25 de mayo de 2024.- La mayoría de las vacunas contra el covid-19 funcionan bien y protegen, por lo que pocos son los biológicos elaborados para tal fin que dejan secuelas.
Se hicieron con una variedad de tecnologías que se utilizan desde hace años, pero otras más modernas se comenzaron a usar en la historia reciente.
La rusa Sputnik V fue la primera que se registró y una de las más utilizadas, y no hay evidencia de que cause secuelas graves, al igual que la china Sinopharm.
Otras no corren la misma suerte y ya se dejaron de comercializar por baja demanda o porque han estado en el ojo del huracán por las reacciones secundarias que provocan.
Un caso es Astrazeneca, creada con adenovirus modificados, y que en días recientes la farmacéutica reconoció ante un tribunal de Reino Unido que puede desencadenar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS), aunque ocurren con una frecuencia muy baja, cinco por un millón de dosis aplicadas, y en relación con la enfermedad no es significante.
En Europa causó varios casos de trombosis. En España, Alemania, Francia e Italia se suspendió; sin embargo, por la baja frecuencia de los casos y beneficios la reanudaron.
Un caso conocido fue el del británico Jamie Scott, quien sufrió lesiones cerebrales irreversibles por formación de coágulo de sangre y una hemorragia tras recibir la Astrazeneca en abril de 2021.
Al respecto, el epidemiólogo Alejandro Rísquez, declaró a Últimas Noticias que esta vacuna, la cual tuvo gran repercusión comercial, es una de las que más está relacionada con efectos colaterales.
Dijo que aunque son muy poco frecuentes, sí son bastante graves como la pericarditis y las enfermedades del corazón, así como pulmones, además de la trombosis.
“Esta vacuna se dejó de producir hace dos años. No obstante, volvió a la palestra mediática, ya que la compañía decidió retirarla de la lista de vacunas que estaban siendo utilizadas contra el covid”, señaló el médico.
Datos de Vaccine Safaty Datalink reflejan que también hay riesgos de síndrome de Guillain-Barré (SGB) con la vacuna Johnson & Johnson 21 días posterior a su administración, incluso 20 veces más probable que las vacunas con tecnología de ARN mensajero (ARNm), desarrolladas por Pfizer y Moderna.
Un estudio que se dio a conocer en marzo pasado por la revista Vaccine con datos de más de 99 millones de personas, recoge que se detectaron efectos secundarios conocidos y poco frecuentes en gran medida en los biológicos de Pfizer y Moderna, pero también de Astrazeneca.
Confirman que Moderna y Pfizer están relacionadas con miocarditis y pericarditis, que provocan la inflamación de los músculos y el revestimiento del corazón, y en el caso de Moderna, hay mayor riesgo con la segunda dosis.
Asimismo, hay registros de efectos neurológicos y coagulación asociados con Astrazeneca y Johnson & Johnson en Estados Unidos. Las primeras dosis de Moderna y Astrazeneca, de igual forma, se vinculan con encefalomielitis aguda diseminada, enfermedad autoinmune que causa la inflamación del cerebro y la médula espinal.
Tecnologías
El doctor Rísquez explicó que existen varios tipos de tecnologías para el desarrollo de vacunas, una de ellas son las de virus inactivados como las chinas y que son una de las que se utilizan en Venezuela.
Protegen contra una de las cápsulas del virus, que es la más común y produce una cantidad de respuesta inmunológica celular y humoral para inhibir y coartar la infección por SARS-CoV-2, y si ocurre, el cuadro viral es mucho más leve.
En el caso de las de ARNm, son para dar instrucciones a las células, producir protección y respuesta celular. Es una de las más modernas y más utilizadas, pero que no llegó a Venezuela y es precisamente la que utilizan Pfizer y Moderna.
Por otra parte, las vacunas de vector viral, tecnología que sí se administró en el país con Sputnik V. “La verdad es que se aplicó muy bien al principio de la pandemia, realmente fue muy positiva”, comentó el epidemiólogo.
Subrayó que las reacciones también tienen que ver con condiciones médicas de los pacientes, pero la mayor preocupación es que los casos de efectos adversos, raros y pocos, se han generado en grupos etarios que no son objeto de riesgo.
El hecho de que se presenten efectos secundarios como fiebre, dolor de cabeza y más, es algo normal y, por lo general, son signos que se manifiestan por pocos días.
Ahora, aquellos efectos secundarios prolongados y graves son los atribuidos como secuelas porque causan afecciones por un período largo o permanente en el organismo.
Venezuela tuvo razón
Hace tres años cuando se comenzó a comercializar la vacuna Astrazeneca, y al poco tiempo después generó polémica, el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció la prohibición de entrada de esta vacuna al país.
El Gobierno Nacional notificó a la Organización Panamericana de la Salud en marzo del 2021 que se negaba a recibir esta vacuna a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud.
La decisión del Ejecutivo venezolano se basó en informes técnicos sobre los efectos secundarios con la dosis de esta vacuna y que había registrado varias muertes en países europeos.
Entre las vacunas administradas en Venezuela destacan la cubana Abdala, la china Sinopharm y la rusa Sputnik V, las cuales hasta hace poco se administraban en el sistema público de salud, así como en otros recintos farmacéuticos.