Jueves, 27 de febrero de 2025.- Ya te lo dije, presta atención a lo que no digo, que de esta forma te estoy diciendo más, sobretodo, eso si, sobretodo, cuando por la cara que pones, parece que estuvieras oyendo lo que quieres oír y no, lo que no te digo o lo que te digo, sin decírtelo.
Tú sabes, las reglas del buen oidor o del que sabe escuchar lo que se le dice y lo que no se le dice, aunque esté en el aire lo que se le está diciendo, sin decírselo.
No sé, si me oíste bien o si sólo oyes lo que te conviene, lo que quieres oir y no te das cuenta de quien tiene la sartén por el mango.
O sea, yo, nosotros, pues, ¿capicci?
Ya te lo dije antes y no sé si me escuchaste, somos esclavos de lo que decimos y señores de lo que callamos, aunque en mi caso, puedo decir o no decir y siempre hago lo que quiero, más bien, lo que conviene a nuestros intereses.
¿Sound Familiar?
Como decía aquella vieja canción con la que se acababan las fiestas, ¿te acuerdas?:
Con dinero o sin dinero (pero, sobre todo con dinero), hago siempre lo que quiero y yo sigo siendo el Rey.
Llegamos a un acuerdo, yo cumplí con mi parte, tú con la tuya, bueno no del todo, te retrasaste un poquito, no trajiste todos los papeles, se retrasó un permiso, un trámite, algo no funcionó, hubo algún mal entendido, déjame averiguar, siempre en tu contra, por supuesto, ya que de entrada sabemos que tú no tienes la razón, nunca la tienes y yo siempre tengo la razón, siempre.
Y que esa manía tuya de ser tratado como un igual, sin serlo, enreda toda, nuestra una vez, lo que fue una vez, fluida conversación, comunicación, donde las reglas eran aceptadas, sin chistar y todo andaba sobre ruedas.
Será que no te acuerdas, porque en realidad eres muy joven y eso fue ya hace mucho tiempo, nosotros sacábamos el petróleo, nos lo llevábamos, lo refinábamos y les pagábamos su porcentaje respectivo, por supuesto asignado por nosotros.
Claro que era justo, cumplíamos religiosamente con todas las fases: exploración, perforación, extracción y transporte y por supuesto pagábamos a tiempo, pagábamos lo que nosotros considerábamos justo, ustedes lo aceptaban y hasta le enseñamos inglés.
Todo técnicamente limpio y financieramente impecable, nosotros satisfechos y ustedes contentos, durante años funcionó.
Y puede ser que vuelva a funcionar, si aprenden a oír correctamente.
Acuérdense lo que decían sus maestros: a buen entendedor pocas palabras bastan.
Abrase visto, semejante insolencia:
¿Qué es eso de agenda cero?
¿Qué es eso?
Hay, mi Venezuela querida, aprendamos a escuchar lo que dicen y lo que no dicen, pero muestran.
Y mucho cuidado con lo que llaman doble estándar.
Buenas tardes, para todos.
