La gente no actúa así por casualidad y si lo hacen es porque cayeron en la trampa que les montó el imperio para sacarlos del juego mientras les terminaban de quitar su país.
Honduras y Chile:
sacar las castañas con la mano del gato...
Hay una similitud en lo sucedido en Honduras con lo que está pasando en Chile, en cuanto a la viveza el imperio (el diablo es vivaracho) para desarrollar su plan, en esa capacidad que tiene para sacar las castañas con la mano del gato.
Si en Honduras hubieran dado el golpe estando Bush en La Casa Blanca, no le habría quedado un vidrio bueno a los ventanales de embajadas o empresas norteamericanas por el mundo, la gente se los habría comido, furiosos ante una más del Bush ahora contra un pequeño país centroamericano. Pero no. los gringos hicieron su movida con Ovamita en Washington así que todos pensamos en cualquier cosa menos que el simpático negrito pudiera estar ensuciandose las manos como un Bush cualquiera, como cualquiera de los Nixon o los Ronald Reagan que han habitado la blanca casota. Cuando nos dimos cuenta de la verdad ya era tarde, todo estaba consumado y a pesar de la heroica resistencia de los hondureños los vidrios de los intereses de USA gozan de buena salud por el mundo entero. La política exterior con vaselina, como dice el profesor Acosta, les funcionó a la perfección.
En Chile, para el momento de volver a la democracia, pero manteniendo los parámetros económicos que había dejado la dictadura, cualquier asomo de restitución de derechos para el pueblo debía ser obtenido a costa de los propios esforzados chilenos, sin tocar los intereses de los nuevos ricos de la dictadura, como el mismo Sebastían Piñera, por ejemplo.
Para ese volver a la democracia pero, los gringos cuadraron a la Democracia Cristiana y al Partido Socialista, el cual, mientras Allende se revolvía en su tumba, consideró que era una forma de aportar a la reconstrucción de la democracia entrar en un acuerdo de sistema binominal con los asesinos del presidente mártir y sus cómplices imperiales.
Así fue porque las fuerzas democristianas y el Partido Socialista tienen considerable influencia sindical, y podían servir de tapones para la presión social que hervía a lo interno. Si alguna de las medidas que ha tomado la concertación hubieran sido impulsadas por la derecha, el país se los hubiera comido vivos, cansados de sufrir con Pinochet para seguir sufriendo con la "democracia". Así que el pueblo chileno se las caló todas, ya que estaban de por medio socialcristianos y socialistas.
Cumplida esta etapa de ablandamiento y de aburrimiento de los chilenos, cuando el relevo debería venir por lógica hacia la izquierda, donde ya asoman por fin tres diputados comunistas, entonces aparece la derecha y ¡zaz!, a cobrar, a pasar factura, a apropiarse y sacarle el jugo a lo construído en Chile gracias al esfuerzo, al sufrimiento del pueblo chileno.
Entre el centro y la centro izquierda entonces, se sirvió la mesa que ahora tendría que venirse a comer, a devorar, la derecha pinochetista. Y en el caso de Piñera, que es dueño de medio Chile, a apropiarse del otro Chile, del Chile político que le falta en su balance de bienes.
Puestos en un ejemplo concreto, cuando ya está bueno y nos cabriamos de tanto abuso, y es urgente una legislación laboral que proteja y reconozca los derechos de los trabajadores en Chile, no, nada de eso y aparece la derecha a consumar la posición de chilenos de segunda que tienen allí los trabajadores.
Es decir, los beneficios que por fin debería dar un país construído sobre la miseria de su pueblo, podrían ser cosechados por los más ricos, los que nunca estuvieron en crisis desde Pinochet para acá.
Bielsa contra las Sociedades Anónimas
en el Fútbol...
Muy similar es lo que pasa con el Colo-Colo de Chile, ejemplo oportuno, ahora que el argentino entrenador de la Selección Chilena, Marcelo "Loco" Bielsa, homenajeado en Curicó, puso el dedo en la llaga al criticar las sociedades anónimas que se han apropiado de los clubes de fútbol "porque el fútbol es del pueblo..." según dijo textualmente.
En el Chile que conocimos hasta Allende, no había personas que fueran dueños de los equipos de fútbol en Chile. Los equipos eran de sociedades civiles que se regían al estilo de la democracia que imperaba en el pais, así que un socio un voto y ya.
La dictadura de Pinochet, después de darle el golpe al país, se lo dió al Colo-Colo de Chile, interviniéndolo y entregándoselo en bandeja a una financiera, que lo empezó a explotar partiendo de un capital para el cual no habían puesto nada, porque el club más popular de Chile había sido construído con el dinero de los chilenos más pobres, pagando su entrada domingo a domingo en el Estadio Nacional.
