Oriente y occidente sus diferencias y las semejanzas

La historia de Oriente y Occidente es vasta y compleja, son muchas las características, diferencias y similitudes, y ha habido una influencia permanente y continua, de una sobre la otra, que se han colado en el tiempo. Citemos las más resaltantes y conocidas y no conocidas. Destaquemos en principio lo acontecido en Oriente, desde las primeras culturas y diversidad de influencias sobre las civilizaciones indias, asiáticas, mesopotámicas, hebreas e islámicas. Sus relaciones cosmogónicas, religiosas, filosóficas, y el misticismo principalmente en el hinduismo, budismo, taoísmo, confucianismo. En el arte y la cultura el enfoque se vierte más hacia un equilibrio y armonía, en una búsqueda del conocimiento hacia el interior de cada ser. Es la historia de grandes imperios con un desarrollo económico próspero, como en China e India principalmente. En todas las regiones ha habido siempre una fuerte resistencia a la colonización desde occidente, manteniendo sus identidades culturales. En Occidente es la herencia clásica, cultural y filosófica desde la antigua Grecia y Roma, con fuerte influencias en las doctrinas abrahámicas, hebrea, cristiana e islámica, las más difundidas ideológicamente y que predominan en sus respectivos ámbitos de influencia regionales. Ha mantenido la práctica en la expansión colonial sobre otras partes del mundo, especialmente a partir de los siglos XV al XIX. Sus aportes en innovaciones técnicas, desarrollo científico y tecnológico, desde la Revolución Industrial hasta y lo más reciente y en progreso, según sean los avances de los nuevos paradigmas. Hay que destacar los valores democráticos y derechos individuales, aunque no siempre en perfecto equilibrio y armonía en cuanto a los Derechos Humanos.

Las principales diferencias son los valores culturales y filosóficos, Oriente enfatiza más sobre el colectivismo y la armonía social; en cambio Occidente tiende a enfocarse en los derechos individuales. Se diferencian en sus mitos, prácticas religiosas, filosofías y tradiciones de vida. El desarrollo tecnológico y de innovaciones en general ha avanzado más en Occidente, especialmente a partir de la Revolución Científica. También por su expansión colonizadora, que en Oriente se opuso mayor resistencia frente a ella. Como semejanzas citamos las contribuciones culturales significativas para la humanidad, desafíos históricos en ambos hemisferios con sus conflictos internos y externos, guerras y desafíos políticos, lo que ha llevado a incrementar los intercambios de ideas desde el pensamiento histórico, cultural y tecnológico, aunque con diferencias notables, que de manera sucinta, en su complejidad y fascinación. Claro está, una exploración más profunda haría que emergieran a la superficie muchos y variados aspectos, lo que caracterizaría aún más y con mayor nitidez, ese fino hilo conductor que enlaza ambos hemisferios civilizatorios, que en conjunto expondrían las más remotas experiencias, que en el fondo de la historia existen en la humanidad.

Tales ideas nos permiten pensar en las posibilidades en cuanto a la cultura, rica y variada, que la historia gruesa nos pasea por los sistemas de pensamiento, que van de lo místico al mito, la magia, la religión, la técnica, la filosofía, la ciencia y la tecnología, para todo lo que se constituye como lo universal, que en definitiva es lo que nos caracteriza como humanos, en un mundo que hemos creado, y es esa la esencia inmanente sobre lo que hemos podido llegar a conocer, y a saber que existe una complementariedad innata. Esto creemos se podría conjugar como místico y como cuántico, en su dualidad al comparar lo que se busca en la unión directa y personal con lo divino que mora en cada ser, y es trascendente a su paso por la existencia. Implica las experiencias acumuladas, que son más que razón y lógica, que conectan al individuo con una realidad superior, sagrada. Las claves hay que buscarlas en las experiencias personales, como esos momentos de revelación profunda, en la meditación y el éxtasis. Eso que para muchos pareciera como algo inexplicable, pues son difíciles de exponer con palabras, debido a su naturaleza espiritual y religiosa presente en todas las diversas tradiciones. Se dan en conexiones inmateriales, sintiendo la unidad con el cosmos o un algo supremo, trascendental a lo físico y tangible.

