Ya es redundante hablar del arrinconamiento del Chavismo, de su cambio por este desastre mezcla de socialdemocracia, populismo y mafia sindicalera. Ya una gran mayoría, en privado o a cielo abierto, acepta la mala situación de hoy en todos los ámbitos de la vida social.
Ahora se evidencia el desatino de la acusación, de la sospecha de agentes sobre aquellos que criticaban el rumbo de maridaje con los capitalistas, el abandono del Socialismo, la alerta que esa política no era una buena opción, al contrario, que era camino al desastre. Nada tenía que ver la cia en las alertas, al contrario, no haberlas oído, la soberbia, nos trajo hasta esta orilla del acantilado