26 de noviembre de 2020.- Como si se tratara de la época colonial, donde tampoco se justificaba las acciones racistas e imposiciones de poder por colores de piel, en Brasil se amenaza a las vidas negras por actitudes facistas en situaciones cotidianas de la nación; sobre todo al sur del pais.
El 19 de noviembre en la noche en un supermercado de Carrefour ubicado en la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país, dos guardias de seguridad golpearon hasta la muerte a un hombre afro, de 40 años, identificado como João Alberto Silveira Freitas. La razón es que su entrada fue prohibida en supermercados Carrefour y luego por resistirse, por su evidente necesidad de conseguir suministros básicos para vivir.
La delegada encargada de resolver el crimen Roberta de la segunda delegacia de homicios y proteccion de las personas de Porto Alegre, Brasil. Asegura que Magno Bras Borges y Giovane Gaspar da Silva, los trabajadores de seguridad del establecimiento, estuvieron encima de las espaldas de Freitas , trancando su respiración luego de propinarle una brutal paliza .
Estos hombres que fueron encontrados inflagrantes, estan presos por homicídio cualificado. El crimen ocurrio en el barrio Passo Dáreia (passo de la arena) en la ciudad de Porto Alegre, zona norte. El caso sigue en investigación.
Videos y fotos fueron publicados por las redes sociales, el trágico suceso ocurrió el jueves 19 de noviembre en la noche, justo en vísperas del Día de la Conciencia Negra. Esta fecha se celebra en Brasil en conmemoración del asesinato, en 1695, de Zumbi dos Palmares, un afrodescendiente que gobernó una "república" de esclavos libres en el nororiente del país.
En Brasil, paradojicamente hay una poblacion negra que casi se iguala a la de África.
La indiganción se expresó en protestas y saqueos
Esta muerte desató protestas y saqueos en las ciudades mas importante del pais, São Paolo, centro económico mas importante del pais, Rio de Janeiro centro turístico mas importante del pais, Porto Alegre centro económico del sur de la nacion fueron lugares en los que la indignacion se izo sentir.
El vicepresidente del Gobierno brasileño, Hamilton Mourao, negó que se trate de un caso de racismo y dijo que la discriminación racial en el país "no existe". Poco después, el presidente, Jair Bolsonaro, añadió que la violencia es un problema que vivido por "todos" y que no existe razón para "dividir el sufrimiento del pueblo brasileño en grupos". Y escribió en Twitter: "Quienes instan al pueblo a la discordia, fabricando y promoviendo conflictos, atentan no solamente contra la nación, pero contra nuestra propia historia".
Ambas declaraciones lejos de calmar a los manifestantes, avivaron más el fuego y profundizaron las expresiones de indignación ante lo que consideran un racismo estructural.
"La demanda de la población negra es urgente. La deshumanización del pueblo negro en Brasil es evidente", declaró a Efe Alexandra Tulani, de 38 años. Y añadió: "Queremos tener el derecho de existir. No queremos salir en la calle y sufrir violencia policial. Ayer un hombre negro fue muerto en un supermercado. Eso tiene que acabar y tiene que acabar ya".