En su libro The corrosion of character, the personal consequences of work in the new capitalism -publicado en 1998- el sociólogo Richard Sennet escribía tempranamente: “El problema al que nos enfrentamos ahora es cómo organizar nuestra vida personal, en un capitalismo que dispone de nosotros y nos deja a la deriva”. El libro de Sennet -reconocido con el premio europeo de sociología- no es precisamente un manifiesto anticapitalista pero estudia con rigor los efectos sicológicos provocados en personas pertenecientes a distintos estratos sociales del llamado Primer Mundo por lo que se dio en llamar “Nueva economía”, una de cuyas principales características ya era el empleo intensivo de las llamadas de Tecnolgías de la Información y las Comunicaciones.
Estar sometido a un control omnipresente hasta hace pocos años era sólo concebible para militares en servicio o prisioneros. Sin embargo, el desarrollo de las nuevas tecnologías ha hecho posible la organización de la vida personal de distintos tipos de trabajadores, su orientación a distancia y su dependencia permanente de las estructuras de dirección, al extremo de que el teléfono inteligente Blackberry es visto por algunos como un símbolo moderno de la esclavitud.
“No hay manera de decir que no te llegó o que no escuchaste porque este teléfono chismoso te avisa si llamaron y no contestaste, si tienes mensajes por leer, si los leiste y si los demás abrieron tus correos, te marca citas, horarios, te despierta, se apaga solo, se prende solo, y te permite estar idiotizado horas en la internet, mientras tu esposa, esposo, novia o novio y tus hijos y familia te reclaman porque no les pones atención. Y ahí los ves, modernos ejecutivos que se sienten muy importantes porque “el jefe” les dio su Blackberry” para que no escapen de los campos de trabajo”, testimonia un internauta para argumentar la justeza de tal nombre asociado a la bola de hierro que llevaban los esclavos en los cultivos de algodón del Sur de los Estados Unidos.
Una noticia trae el tema a la actualidad. La victoria que acaba de obtener el sindicato de la empresa alemana Volkswagen al lograr que el sistema de correos electrónicos de los 1 54 empleados de esa corporación conectados a Blackberry en Alemania se desactive media hora después de concluir la jornada laboral y se active sólo media hora antes de entrar al trabajo ha tenido gran resonancia mediática aunque quizás vista más como algo insólito o curioso. Pero apreciada en profundidad indica que no es exageración lo que plantea el libro de Sennet y que el nombre del aparatico fue muy bien escogido.
(Publicado en CubAhora)
http://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/12/26/blackberry-un-nombre-bien-puesto/
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