"Cuando la antilógica se convierte en la lógica"
Desde el día 20 de enero del 2025, cuando Donald Trump se juramentó por segunda vez como presidente de Los Estados Unidos, el lenguaje agresivo y amenazante en contra del mundo, ha sido el tenor bélico económico y cotidiano de los mensajes presidenciales, y que en menos de tres meses, ha logrado "el milagro" de crear una insólita guerra de aranceles y de sanciones, afectando de manera significativa, al comercio internacional.
En todos los centros de análisis político – económico que existen en el todo el planeta tierra, presentan con mucha preocupación una serie de interrogantes que "rayan en la antilógica" sobre las nefastas de decisiones imperiales que están impactando negativamente a la economía mundial, tales como: ¿el presidente Donald Trump está consciente de las terribles consecuencias económicas por sus "locuras arancelarias"? ¿Cuáles son "las verdaderas razones" de estas medidas, más allá de que aparentemente lo hace para defender la industria y los productos estadounidense?
Si le hacemos una aproximación evaluativa a estos primeros 70 días como jefe de Estado del imperialismo estadounidense, observamos "las ruidosas declaraciones" que van desde expulsar a todos los migrantes, de adueñarse de Canadá, de Groenlandia, del canal de Panamá, hasta privatizar la Franja de Gaza…
Y en el caso de Venezuela, el ensañamiento imperial ha sido bien descarado e injerencista, cuando el gobierno estadounidense mantiene las sanciones, suspende las licencias petroleras, amenaza a las empresas que se atrevan a tener acuerdos con la industria petrolera nacional, además, de aplicar unas inhumanas deportaciones de venezolanas y venezolanos, a quienes califica de ser delincuentes y terroristas.
Otra característica del lenguaje presidencial, de éste "díscolo y disruptivo" personaje de la política, es que amenaza con imponerles fuertes aranceles a cuanto país le provoca y cuando estos reclaman, lo que hace es suspender la medida, hasta nuevo aviso, sin embargo, la guerra de aranceles con China, es de pronóstico reservado, al imponerle un 125% de aranceles a todo producto que quiera entrar a territorio estadounidense, y que ha generado la caída de las bolsas de valores.