(De Venezuela para México)
La actitud que viene demostrando la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, con otros países hermanos, caso de Cuba y Venezuela, se constituye en un claro ejemplo del rol que debieran asumir otros jefes de Estado de nuestro Continente, para lograr la Unión Latinoamericana y así consolidar la independencia absoluta de la región.
Recordemos que Sheinbaum, a solo escasos días de haber asumido la presidencia de México, dejó en claro que su gobierno no asumiría la errada práctica del injerencismo, es decir, se negó a inmiscuirse en los asuntos internos, caso específico de Venezuela, en cuanto al resultado electoral que se produjo para escoger al presidente de la República.
Aún cuando una auténtica jauría de ex-presidentes latinoamericanos, arrastrados al imperio, instaron a Sheinbaum a que condenara el resultado electoral que dió como ganador al presidente Nicolás Maduro, no obstante y en repuesta la presidenta del Estado mexicano dejó saber que no iba a irrespetar la Constitución de su país, que le prohíbe inmiscuirse en los asuntos internos de otras naciones.
Está vez, es decir, hace escasas horas, Sheinbaum acaba de nuevo de solidarizarse, para sorpresa de muchos, con Cuba y Venezuela.
Le ha planteado sin ambigüedades y por vía telefónica al presidente recién electo de EEUU, Donald Trump, que retire el bloqueo y las sanciones en perjuicio de ambas naciones, por cuanto esas medidas, humillantes e injustificadas, que afectan además a las poblaciones más vulnerables, lo que hacen es alentar la inmigración, que de hecho no le conviene a Estados Unidos.
Así vemos pues que Sheinbaum, a pesar que tiene poco tiempo dirigiendo los destinos de México, ha venido demostrando su voluntad y solidaridad con otras naciones, en procura de lograr la mayor suma de felicidad posible en favor de sus poblaciones, como lo llegó a plantear en el pasado, nuestro Libertador Simón Bolívar.
Al mismo tiempo esta conducta de la presidenta mexicana, contribuye o abre una ventana para alentar que se cumpla la Unión Latinoamericana.
Que distinto sería, en rechazo a las políticas maquiavélicas de EEUU, si se diera la hermandad en nuestro Continente, como lo soñó siempre el Padre de la Patria.
Desde Venezuela, una vez más, le agradecemos ese nuevo gesto de hermandad y de humanismo que ha tenido la presidenta Sheinbaum a favor de nuestro pais, que de paso se constituye en un claro ejemplo para otros jefes de Estado, que por el contrario se desviven por meterse en los problemas internos de otras naciones.
Todo por solidarizarse con las perversas políticas del imperio norteamericano, que irrespeta la soberanía, la independencia, la libertad y la autodeterminación de los pueblos.
