A seis años del Golpe de Estado en Haití la crisis política agrava situación humanitaria

El 29 de enero de 2004, el presidente electo por voluntad popular Jean-Bertrand Aristide, fue secuestrado por un comando militar estadounidense, y obligado a abandonar su país. Caricom y la Unión Africana denunciaron y desconocieron al gobierno de facto impuesto. La ONU inició una ocupación tutelada.

El primero de enero de 2004, la República de Haití celebraba el bicentenario de su independencia. Seis años antes, que el resto de las naciones de América Latina y el Caribe. Fue la segunda República libre del continente, después de Estados Unidos.

Ese mismo año, un 29 de febrero, un golpe de Estado apoyado por el imperialismo estadounidense y europeo, sumió al país en una crisis económica, política y humanitaria que no había sanado en enero de 2010, cuando se produjo el enorme terremoto que devastó la isla. La catástrofe natural, sólo agudizó la crisis.

El presidente electo por voluntad popular Jean-Bertrand Aristide, fue secuestrado por un comando de fuerzas élites militares de EEUU, luego de recibir las amenazas de “emisarios” franceses. Aristide fue obligado a abandonar su país y luego de un confuso periplo que lo llevó a la República Centroafricana y a Jamaica, finalmente fue dejado en Sudáfrica, país que lo recibió y lo reconoció como presidente legítimo. Hoy, permanece en el exilio en la ciudad de Pretoria.

Aristide denunció una y otra vez, la ilegal situación que produjo un caos político y social en su país.

En 2004, miles de personas salieron a las calles de Puerto Príncipe para exigir su regreso. Los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Unión Africana (UA) desconocieron el gobierno títere de Gerard Latortue. La comunidad internacional no los escuchó, su respuesta fue la ocupación del país por una fuerza militar internacional.

En 2005, el aún presidente de Haití, concedió una entrevista en la que señaló que había racismo en la posición pasiva de las organizaciones internacionales, al desconocer el reclamo de todo un continente, el africano, y de los países del Caribe.

La Minustah

La República de Sudáfrica exigió a las Naciones Unidas la conformación de una Comisión de investigación internacional sobre el caso de Haití. La instancia nunca se creó, pero sí, a los dos meses del golpe de Estado, una Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), tras ser considerado un “Estado fallido”.La resolución 1542 de la Asamblea General dispuso la conformación de unte burocrático de la ONU para establecer los fundamentos políticos y operativos de la reconstrucción, tras el caos del sistema democrático inducido por el imperialismo, atentando en contra del principio de la libre determinación de los pueblos, como señaló el jurista venezolano Fermín Toro Jiménez.

Un año más tarde se produce un terrible masacre en al ciudad de Soleil donde las tropas de al ONU, acribillan al pueblo. Según relatos de los sobrevivientes e imágenes de vídeos de la organización Haiti Information Project – HIP (Proyecto de Información de Haití), los cascos azules atacaron a la comunidad y mataron a cerca de 30 personas, incluyendo a mujeres y niños.

La Minustah estaba integrada por 7.009 soldados y 2.019 policías, 502 funcionarios internacionales, 1.197 funcionarios nacionales y 205 voluntarios de la ONU, todos bajo la comandancia de militares brasileños. Fuerzas de Bolivia, Estados Unidos, Francia, Canadá, Argentina, Chile, Uruguay, Croacia, Ecuador, España, Guatemala, Jordania, Malasia, Marruecos, Nepal, Paraguay, Perú, Filipinas y Sri Lanka, integraban la misión.

Hoy, después del terremoto que devastó a la isla en enero, la Minustah está minimizada ante el despliegue de más de 20.000 marines estadounidenses en territorio haitiano. Canadá, Bolivia y otros países han anunciado su retiro.

Entre la ocupación y la liberación

Para Henry, Boisrolin Comité Democrático Haitiano en Argentina (CDH-A), solo hay dos salidas tras el terremoto: “recuperar el proyecto de liberación o profundizar la ocupación”.

El presidente venezolano Hugo Chávez ha propuesto la ayuda Haití pero con el fortalecimiento de sus instituciones y no bajo el tutelaje, para una verdadera construcción de esa hermana República caribeña como nación soberana. Por ello el Gobierno Bolivariano ha solicitado que los recursos económicos donados al pueblo haitiano, sean administrados por el Ejecutivo y no por organizaciones foráneas. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) canaliza la ayuda humanitaria con miras a fortalecer al Estado para que sea independiente.



EEUU: Imperialismo humanitario



El almirante Mike Mullen,jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, máximo jefe militar de ese país, arribó el viernes a Haití paar “evaluar” la situación. Trajo consigo, unas 22.000 carpas, aproximadamente y abrigos de emergencia.

El presidente René Préval expresó en Cancún, durante la Cumbre de la Unidad, que uno de los principales problemas al que se enfrenta su país en estos momentos, son los 1,2 millones de haitianas y haitianos que se encuentran literalmente en las calles y la falta de recursos de su gobierno, pues toda la ayuda internacional es administrada por manos foráneas.

Mullen, hizo un viaje de ida y vuelta. Según un portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, sólo fue a “pasar revista”: "Es su oportunidad para salir y pisar el terreno, y visitar a las tropas . También recibirá un informe sobre la situación donde estamos ahora y quizás una perspectiva a futuro dijo David Johnson,

"Titid regresa",

En las pocas paredes que se mantienen en pie en Puerto Príncipe, pueden leerse estos graffittis: "Titid (apodo de Aristide) regresa,rápido, rápido".

Ante la desesperación por la crisis humanitaria, resurge la esperanza que Aristide representa para el pueblo haiiano. Si bien, en 2004, eran la nación más pobre del continente, tenían un presidente electo por voluntad popular y un proyecto de salir adelante como país.

Wim Boksebeld, sacerdote de Saint Jean Bosco, dijo a la prensa internacional que admiraba la lucha de Aristide por los pobres, pero sabe que no podrá volver."Los estadounidenses no quieren que regrese", afirmó.

Aristide, expresó su deseo de regresar a su país para "compartir el sufrimiento" de sus compatriotas”tras el devastador terremoto.

El caso del ex – presidente Aristide fue comparado por Boisrolin a lo que sucedió en Honduras, con Manuel Zelaya. Se trata de dos presidentes secuestrados y expulsados de su país ante los ojos absortos del mundo, sin que ningún organismo internacional haya podido impedir y revertir el quiebre de la democracia.


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