Lo cuántico se ha pretendido definirlo de muchas maneras, refiriéndose como una rama de la física, siendo la que estudia los fenómenos, pero esta vez no macro sino a escala microscópica, en especial a nivel de partículas subatómicas, donde las paradojas se suceden con más frecuencia de lo común. Las incertidumbres y probabilidades como aspectos claves, es decir, las partículas no tienen posiciones definidas hasta ser observadas, y sus comportamientos descritos en términos de probabilidades; pues son entrelazamientos cuánticos, como los fenómenos donde dos partículas pueden estar correlacionadas, de tal manera que el estado de una afecta al estado de la otra, y no importa la distancia que las separe. Esa dualidad Onda-partícula cuántica pueden exhibir propiedades de partículas y de ondas. Apréciese que a diferencia de la física clásica, la cuántica es no determinista; los resultados de experimentos no son predecibles con certeza, solo con probabilidad.

Comparando analogías, es como el Alfa y Omega, porque mística y cuántica pueden considerarse principios y fines en sus respectivos campos, como representaciones del principio y el fin espiritual; lo eterno infinito. Cuántico como de los fenómenos fundamentales que rigen el universo desde el big bang, y el comportamiento de las partículas subatómicas. Y junto a la idea y pensamiento de lo místico trascendental en conexión espiritual; en tanto que lo cuántico como pensamiento científico y filosófico, estudia la naturaleza fundamental de la realidad, ante el vacío y la nada, vacío como un concepto de plenitud espiritual y conexión con el todo, y la nada en el vacío cuántico, estado donde las partículas emergen y desaparecen, lleno de potencial. Siendo que lo místico y lo cuántico pertenecen a dominios diferentes, espiritualidad y ciencia, exploran las fronteras de lo conocido, lo intangible y lo tangible, dualidades que reflejan las diversidades que la humanidad ha emprendido, recorriendo caminos en búsqueda permanente por comprender las conexión en el universo. Son por tanto los conocimiento místico-mágico, teológico-religioso del pensamiento Oriental, ese misticismo y espiritualidad, con especial enfoque en tradiciones taoístas, budistas, hinduistas, con tendencia al enfoque de estas experiencias directas y trascendentes en lo personal y mental. Se logra con práctica del yoga, disciplinar al cuerpo y la mente, para que, a través de la meditación, confluyan las energías, como lo fundamental para alcanzar un estado de iluminación, la unión con lo divino. En Oriente el sincretismo combina múltiples prácticas y creencias, creando la rica tapizaría de prácticas.

En contraste, el pensamiento en Occidente, saturado por dogmas y teologías, profundamente influenciado por el monoteísmo abrahámico, y un fuerte énfasis en la autoridad institucional; desde un analitismo dual, racionalismo religioso sistematizado, que dio lugar a la escolástica. Filosofía que desde Platón y Aristóteles tienden a analizar y categorizar el mundo, hasta un cartesianismo mente-cuerpo, prominente tendencia por separar y distinguir. Especialización científica La ciencia occidental moderna, desde Galileo y Newton, ha progresado hacia una mayor especialización y compartimentalización, desarrollada a través de la experimentación y la observación sistemática. Evolución de corrientes racionalistas y el empirismo, y énfasis en el papel de la razón y la experiencia sensorial para la adquisición de conocimiento. Su humanismo, en especial a partir del Renacimiento, ha promovido una visión secular del hombre como centro de todas las cosas, destacando la importancia de la razón, la ética y la libertad individual. En la tradición del pensamiento oriental la integración y el holismo, desde el confucianismo es característico de ese universo, donde la ética y la moralidad se entrelazan profundamente, en el orden natural y la armonía social. En el Budismo Zen, enfatizan en la no-dualidad, y superar la distinción sujeto-objeto, logrando un estado de unidad y vacío. Hay una interconexión de los elementos del mundo, como en las ciencias naturales, como en la medicina tradicional china, el Ayurveda, ejemplos de sistemas médicos holísticos, considerando al cuerpo un todo integrado. Con tradiciones humanistas que a menudo integran aspectos espirituales y éticos, como el confucianismo, al promover una educación moral y el autocultivo para lograr una sociedad en equilibrio y armoniosa.



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Franco Orlando


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