Esa es una tarea principal, si el Chavismo llega al desenlace de la crisis sin una vanguardia, es decir, una dirección aceptada por la masa humilde, actuante, dotada de un planteamiento que emocione, entendible, coherente, no podrá dirigir, no podrá en verdad ser vanguardia. En ese caso el triunfo será de los capitalistas y el sueño de Chávez será enterrado definitivamente.
Hoy se prepara el triunfo o la derrota de mañana