Si al cabo de 50 años las farc no son beligerantes en términos semánticos, entonces lo que si tenemos es un Estado inepto, también en términos semánticos.
Entiendo que el lenguaje diplomático sea sutil, o deba ser sutil, pues, ha sido configurado para que no se entienda, o lo entiendan muy pocos, como en aquella famosa frase que nos ilustra sobre las “cartas a Santander para que las entienda Bolívar”. Pero ese lenguaje diplomático no puede tergiversar el alcance semántico de las palabras, y beligerancia en términos diplomático, político o corriente, seguirá indicando un ambiente combativo o de guerra que se adelanta, para el caso de las Farc, entre un grupo armado contra un régimen establecido. Y no utilicemos el término ‘legal’, en el caso del ‘régimen’, porque ahí nos metemos en otras honduras.
Ahora bien, que el Estado no haya querido admitir la beligerancia de las Farc, y que al cabo de 50 años (si no es más), tampoco las haya podido erradicar, entonces nos encontramos ante un Estado dirigido desde Ospina Pérez en adelante, por unos presidentes ineptos que en términos semánticos significa no aptos ni a propósito para algo. Necios o incapaces. Poniendo en blanco y negro la definición del DRAE, nos podemos decir, entonces, que nuestros presidentes, desde la caverna de Ospina Pérez hasta la oquedad de Uribe, no han resultado “a propósito” para remover las circunstancias objetivas y subjetivas que crearon la beligerancia de las Farc y las siguen recreando al cabo de tantos años. Si es así, como no de otra forma puede ser, pues, la realidad lo avala, el tema ha salido del ámbito nacional al internacional llevado con ímpetu por el propio presidente Uribe que desde antes, cuando era gobernador de Antioquia, ya pedía la intervención de los cascos azules de la ONU para combatir a las Farc.
Prominentes difusores de la derecha en Colombia, han calificado de intromisión indebida en los asuntos internos de Colombia, el hecho de que el presidente Chávez haya sugerido a Uribe retirarle el calificativo de “terrorista” a las Farc y reconocerles beligerancia. Si es intromisión en los asuntos internos de Colombia no considerar terrorista a las Farc, también resultaría intromisión de Colombia en los asuntos internos de Venezuela imponerle a ese gobierno su visión particular, cuando, habiéndose internacionalizado el asunto, a instancias del propio gobierno colombiano, lo que cabe ahora es esperar que unos crean que las Farc es un grupo terrorista, y otros no.
Cuando se juega con el sentido de las palabras se corre el riesgo de caer en protuberantes contradicciones. En el debate de la parapolítica, el presidente Uribe ha defendido la tesis de la responsabilidad individual, esto con el fin de mediatizar el juicio de la Corte Suprema contra sus aliados paramilitares y políticos que a sangre y fuego lo sentaron en el solio. Si la responsabilidad es individual, entonces, lo que sigue es considerar terroristas a miembros de las Farc que incurran en actos terroristas y no a las Farc en su integridad, como no se puede considerar, en ese mismo orden de ideas, terrorista al Ejército o a la Policía, tan sólo porque se hayan encontrado culpables altos, medianos y bajos integrantes de esas fuerzas armadas en actos terroristas para combatir al enemigo o, como en el caso de los “faltos positivos” para manipular la opinión pública y avalar la guerra, como han sido los atentados fabricados por las fuerzas armadas y los organismos de inteligencia inclusive en contra del mismo presidente Uribe cuando como candidato necesitaba elevar su rating y afianzar la visión pública de que la pacificación del país pasaba primero por las armas que por el diálogo.
Si las Farc en su conjunto son terroristas, los paramilitares y los políticos uribistas que se les plegaron, también, y, por ende, el gobierno de Uribe es un gobierno fundado en el terrorismo. Es lo que dice la lógica natural con la que me quedo y expongo a todos aquellos que quieran levantar la vista de su ombligo. Y como no considero que las Farc pierdan su beligerancia por el sólo hecho de que junto a su lucha política incurran en actos terroristas, tampoco considero que el Estado colombiano sea un Estado terrorista por el sólo hecho de que algunos funcionarios públicos, y especialmente importantes miembros de sus fuerzas armadas y de policía hayan incurrido e incurran en actos terroristas, como también probado y juzgado ha sido.
oquinteroefe@yahoo.com