Entre Pat Robertson y Eduardo Galeano

Los fundamentalismos de derecha y de izquierda están alborotados por lo que aconteció en Haití

“Al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, mientras dura el día; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, luz soy del mundo”.

Pat Robertson, como portavoz de la derecha religiosa norteamericana, conservadora, fundamentalista y altamente irreflexiva ha lanzado su oráculo fatídico, discriminatorio e intolerante, al declarar que lo que ha sucedido en Haití ha sido castigo de Dios, porque supuestamente Haití hizo un pacto con el diablo. Esta irresponsabilidad de un predicador que está supuestamente comprometido con la Palabra de Dios, no puede ser comprendida, ni aceptada.

También he leído algo que supuestamente lo ha expresado Eduardo Galeano y que dice así: “Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra”.

Creo que la irresponsabilidad de una u otra afirmación tanto la del señor Robertson, como la de Galeano nos llevan a la conclusión cierta que, el terremoto de Haití ha sido catalizador de una serie de sentimientos que dejan al desnudo prejuicios e intolerancia que muchas veces llevamos ocultos.

Para Galeano le recuerdo que la historia señala que Bolívar aunque nació en medio de la Aristocracia venezolana, decidió hacer una opción por la libertad de la América del sur. Bolívar el hombre que lucho contra los imposibles y a muchos venció, tuvo un día que enfrentar a las malas intenciones y oportunismos de curas y frailes, que eran los equivalentes de los falsos profetas de hoy, después del Terremoto de 1812 en las ruinas del Monasterio de San Jacinto en Caracas, exclamó: Si la Naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.

Galeano, dice José Martí, que lo que Bolívar no hizo, queda por hacer todavía. Bolívar no tuvo tiempo de cumplir todos sus deseos, fue traicionado por mucha gente que luchó con él, lo venció la enfermedad, vivió momentos amargos de incomprensión. De no ser así Bolívar hubiera cumplido todos sus sueños libertarios, navegaría por el caribe libertando a Cuba y Puerto Rico, luego partiría a Filipinas y a muchas otras islas lejanas, liberando de España a pueblos enteros, pero lo venció la traición.

Sr. Robertson, Dios es Amor, ama entrañablemente al pueblo de Haití. Si utilizáramos sus argumentos fantasiosos, podríamos decir que también el Sr. Bush, a quien usted admira y venera mucho, hizo pacto con el diablo cuando el huracán Katrina entró con fuerza en el sur de los estados unidos dejando a muchos de sus conciudadanos muertos y a cientos de familias sin hogares. Los valores y criterios del dios sanguinario de los blancos, sajones y protestantes, no puede ser la verdad con la cual se pretenda colonizar la espiritualidad de otros pueblos a través de las trasnacionales de la religión a quien usted representa. Ustedes confunden religión con política e ideología imperial y el Dios de ustedes es el Dios del mercado y de la guerra.

Galeano ¿Que pasó con todas aquellas lecciones que nos diste desde las venas abiertas de America Latina? Bolívar no era un esclavista, era un hombre en guerra que vivió tras la conquista del sueño de la libertad de todo un continente, como a todo ser humano, se le acabo prematuramente su tiempo mortal, no pudo hacer todo. Sería bueno que revisaras lo dicho por Franklin González: Es a partir de 1816 cuando El Libertador Simón Bolívar inicia, contra la manifiesta oposición de los sectores oligárquicos y los terratenientes amos de esclavos, su campaña abolicionista. En este sentido, se pueden encontrar varios decretos promulgados por Bolívar. El primero, emitido en Carúpano, el 2 de julio y el segundo, en Ocumare de la Costa, el 16 de julio de 1816, ambas ciudades de Venezuela que hacen alusión al tema de la abolición pero con la restricción de que sólo beneficiaría a los esclavos que se incorporaran al servicio militar. Posteriormente en 1819, en su discurso al Congreso de Angostura, plantearía: "Yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República"; solicitud que al no obtener el consenso mayoritario de los representantes y senadores fue rechazada.

Galeano, no cometas la injusticia y el error histórico decir: “Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro”. No seas irresponsable, no digas lo mismo que las personas que combaten contra la liberación de nuestros pueblos.

Galeano, no hay países negros, blancos, rojos o azules, tan solo hay países soberanos, en el corazón de Bolívar y de cada venezolano se guarda un sentimiento profundo, por lo que Petión, Dice Franklin González: “En la Constitución de la República de Bolivia, aprobada en el año de 1826, el Libertador incluyó en el artículo 10, Ordinal 5, su idea en pro de la abolición de la esclavitud en los siguientes términos: "Todos los que hasta el día han sido esclavos, y por lo mismo quedarán, de hecho, libres en el acto de publicarse esta Constitución”.

Galeano, la oligarquía en America latina, es la continuación de las clases dominantes españolas, son las mismas familias, los mismos intereses, los mismos capitales. Siguen siendo los mismos e idénticos sectores que persiguieron y traicionaron a Bolívar. Por favor no le hagas el juego a las oligarquías criollas, no le hagas el juego al imperio. Bolívar no era ni oligarca, ni esclavista. Galeano y Pat Robertson, no aprovechen el dolor de un pueblo, para sacar a relucir viejos prejuicios.



¡Respeto a Bolívar y al pueblo de Haití!

obedvizcaino@gmail.com


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Obed Juan Vizcaíno Nájera


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