En relación con Irán "todas las opciones están sobre la mesa"

En Washington una notable y ominosa campaña se está llevando a cabo para "contener a Irán". Eso quiere decir, en realidad, "contener la influencia iraní" en una confrontación que el corresponsal del Washington Post, Robin Wright, denomina "Segunda Guerra Fría".

Según Wright, la secuela merece ser analizada con cuidado, pues se desarrolla bajo la dirección de los ex especialistas sobre el Kremlin, la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el secretario de Defensa Robert M. Gates.

Stalin impuso la Cortina de Hierro para prohibir la influencia occidental; Bush-Rice-Gates están imponiendo la Cortina Verde para trancar la influencia iraní.

Las preocupaciones de Washington son comprensibles. En Irak, el apoyo iraní es bienvenido por gran parte de la mayoría de la población chiita. En Afganistán, el presidente Hamid Karzai describe a Irán como "un colaborador" y como "una solución".

En Palestina, Hamas, que tiene el respaldo iraní, ganó unas elecciones libres. Eso causó como respuesta un castigo salvaje a la población palestina por parte de Estados Unidos e Israel por atreverse a votar "de manera equivocada".

En Líbano, la mayoría de los libaneses ven a Hizbulá, que cuenta con el respaldo iraní, como "una fuerza legítima que defiende a su país contra Israel", informa Wright.

Y la administración Bush, sin ironía, acusa a Irán de "intervenir" en Irak, que de otro modo estaría al parecer libre de la interferencia extranjera.

El debate es parcialmente técnico. ¿Los números de serie en los explosivos de fabricación casera realmente provienen de Irán? Si es así, ¿está enterado el liderazgo de Irán del envío de explosivos, o solamente lo están los Guardias Revolucionarios de Irán? Como una manera de dictar el debate, la Casa Blanca planea designar a los Guardias Revolucionarios como una fuerza "global terrorista". Se trata de una acción sin precedentes contra la rama nacional de una organización militar iraní. Eso autoriza a Washington a emprender una amplia gama de acciones punitivas.

La retórica militarista sobre "contener a Irán" ha escalado hasta un punto en el cual ambos partidos políticos de Estados Unidos y prácticamente la totalidad de la prensa aceptan como legítimo y, de hecho, honorable que "todas las opciones queden sobre la mesa", para citar a los candidatos presidenciales más importantes. Y eso incluye las armas nucleares. "Todas las opciones sobre la mesa" significa que Washington está amenazando con la guerra.

La Carta de las Naciones Unidas proscribe "la amenaza o el uso de la fuerza". Estados Unidos, que ha elegido convertirse en un Estado al margen de la ley, desprecia las normas internacionales. Amenazamos y atacamos a cualquiera que deseemos.

La Segunda Guerra Fría también involucra una carrera armamentista. Estados Unidos ha propuesto vender armas a Arabia Saudita y a otros estados del Golfo por unos 20 mil millones de dólares, mientras aumenta la ayuda militar a Israel en 30%, a 30 mil millones de dólares durante 10 años.

Egipto recibirá 14 mil millones de dólares en un acuerdo a 10 años. La meta es enfrentar "un Irán más agresivo", dice un funcionario del gobierno de Estados Unidos.

La "agresión" de Irán consiste en ser un país bienvenido en la región, y en supuestamente apoyar la resistencia a Estados Unidos en el vecino Irak.

No hay duda de que el gobierno de Irán es criticable. La perspectiva de que Irán pueda desarrollar armas nucleares es muy preocupante. Aunque Irán tiene todo el derecho del mundo de desarrollar energía nuclear, nadie –incluyendo la mayoría de los iraníes– quiere que posea armas nucleares.

Eso se agregaría a los peligros mucho más serios presentados por otros países como Pakistán, India e Israel, que cuentan con armas nucleares gracias a la bendición de Estados Unidos.

Irán se resiste al dominio estadounidense o israelí en el Medio Oriente, pero apenas si representa una amenaza militar.

Cualquier amenaza potencial a Israel podría ser superada si Estados Unidos aceptara el punto de vista de la gran mayoría de sus propios ciudadanos y de los iraníes y permitiera que el Medio Oriente se transformara en una zona libre de armas nucleares, incluyendo Irán e Israel, y a las fuerzas de Estados Unidos desplegadas allí. También es bueno recordar que, según la resolución 687 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de 1991 –a la cual apela Washington cuando le conviene–, la intención es "establecer en el Medio Oriente una zona libre de armas de destrucción masiva y de misiles".

La febril política de Washington de una nueva Guerra Fría de "contención" se ha extendido incluso a Europa. Estados Unidos quiere instalar un "sistema defensivo de misiles" en la república Checa y en Polonia que es publicitado en Europa como un escudo contra los misiles iraníes.

Incluso si Irán tuviera armas nucleares y misiles de largo alcance, las posibilidades de que los usara para atacar a Europa son tal vez similares a las de que Europa sea alcanzada por un asteroide. En cualquier caso, si Irán llegara a indicar la más ligera intención de apuntar un misil a Europa o a Israel, el país sería vaporizado.

Por supuesto, Vladimir Putin está profundamente molesto por la propuesta del escudo. Nosotros podemos imaginar cómo respondería Estados Unidos si un sistema ruso de antimisiles se erigiera en Canadá.

Los rusos tienen toda la razón del mundo para considerar el sistema antimisil como enfilado contra ellos. Si bien ese tipo de sistema no podría nunca impedir un primer ataque, podría conjurar represalias. Por lo tanto, la "defensa de misiles" es considerada como un sistema de ataque. Incluso si la función de ese tipo de sistema fuera en contra de Irán –el objetivo declarado– el propósito consistiría en bloquear una respuesta iraní a una agresión de Estados Unidos o Israel.

El escudo, entonces, acrecienta la amenaza de guerra en el Medio Oriente y en cualquier otro lugar, con secuelas incalculables. Existe también la posibilidad de una guerra nuclear final. El temor es que, por accidente o de manera intencional, los planificadores militares de Washington o sus suplentes israelíes decidan transformar la Segunda Guerra Fría en una caliente.

Hay muchas medidas no militares para "contener" a Irán, incluyendo una disminución de la retórica y de la histeria. Y si todas las opciones están sobre la mesa, tal vez una de ellas sea la de emprender negociaciones en serio.



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Noam Chomsky


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