Enseñanzas históricas a 35 años del derrocamiento de Allende

Estamos a punto de cumplir otro año más del derrocamiento sangriento del gobierno de la Unidad Popular chilena, de Salvador Allende, de una vía inédita de construcción del Socialismo. Este hecho que genera tristeza e indignación recordarlo, nos deja valiosas enseñanzas para los revolucionarios y revolucionarias del mundo:



· Nos muestra lo complejo que es un cambio histórico de carácter revolucionario;

· Nos enseña que una cosa es conquistar el Gobierno y otra es conquistar el Poder;

· Nos demuestra que el Gobierno es sólo una parte de el Estado;

· Nos enseña tal como nos enseñaron otras experiencias revolucionarias pasadas, que el Ejercito es una de las primeras instituciones que deben desmantelarse y ser sustituidas por una revolución.

· Nos indica lo cruel que puede ser la encarnizada Lucha de Clases;

· Nos permite valorar la profundidad de los cambios revolucionarios (nacionalización del cobre, de la banca, de 90 grupos industriales, combate al latifundio, etc.) dados en Chile en apenas tres años.

· Nos muestra las dificultades intrínsecas de una revolución pacífica y desarmada;

· Nos demuestra lo peligroso que es el sectarismo y la dispersión de las fuerzas revolucionarias y progresistas;

· También nos demuestra la grandeza moral de la Revolución Socialista, su superioridad ética frente a las fuerzas oscuras de la reacción, que sólo buscan reproducir y ampliar las condiciones de explotación, opresión y subordinación inherentes al Capitalismo imperialista;

· Nos muestra de forma asquerosa, la política intervencionista que ha impulsado los Estados Unidos en nuestro continente en los últimos dos siglos para garantizar su dominación en lo que ellos consideran su patio trasero;

· Nos enseña el papel que en este sentido ha jugado la CIA y otros organismos de inteligencia en la desestabilización de la región;

· Nos indica los verdaderos intereses de la Corporaciones Transnacionales;

· Nos muestra el nacimiento del Neoliberalismo en América Latina;

· Nos demuestra el papel hipócrita de muchos organismos internacionales supuestamente garantes de la paz , la democracia y los derechos humanos;

· Nos permite estudiar el rol jugado por los medios de comunicación privados, la SIP al servicio del imperialismo norteamericano en la región;

· Nos enseña el triste papel que muchas veces puede jugar una Clase Media alienada y manipulada, entre otras cosas.



Por otro lado, además de estas enseñanzas, a la luz de los procesos que hoy viven diversos países en nuestra región se generan una serie de interrogantes que preocupan sensiblemente:



· ¿Qué naturaleza de clase tienen los ejércitos de países como Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Argentina o Brasil?

· ¿Hasta que punto estos Ejércitos Nacionales están comprometidos con los cambios históricos en curso en diversos países de la región?

· ¿Qué tan radicales son los objetivos históricos de los diversos gobiernos de la región que se tildan de progresistas y revolucionarios?

· ¿El gobierno boliviano tiene el suficiente poder disuasivo para frenar la ofensiva de la derecha secesionista?

· ¿Es posible una revolución de carácter antiimperialista y anticapitalista por la vía pacífica?



Estos son algunos elementos que pueden considerarse a 35 años del fatídico 11 de abril de 1973.



¡Viva Allende!

¡Vivan los Trabajadores!

¡Viva Chile!


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