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Así como Siria tenía poderosos enemigos como los gringos, Turquía e Israel, Venezuela igualmente se encuentra en la mira de países como Colombia (con 9 bases estadounidenses), Brasil y algunas islas del Caribe como Trinidad y Tobago, Curazao y Aruba (en general, muchos de los que conforman esa alianza británica y holandesas frente a las costas de Venezuela). La punta de lanza de estas acciones, se van a concentrar en Guyana, bajo la dirección del Comando Sur. En nombre de la defensa nacional, los gringos juntos con sus mercenarios y los guyaneses van a tomar militarmente el Esequibo y las desembocaduras del Orinoco, y tratarán de penetrar parte del territorio nacional. Hay que recordar que entre Guyana y Venezuela existen unos 800 kilómetros de frontera, y podrían establecerse varias cabezas de playa, en las que Guayana alegará en todas ellas, "asentamientos para la protección de nuestra seguridad interna". Sin duda, que uno de los puntos que tratarán de controlar con estas cabezas de playa, será el Delta del Orinoco.
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La proclamación de Edmundo González el 10 de enero, tiene mucho que ver con estas acciones. A este Guaidó II, se le dotará de un equipo ministerial, una Corte de Justicia, de unas fuerzas armadas (mercenarios y delincuentes especies de HTS, Al Qaeda y Estado Islámico), y como vicepresidenta a María Corina Machado. Las acciones terroristas podrán darse desde varios flancos a la vez, a lo largo también de las fronteras con Brasil y Colombia, en los días previos al 10 y también en los días posteriores. Por supuesto que en plan está el ataque sorpresas a sitios claves de nuestra infraestructura energética: pozos petroleros y gasíferos, centrales eléctricas, puestos de mandos militares, incluso aeropuertos.
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La guerra de desgaste contra Siria acabó sepultando al gobierno de Bashar al-Assad. Las guerras de desgaste son muy peligrosas y los planes ocultos para mantenerlas vivas son multidimensionales, híbridos y sin pausa. Nosotros en Venezuela desde 2014 comenzamos a sufrir una escabrosa guerra de desgaste. Pero el caso del Siria no se puede comparar con nuestra revolución: allá casi todo descansaba en las fuerzas armadas, que a la final terminaron tirando la toalla, aquí contamos con grandes organizaciones populares casi todas las semanas, con movilizaciones cívico-militar-policial permanentemente. Pero, claro, el peligro está latente, Estados Unidos (a través de compañías como la EXXON) está organizando con paramilitares colombianos, con mercenarios gringos (como Eric Prince) y pandilleros venezolanos algo parecido a los grupos integristas Hayat Tahrir al-Sham (HTS), encabezado por Abu Mohammed al Golani (antiguo militante de Al Qaeda y del Estado Islámico).
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Todo este cuadro alteraría peligrosamente la estabilidad política de la región, involucrándose en este conflicto Colombia y Brasil, así como el propio Caricom (cuya sede se encuentra en Georgetown). Nosotros tendríamos que hacer una declaración, en el sentido de que todo aquel país que se vea envuelto en ataques contra Venezuela podría ser blanco de nuestras acciones defensivas, y en esto debemos ser severamente contundentes. Nosotros debemos estar preparado para todos los frentes posibles