Luego el Club fue llevado a la Bolsas de Valores donde Piñera agarró la mayoría de las acciones y ahora se las echa de populista diciendo en el debate con Frei ante la televisión chilena que él no abandonaría las acciones de Colo-Colo hasta hacerlo traer a Chile, otra vez, la Copa Libertadores de América... Ante esa demagogia, lamentablemente a Frei le faltó velocidad para decirle, por ejemplo, que él ayudaría en todo lo que estuviera a su alcance para renacionalizar al indio Colo-Colo, para devolver al club más popular de Chile a su verdadero dueño: el pueblo chileno, como lo exigimos todos los colocolinos.
Porque lo que pasa con el club albo es lo mismo que pasa con el país: el esfuerzo lo ha hecho el sufrido pueblo chileno, para que los pinochetistas se pavoneen ahora como sus dueños.
Equivocaciones que pueden costar caro
Algunos chilenos sacan peligrosas cuentas: dicen que una derrota de la concertación terminaría por destruir a la democracia cristiana, lo cual levantaría como alternativa frente a la derecha, a una resucitada izquierda. Mentira.
A la izquierda chilena no le conviene el derrumbamiento del centro. Cuando mejor le ha ido a la izquierda en Chile es cuando la pelea se ha dado a tres bandas, la derecha, el centro y la izquierda. Así que nada de jugar con fuego, que por muchas coincidencias que tengan, no da lo mismo votar por uno u otro.
La Unidad Continental Bolivariana
No creemos que Eduardo Frei pueda ser un interlocutor tan amistoso con el presidente Chávez como lo ha sido Michelle Bachelet. Pero estando dentro de ese gobierno compañeros del Partido Socialista, por lo menos tendremos canales por donde seguir acercando a Chile hacia la unidad latinoamericana, buscando por lo menos que no retrocedadamos del punto en que lo dejó la actual presidenta de Chile.
Es sólo una posibilidad. Pero es lo único que tenemos. En cambio con Sebastíán Piñera, lo único que nos espera es un Chile cuadrado con el eje Perú, Colombia, Panamá, México y ahora Honduras, hasta llegar a Washington, lo cual significa abrirle el camino a las bases militares del pentágono y a cualquier aventura intervencionista de los señores gringos.
Las dudas o resquemores que guardamos por Frei, tendrán que ser parte de la lucha, al fin y al cabo esta historia continental no ha sido una vía alfombrada para nuestros pueblos. Y que el pueblo chileno avance en el camino de entender que con Piñera o con Frei las cosas serán, a lo interno, más o menos igual, con leves matices favorables al pueblo por el lado del candidato de la Concertación. Pero por el lado de Piñera no hay salida posible, los ricos no acostumbran a gobernar sino para ellos y el resto que se friegue.
Para resolver los problemas de Chile, los chilenos deben dejar de mirarse el ombligo y, sacando la cabeza por sobre Los Andes, incorporarse al mundo, integrandose a la lucha continental que damos hoy, porque ninguno de nuestros países (y de nuestros pueblos) puede salir adelante individualmente, sólo la unidad nos hará libres y grandes.
O, como advierten los pescadores chilenos, cuando dicen que para comer pescado hay que mojarse el culo, que esos más de dos millones de jóvenes que no quieren inscribirse en el registro electoral, que los no sé cuántos que están sentados en la puerta de su casa esperando ver pasar el cadaver del imperialismo, que todos entiendan que sólo participando y volviendo a participar existe la posibilidad de enrrumbar a Chile, desdeñando el cansancio y la incredulidad, sobretodo ahora que recorre el continente un autobús cargado de esperanzas y dignidades al cual vale la pena subirse para resolver entre todos lo que no habíamos logrado conseguir por separado.
Para aportar a ese proceso Bolivariano e Indoamericano, es necesario pensar en grande, pensar bicentenariamente, fuera las mezquindades y chismes domésticos, las tonterías chauvinistas y las mariqueras regionalistas. No está en juego Chile este domingo, la pelea es entre nuestro continente y el imperio yanqui. Si para ayudar a que ganemos nosotros, hay que votar por Frei, hay que hacerlo sin ninguna duda ni vacilazación, porque, como decimos en Venezuela, "chivo que se devuelve se desnuca..."
Se lo decimos, se lo pedimos a los chilenos que están en Chile y que pueden votar, cosa que está prohibido para el millón de chilenos que quedamos por el mundo después de la diáspora del exilio pinochetista, una herencia de la dictadura que hoy se transforma en una ventaja para la candidatura derechista. Una razón más para votar por Frei: votar por nosotros, los que estamos fuera.
Lo escribo mientras alguien pasa con una radio donde suena una canción de la colombianita Fanny Lu, que me resulta de lo más canción protesta, comprometida y necesaria que pueda haber, porque me imagino al pueblo chileno en coro cantándole al pinochetista Piñera "Quiero que tu sepas que yo no soy para ti, / que yo no soy para ti, que ni se te ocurra aparecer por aquí, con tus enrredos baratos, / quiero que tu sepas que yo no soy para ti, / que ni se me ocurra estar de nuevo junto a ti..."
El Tano
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