sur y de una televisora del Sur, los que hacían objeciones eran precisamente los representantes de Itamaraty que, por lo demás, eran y siguen siendo dignos representantes del pensamiento neoliberal.
Importante mencionar que, en diciembre de 2015, se abrió un proceso de acusación por corrupción contra la mandataria constitucional de Brasil, Dilma Rousseff y tras recorrer un largo camino por la cámara baja y la cámara alta del Congreso, de recolección de pruebas, presentación de testimonios y otras diligencias por parte de una comisión especial del Senado, Rousseff fue hallada culpable y destituida, definitivamente, el 31 de agosto de 2016, y de esa forma se consumó el golpe de Estado en Brasil.
Mientras tanto, Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado a 9 años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero. Por cierto, ningún medio de comunicación, en ese país, salió en defensa de Lula, entre otras razones, porque nunca se promovió desde el gobierno de Brasil medios alternativos al de los capitales.
Pero, resulta que Lula sí tuvo un medio de comunicación que salió en su defensa, y fue precisamente la televisora del Sur, Telesur.
Por eso, como se menciona en la canción, Pedro Navaja, de Rubén Blade: "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios".
Así que toma tú tomate.
Venezuela en los BRICS: de la resistencia a la insurgencia
Debemos tener claro que hemos logrado desarrollar la etapa de la resistencia con la Diplomacia de Paz. De allí que el imperio haya fracasado con el intento de magnicidio contra el presidente Maduro en agosto de 2018. Luego, acudieron a la "ayuda humanitaria", con unos camiones provenientes de Estados Unidos, que intentaron entrar por el puente Tienditas en la frontera entre Cúcuta y Táchira (2019). También fracasaron.
Finalmente, intentaron una invasión con la llamada "Operación Gedeón", que consistió en un intento de un grupo de militares traidores venezolanos, que se encontraban en el exilio desde enero de 2019, y de tres integrantes de una fuerza de seguridad privada con sede en Estados Unidos, de invadir el sagrado suelo de nuestro país. Igualmente, no tuvieron éxito.
Al unísono, se han venido aplicando las medidas unilaterales coercitivas, con renovaciones cada año, que han generado consecuencias muy profundas y negativas para la economía venezolana y, sobre todo, para el pueblo digno y valeroso de Venezuela.
Esa etapa, de la resistencia, continúa.
Sin embargo, nuestra incorporación, como miembro pleno a los BRICS, significaría pasar a una nueva etapa, que sería la de la insurgencia e insubordinación.
Es indudable que la emergencia, fortalecimiento y expansión del bloque BRICS en los últimos años ha venido aparejada con la creciente disputa geopolítica internacional, que se desarrolla entre Estados Unidos, que quiere y lucha por seguir reinando, y Rusia y China, que ya son potencias y están disputando, con mucha fuerza, la hegemonía del mundo.
No hay acontecimiento internacional en el mundo, incluso en el llamado "patrio trasero" de EEUU donde esas tres potencias no estén presentes y en disputa.
Y como dice algunos analistas: la incorporación de Venezuela al BRICS+ forma parte entonces de un proceso en curso en el cual estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo orden, que si bien no está exento de contradicciones en su seno y trae retos significativos, constituye una alternativa necesaria a la dictadura de un Occidente preso de sus propios mitos y dispuesto, en nombre de la idea de "libertad" y "democracia" de sus élites, a invadir países y destruir sociedades para garantizar los ciclos de reproducción ampliada del gran capital.
También se sostiene que los BRICS son la punta de lanza de lo que se llama el Sur Global, o sea, los países antiguamente llamados del Tercer Mundo, donde viven las tres cuartas partes de la humanidad, principales víctimas de los efectos nocivos de la globalización, pero que poseen la mayor parte de la diversidad genética, especies únicas y ecosistemas frágiles del planeta y que se niegan a alinearse con uno u otro de los poderosos del Norte Global, el otro nombre para Occidente.
Nuestra adhesión a los BRICS sería entonces alinearnos con países que respetan la soberanía, la independencia y autodeterminación de los pueblos. Países que se inscriben en la Diplomacia de la Paz, que está establecida en nuestra constitución, y, además, no están promoviendo guerras por el mundo.
