¨Llegado el día de la fiesta, el rey se vistió con el supuesto vestido y montado en su caballo salió en procesión por las calles de la villa, la gente también conocedora de la rara cualidad que tenía el vestido callaba y veía pasar a su rey, hasta que un pobre niño de corta edad, inocente donde los haya, dijo en voz alta y clara "el rey va desnudo". (Hans Christian Andersen, 1837.)
La derecha colombiana, la venezolana y la de todo el continente, juega el juego ¨a que es estúpido nuestro pueblo¨. Llegan a creer que los pueblos son los mismos de los tiempos cuando las dictaduras y los gobiernos democráticos de la derecha dictaban las normas y las costumbres en Latinoamérica.
Por un lado, condenan la decisión de un pueblo que voto por la reelección continua del presidente Chávez, tildando esto de pretensiones totalitarias y de ambición de poder, pero justifican como una verdadera aspiración democrática el hecho que Álvaro Uribe se perpetúe en el poder, no importando los métodos supuestamente ilícitos de amenazas y trampas que han utilizado los sectores paramilitares colombianos para que don Alvarito, el dictador constitucional de Colombia, se perpetúe en el poder.
Han sido dos procesos muy diferentes los que han sucedido en Venezuela y Colombia, desde el punto de vista político y desde el punto de vista democrático y sociológico. En Venezuela se activo constitucionalmente un referendo que consulto al pueblo, mientras que en Colombia los operadores de la narco oligarquía le dieron un madrugonazo a la Constitución colombiana desde el senado, violentaron su texto, sin haber previsto una consulta popular.
Estos son dos ejemplos de la vivencia de la democracia en Latinoamérica. Por un lado está la vieja concepción de la democracia representativa, que ha demostrado a lo largo del siglo pasado y en esta primera década del siglo XXI su fracaso. Por el otro lado está la concepción de la Democracia Protagónica y Participativa, que ha venido pregonando el Socialismo del Siglo XXI, y se ha convertido con todas las de la Ley, en una exigencia con rango constitucional, para todos los gobiernos progresistas y socialistas de nuestra región.
La derecha internacional, cae en serias contradicciones al querer justificar la reelección de Álvaro Uribe en Colombia, con los mismos argumentos manipulados que ha utilizado para denunciar las supuestas aspiraciones totalitarias de Chávez en Venezuela. Demuestra n así que ellos, saben utilizar y manipular a los medios de comunicación social de nuestro continente, en la pretensión de seguir abusando de la conciencia de nuestros pueblos.
Por otro lado, hemos visto en los grandes medios internacionales, el discurso contradictorio del señor Uribe, que un día habla de la reelección y otro define la inconveniencia de una nueva reelección de cuatro años. Es que hay varias cosas que revelan que la oligarquía colombiana no las tiene muy clara en cuanto al tema de reelección, o de la posible candidatura del Ministro Juan Manuel Santos, para forzar una salida militar al conflicto colombiano y su eventual internacionalización en las fronteras de Ecuador y Venezuela, según los intereses del Departamento de Estado Norteamericano que todavía está en control de la Administración Bush.
Don Álvaro, está obligado a ponerse el disfraz que le imponga el Departamento de Estado Norteamericano, a través de la oligarquía colombiana. De no ser así quedará fuera del juego político tan necesario para la ultraderecha colombiana. Todo da a entender que es muy probable que decline sus aspiraciones totalitarias y le ceda el testigo al ministro Juan Manuel Santos, que hoy por hoy se presenta como la opción necesariamente pertinente para seguir gobernando a Colombia desde la Casa Blanca.
Don Álvaro, se está quedando sin juego político, quizás reciba de parte de la oligarquía una embajada, posiblemente la embajada Colombiana en Washington, o el premio protocolar de la Embajada ante las Naciones Unidas, o ante la OEA. Ya casi no es útil, porque a la derecha internacional le conviene en los actuales momentos, un hombre duro y con poca ética, como el capo don Juan Manuel Santos, para enfrentar el liderazgo continental de Hugo Chávez Frías. Hay mucho petróleo, gas y agua de por medio.
Uribe, se está quedando solo, y en caso que sea la figura de la reelección, tendrá que someterse al dominio político del benemérito Juan Manuel Santos, quien es el brazo ejecutor de la Narco oligarquía colombiana. Juan Manuel representa, frente a la salida de Bush y de los republicanos del poder en los Estados Unidos, la garantía de la Ultra derecha, para establecer un punto de desestabilización en la región. Cada vez más se desdibuja el papel político de Álvaro Uribe en la región.
Para la Narco oligarquía colombiana, Uribe ha sido demasiada veces humillado por el presidente Chávez, no pudo mantener exitosamente al Plan Colombia. No supo poner en jaque a la economía venezolana, No conto ni superó la excesiva dependencia de la economía colombiana del petróleo y de la gasolina venezolana. Tampoco ha podido vincular exitosamente a Chávez con las guerrillas colombianas, para poder justificar una intervención norteamericana en la región.
Uribe, no supo disimular la dependencia de sus legisladores y los funcionarios de su gobierno del narcotráfico y de los grupos paramilitares. El gobierno de Obama ve como una amenaza a su política internacional, al narco gobierno de Uribe y desea establecer cierta distancia política, aunque no desmantelen las cercanías ideológicas que todavía persisten entre el narco gobierno de Uribe y la ultraderecha de Bush enquistada en el Departamento de Estado, al lado de la dama de gelatina Hilary Clinton.
El Presidente Uribe está desnudo, tal como lo diría Hans Christian andersen, en el cuento el traje nuevo del emperador. Aparentemente Uribe está desprovisto del apoyo del gobierno norteamericano. Quizás sea este gobierno de Barack Obama, el que lo lleve de una vez por todas ante la Justicia norteamericana, por su vinculación con el narcotráfico y con las autodefensas o paramilitares colombianos. El presidente se ha ido desnudando y nos ha mostrado sus diferentes facetas, o mejor dicho los diferentes roles que ha tenido que cumplir por mandato de los narcos oligarcas.
¨Cuando fueron a buscar a los picaros al castillo, estos habían desaparecido con todo el dinero, joyas, oro, plata y sedas que les había sido entregado para confeccionar el vestido del rey. El engaño había surtido efecto y el rey iba desnudo¨ (Hans Christian Andersen).
Ahora se les presenta conveniente el discurso de la reelección permanente necesaria. Ahora si es útil que el dictador de Colombia hable de otra reelección. Necesitan salir bien lavados y una de las opciones que tienen, es la de dejar a don Alvarito metido en el problema, para que dé la cara de todas aquellas matanzas que siempre estuvieron sustentadas en aquellos falsos positivos. Lo urgente ahora es limpiar las manos del Ministro Don Juan Manuel santos, porque representa la única alternativa electoral de la Narco oligarquía colombiana.
¡El Pueblo Nunca Olvida!