Trump comenzó su campaña con un bajo nivel de aceptación, pero en la medida que fue cambiando su discurso radicalista, comenzó a subir en las encuestas, llegando el primer debate con Biden, donde al actual presidente de Estados Unidos, se vio despistado, cayendo estrepitosamente en las encuestas y por ende su partido, los Demócratas, le pidieron declinar a su reelección y él mismo accedió; designando el partido Demócrata como su candidata a Kamala Harris, quien le dio un leve impulso a la candidatura demócrata, pero Trump comenzó a tocar otros sectores, los cuales no le tenían confianza por su posición cuando fue presidente; primero cambió su discurso hacia los latinos, prometiendo que traería prosperidad económica a los latinos en Estados Unidos; por otra parte dijo que las sanciones son malas, diciendo: "Lo que estamos haciendo con las sanciones es obligar a todo el mundo a alejarse de nosotros. Así que no me encantan las sanciones". Con esta aseveración, Trump cambia su discurso injerencista y analiza los intereses económicos que tiene Estados Unidos sobre otros territorios, sobre todo ante un conflicto permanente en el medio oriente, teniendo de este lado del continente una fuente energética segura, como lo es Venezuela.
Por otro lado Trump, también dijo que no es partidario de los esfuerzos de Estados Unidos por castigar a Moscú, por su operación especial en Ucrania; incluso manifestando en uno de sus discursos que él acabaría con el conflicto Rusia/Ucrania; de igual manera criticó la idea de que Washington debe ayudar a proteger a Taiwán; además culpa al gobierno de Biden de la situación entre Palestina e Israel, manifestando, que si él hubiera seguido en el poder, no habría empezado ninguna guerra; situación que resulta difícil de creer, pero lo que sí es cierto, es que la relación entre Trump y Rusia es más cercana que la del gobierno de Joe Biden, lo cual podría incidir en la mediación de algunos conflictos.
El nuevo enfoque que dio Trump a sus políticas lo han llevado, este miércoles 6 de agosto, siendo las 7am, a ser el ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, faltando unos cuantos Estados por informar los resultados electorales, pero desde ya, se considera el nuevo presidente de Estados Unidos, porque remató en los metros finales y le sacó una buena ventaja a Kamala; lo que podríamos decir, es una paliza a los demócratas, en contra de lo cerrado que se presentaban las encuestas; además de obtener los votos electorales, también ha obtenido la mayoría del voto popular, lo que no pasaba desde hace muchos años, cuando por lo general, quien gana la presidencia de USA lo hace por los votos electorales, pero teniendo una menor cantidad de votos de electores a su favor, o el denominado voto popular.
Bueno, por el bien de la humanidad, esperemos que Donald Trump cumpla con sus promesas electorales que le han dado un holgado triunfo en Estados Unidos.