Las palabras del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, son lapidarias al respecto:
"La principal diferencia de los BRICS, al igual que de otras estructuras creadas sin la participación de los países occidentales por los Estados de la mayoría mundial, del este global, es que no se crean para combatir o luchar con alguien, sino para utilizar ventajas objetivas y competitivas derivadas de la ubicación geográfica, la historia común, la proximidad, la comunidad, la conexión de las estructuras económicas, como es el caso de los países de la antigua Unión Soviética".
Desde la misma cancillería venezolana se informa que la adhesión de Venezuela convertiría a los BRICS en "la potencia petrolera y energética definitiva, y facilitaría la diversificación de las fuentes de energía entre los miembros (Brasil, Rusia, India, China, Suráfrica, Irán, Arabia Saudí, Emiratos, Egipto y Etiopía)".
Asimismo, su posición geográfica, con "acceso al océano Atlántico, brinda una conexión estratégica con otras regiones del mundo, lo que coadyuvará a incrementar y profundizar aún más la cooperación económica y comercial entre los BRICS y América Latina y el Caribe".
La entrada de Venezuela a este grupo garantizaría una relación "ganar-gana", y supondría "un mensaje clave" de que Venezuela "se alinea siempre a la paz y a la búsqueda de alternativas, ante una hegemonía que intenta aplastar la diferencia".
Nada de caer en provocaciones
Harán de todo para que Venezuela no sea miembro pleno de los BRICS+, pero como comentó el presidente Nicolás Maduro en su viaje, atrevido y osado, a la XVI Cumbre de este grupo: "En este espacio, que es el epicentro del mundo nuevo, ya estamos los cuatro grandes países petroleros del mundo y Venezuela, modestamente, viene a ofrecer su parte desde un proyecto económico de autonomía, de desarrollo endógeno, desde un proyecto económico que exige un gran alto nivel de inversión".
También el presidente dijo que "Los BRICS se han convertido ya en el epicentro del Nuevo Mundo multipolar. Los BRICS son el epicentro del mundo, de la nueva geopolítica, de la diplomacia, de la paz y, sobre todo, son la esperanza de que los países del Sur Global que aspiramos al desarrollo que desde hace 200 años".
Y agregó: "Una economía que no se maneje en base a las sanciones, a los chantajes, al economicismo, sino una economía que se maneje en base a la cooperación, al comercio verdaderamente libre, a la inversión compartida, a la nueva tecnología".
Venezuela, en términos de su Constitución y sus planes de gobierno, ya forma parte de ese nuevo mundo de los BRICS, y, como insistió el mismo presidente: su presencia en la Cumbre tiene como propósito "compartir nuestros sueños, nuestras esperanzas de un mundo sin colonialismos, sin hegemonismo, sin imperialismo; de un mundo donde las superpotencias emergentes puedan compartir con los países que aspiramos. desde el Sur Global a la independencia, al desarrollo y a la prosperidad".
Y, finalmente, Maduro comentó: "Hay una América no colonialista que está conmemorando 200 años de la gesta histórica de Junín, Ayacucho, es Nuestra América y desde Nuestra América, le decimos al resto del mundo que estamos preparados para construir un mundo nuevo".
Al referirse a las oportunidades de consolidación de Venezuela como potencia petrolera, recordó que el Gobierno bolivariano siempre pensó en la posibilidad de agruparse en un proyecto económico de desarrollo y cooperación con los países que poseen las mayores reservas de crudo del mundo, como Rusia, Arabia Saudita e Irán.
Importante decir es que en esa reunión de los BRICS+ el presidente Maduro, como parte de su agenda de trabajo en Kazán, logró reunirse con los principales líderes de ese grupo.
Como conclusión, digamos que los venezolanos y venezolanas siempre hemos tenido que luchar muy fuerte para lograr los objetivos buscados. En este caso, necesario e importante es no caer en provocaciones. Sigamos en nuestra lucha por el ingreso, como miembro pleno a los BRICS+ y recordemos siempre las palabras que se encuentran en el epígrafe del padre de la patria.