21-11-17.-A partir de ahora Ankara será una ciudad más gris de lo que ya era. Los colores del arcoiris, bandera del movimiento de defensa de los derechos de personas lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI), no brillarán más en las calles de la capital turca. No se proyectarán películas ni se organizarán charlas ni se escenificarán obras de teatro con esta temática pues todo acto LGTBI queda prohibido hasta nuevo aviso, por orden del gobernador provincial.
Algo que el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa (CoE), Nils Muiznieks, ha tachado esta semana de “decisión deplorable” y “falta de respeto a las obligaciones internacionales de Turquía”, incluida la Convención Europea de Derechos Humanos. “Me preocupa que esta última prohibición sea una manifestación más de las continuas reincidencias de Turquía en el campo de los derechos humanos y de la creciente intolerancia hacia las personas LGTBI por parte de las autoridades turcas”, lamentó el comisario del CoE, organización a la que pertenece Turquía desde 1949.
La polémica se inició la pasada semana con la prohibición de un festival de cine alemán y temática homosexual organizado por la asociación Pembe Hayat (Vida Rosa). Según la Delegación del Gobierno en Ankara, el festival suponía una amenaza a la seguridad pública pues corría el riesgo de sufrir “ataques terroristas”. Finalmente, el pasado fin de semana, la oficina del gobernador hizo público un comunicado por el que se prohíbe “sine die” todo tipo de “actos como proyecciones de cine, obras de teatro, mesas redondas, charlas o exposiciones” organizados por “asociaciones al estilo LGTBI”.
La Delegación del Gobierno considera necesaria esta prohibición a fin de “garantizar el orden público, prevenir delitos, garantizar la salud y moral públicas y proteger los derechos y libertades de los demás” pues cree que estos contenidos pueden “herir sensibilidades” de parte de la población, y que al sentirse provocada pueda atacar este tipo de actos.
En Turquía la homosexualidad es legal desde 1858, cuando en pleno apogeo reformista se abolieron las “leyes contra la sodomía” que, aunque vigentes, nunca se aplicaron con severidad ya que las relaciones homosexuales, sobre todo de hombre a hombre, no eran inusuales entre los otomanos. Con todo, la homofobia también está muy extendida en el país euroasiático y los activistas de asociaciones LGTBI se quejan de la discriminación y de los constantes ataques que sufren.
“Los gobernantes, con sus palabras, dan ejemplo. Y cuando un dirigente no respeta a las personas LGTBI, eso legitima que la gente se exprese con más odio y haya más ataques. Hay muchos que tienen miedo”, explica la abogada Rozerin Seda Kip, experta en casos de personas LGTBI.
Para Kip, en los últimos años se está produciendo un retroceso “en los derechos conquistados”, como muestra el hecho de que se haya prohibido la manifestación del Orgullo Gay en Estambul durante sus últimas tres ediciones o las recientes medidas impuestas en Ankara “que son contrarias a la ley”.
“Si se restringe la libertad de expresión por alguna razón, se debe justificar detalladamente y el periodo de restricción no puede ser indefinido”, afirma la abogada, que anuncia que varias asociaciones presentarán recursos judiciales contra la decisión del gobernador, si bien reconoce que dado el actual estado de los tribunales en Turquía, no tiene mucha esperanza en el resultado.
“La seguridad personal para nosotros es muy importante, pero estoy segura de que encontraremos la forma de seguir con nuestras actividades, aunque no sea de forma tan pública —añade—. Algún modo encontraremos, somos gente creativa”.