No tengo informaciones confidenciales en torno a la operación Jaque en Colombia que se ha vuelto tan famosa mundialmente que ya no necesitamos decir de qué se trata.
Esta confesión que puede ser usada en mi contra la hago para advertir que obro sólo en suposiciones fincadas en la lógica.
1.- No creo que RCN haya decidido divulgar la chiva del último video como un monumento a la libertad de expresión. RCN es gobiernista a morir. Su dueño, Carlos Ardila Lulle, es uribista a morir. Todos los periodistas con voz y voto en las decisiones del emporio informativo, y entonces hablo de radio, prensa y televisión, son por esencia leales a su patrón empresarial y su patrón político. Cree alguien que en un escenario de estos, el revelador video iba a ser divulgado sin previo aviso de los de arriba, Ardila y Uribe? El que lo crea que me lo explique a ver si el tonto soy yo.
No es por las últimas mentiras en que ha sido cogido el presidente Uribe, que ni los más obtusos seguidores podrían ignorar, pues de tiempo atrás lo considero un mentiroso consuetudinario, que ahora dudo que la divulgación de tal documento haya sido una operación limpia del periodismo. Fue, en lógica por lo dicho atrás, una información filtrada con fines de desinformación pública que en esencia es lo que busca toda filtración informativa.
¿Qué se buscaba? Por ejemplo, evitar que otro medio informativo, quizás no tan afecto o, inclusive de oposición la conociera y divulgara con efectos más difíciles de manipular por parte del gobierno.
Sin que lo siguiente sustituya la intención anterior, y quizás la complemente, la divulgación de ese video inédito de la operación Jaque, le sirve a este gobierno circundado de escándalos más tenebrosos que el simple hecho de plagiar a la Cruz Roja, como cortina de humo para que la opinión pública nacional e internacional no mire, o apenas a medias, sus intestinos parapolíticos de los que apenas empezamos a percibir sus flatulentos olores.
2.- Otro pálpito que me quita el sueño es que sobre la operación Jaque, en un ‘Confidencial’ de la revista Semana se dice que el periodista y escritor “Germán Santamaría escribirá la versión definitiva de la operación ‘Jaque’. Tan pronto fue divulgado este operativo, el director de la revista Diners decidió cambiar la edición del mes de julio. Entró en contacto con el Ministerio de Defensa y se empapó hasta de los detalles menos conocidos del operativo. Apenas la editorial Planeta se enteró, le ofreció un contrato para escribir un libro sobre el tema. Santamaría, con oficio y experiencia de escritor y considerado uno de los más importantes cronistas del país, tiene ahora el reto de contar a fondo el hecho periodístico más impactante de la historia reciente de Colombia”.
En este breve anuncio se insertan unos mensajes subliminales parecidos a la anestesia que no duele pero pasma. Cuando la gente desapercibida lee en una revista de tanto calado como Semana que un escritor de tan alto relieve como Germán Santamaría escribirá “la versión definitiva de la operación Jaque”, lo que sintetiza es que después de ese relato de quien está considerado como “uno de los más importantes cronistas del país”, no quedará nada más qué decir.
Dice la nota que apenas Santamaría se enteró del video divulgado por RCN “entró en contacto con el Ministerio de Defensa y se empapó hasta de los detalles menos conocidos del operativo”.
Pues, sepan todos, o al menos los que me lean, que Germán Santamaría es el periodista oficial de Juan Manuel Santos por lo menos en los últimos 20 años, es decir, desde antes, en y después de ser ministro, porque como todos los colombianos saben, el actual ministro de Defensa ha sido también de Comercio Exterior y de Hacienda en distintos y disímiles gobiernos porque otra de las cosas que engalana la veleta de Santos es su capacidad de orientar el viento hacia donde le conviene, como la vela al barco.
Y de contera, esa “versión definitiva” de Santamaría será financiada por la editorial Planeta, dueña mayoritaria del diario El Tiempo del que también es accionista la familia Santos que cuenta entre sus hijos predilectos al mismo Juan Manuel del cuento.
Es decir, el ministro Santos le contará a su periodista de cabecera, Santamaría, la versión definitiva de la operación Jaque para que la publique su editor asociado, Planeta. En otras palabras, Santos le cuenta a Santos la versión de Santos para que la publique Santos.
El arte de mentir ganará aquí en esta versión que “confidencialmente” anuncia semana, el punto más alto en el podium de la mentira organizada.
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