Caracas, 22 de octubre de 2017.- Hace 40 años un grupo de doce mujeres, entre madres y abuelas, fundaron el Movimiento Abuelas de Plaza de Mayo, en Buenos Aires, Argentina, para luchar por el reconocimiento de la identidad de los hijos y nietos de los desaparecidos durante la dictadura impuesta en los años 70 en ese país suramericano.
Esa tarea, la cual se efectuó en plena época de restricciones de casi todas las libertades ciudadanas, fue establecida en 2004 como el Día Nacional del Derecho a la Identidad por el Poder Legislativo de esa nación.
Las abuelas Chela Fontana, Raquel Radío de Marizcurrena, Clara Jurado y Eva Castillo Barrios, entre otras, marchaban en la céntrica plaza con el fin de exigir la aparición de sus hijos, también emprendieron una ardua búsqueda de los nietos apropiados por la dictadura, secuestrados junto a sus padres, o nacidos durante el cautiverio de sus madres.
El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas usurparon el gobierno constitucional en la República Argentina por medio de un golpe de Estado. Desde ese momento, el régimen militar, que se autodenominó "Proceso de Reorganización Nacional", llevó adelante una política de terror, calificada así por los posteriores juicios aplicados a los principales responsables en la década de los 90 y 2000.
La "desaparición" fue la forma mediante la cual se ejerció la represión política que afectó a 30.000 personas de todas las edades y condiciones sociales sometidas a la privación de libertad y la tortura, y entre ellas a centenares de criaturas secuestradas con sus padres o nacidas en los centros clandestinos de detención donde fueron conducidas las jóvenes embarazadas.
Mediante el trabajo de investigación de las Abuelas de Plaza de Mayo, movimiento formado actualmente por cientos de hombres y mujeres, de las cerca de 500 identidades robadas logró la restitución de 126 nietos y nietas a las familias biológicas.