Hay políticas que se deben ejecutar o al menos iniciar para que el planeta sostenga la vida durante al menos mil millones de años… aunque el costo presente sea alto: racionar el uso de recursos finitos, detener la extinción de especies, frenar el calentamiento global, asegurar el suministro de agua…
No son objetivos reales de los gobiernos actuales en el mundo.
Compañía de minería submarina va a solicitar a Estados Unidos autorización para explotar minerales en alta mar.
Secretario de Salud de EE.UU.: las empresas de alimentos crean adicción a los consumidores agregando suavizantes.
Millones de neumáticos británicos se envían a hornos de India.
Los glaciares andinos han perdido cerca del 50% desde los años 80, en Perú el 58 % de la población vivirá con escasez de agua para el 2030.
Hay una lucha globalismo-proteccionismo, unilateralismo-multilateralismo, desde la misma posición sobre consumismo, extractivismo, la naturaleza propiedad de magnates.
Estados Unidos llama a empresarios europeos a trasladar sus industrias bajo amenaza.
China invita a empresarios occidentales a hacer negocios ofreciéndoles seguridad y ganancias.
Rusia ve con satisfacción que regresan empresarios que se habían retirado por las sanciones.
El gobierno francés rogó a un fabricante de cosméticos que no se trasladara a Estados Unidos.
Alemania se opone a aranceles que limiten el comercio de sus productos.
Los BRICS se limitan a acuerdos para el crecimiento de sus economías.
No hay interés por buscar un modelo económico, social, ecológico y político nuevo.
Tampoco en el sur.
Las actuales tensiones y guerras de PIB y hegemonía ocurren antes del momento en que quizás otra civilización haga sostenible una historia larga de la biosfera.