Las cosas son según el cristal con que se miran, dice el refrán popular que ahora me parece a lugar para resaltar un par de frases expresadas por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, al presidente Uribe, durante la entrevista que ambos mandatarios sostuvieron el lunes en el inicio de la ofensiva del colombiano por Europa con el fin de que la UE siga manteniendo en la lista de terroristas a las Farc.
El envío de la AP que me sirve de base dice en su encabezado que el presidente francés estima que Europa debe seguir considerando a las Farc un grupo terrorista, pero también dice que alentó a Uribe a no excluir ningún método que pudiera ser útil para lograr la liberación de rehenes.
Los editores simpatizantes de la política de Uribe frente a las Farc, seguramente potenciarán la información sobre la base de que “Francia rechaza la propuesta de Chávez de retirar a las Farc de la lista de terroristas”; y los editores que consideren que la vía no es la guerra sino el diálogo, enfocarán la misma noticia sobre la base de que “Francia instó al presidente Uribe a retirar las condiciones “inamovibles” que ha interpuesto como obstáculo para lograr un acuerdo humanitario con las Farc”. Y en ambos casos, la noticia será, como lo mandan los cánones, “veraz”.
Pero el mensaje no es el mismo. Un lector desprevenido de la primera información considerará que efectivamente las Farc son tan terroristas que hay que mantenerlas en esa lista diabólica, porque lo dice el presidente de Francia; y otro lector, también desprevenido, considerará que el presidente Uribe con sus inamovibles está obstruyendo el acuerdo humanitario con las Farc, único camino por el cual los centenares de secuestrados que se pudren en la selva colombiana podrían retornar sanos y salvos a casa.
Si me permiten mi subjetividad, yo creo más fuerte el “tirón de orejas” que Sarkozy da a Uribe con eso de “no excluir ningún método que pudiera ser útil para lograr la liberación de rehenes” porque es que, quien está obligado por la Constitución a velar por la vida de los colombianos es el presidente Uribe y no las Farc.
Como ven, las cosas siguen siendo del cristal con que se miran. Y esto que es así, de alguna manera respetable desde el principio de la subjetividad de cada quien, sólo tiene de malo en que los dueños de la opinión pública están, a través de los medios, poniendo el color del cristal con que nos quieren hacer ver las cosas que por intereses políticos y económicos ellos las ven.
Hay una serie de libritos de culinaria que llama “Somos lo que comemos”. Como las noticias se consumen como pan, o más que el pan, uno de nuestros estómagos cerebrales, el subconsciente, está lleno de noticias subliminales que nos enajenan, haciéndole creer a unos y otros ubicados en los extremos ideológicos de la izquierda y la derecha que mediante la fuerza de Uribe o el terror de las Farc, se puede imponer una solución unilateral a este trágico desgarramiento que sufre Colombia por más de 50 años y que, avivado por el enfrentamiento Chávez-Uribe, puede llegar a incendiar también a Suramérica.
Así, cuando Sarkozy alegra el oído de Uribe haciéndole saber que Francia seguirá apoyando el calificativo de terroristas a las Farc, “mientras no cambien de actitud”, también le fustiga cuando le notifica que es su obligación “no excluir ningún método que pueda ser útil para lograr la liberación de los rehenes”.
Ahora bien, como creo que tanto los oídos de las Farc como los de Uribe están rotos, y lo que por un lado les entra por el otro les sale, vamos a ver quién le para bolas primero al francés, si Uribe o las Farc; porque en este momento, y para el caso, a eso se ha reducido el problema de al menos la liberación de los rehenes: a una terquedad inhumana.
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