El pueblo de Venezuela al escuchar tu nombre como el flamante Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información, dijo: Ahora sí la revolución que estamos construyendo va a llegar a aquellos que todavía se niegan a mirarme. Y es que el proceso bolivariano clama para que se le escuche y vea más allá de la publicidad, de las acartonadas entrevistas, de notas informativas con leads de segundos, porque allí está naciendo una nueva patria, que no se fragmenta, que va más allá del discurso, de los escritorios y que necesita ser narrada por sus protagonistas, documentada, como tu lo hiciste en tu magnífico libro Abril, golpe adentro.
Bien lo dijo la nueva Ministra del Despacho, Carmen Teresa Meléndez: "Para ello, tenemos que llevar la comunicación de distintas formas para llegar al pueblo e informar lo que se está haciendo. Es llegar a ellos. La clave es la comunicación con nuestro pueblo, ese es nuestro reto y lo vamos a hacer". Es una política comunicacional que debe ir en varias direcciones. Donde el pueblo sea partícipe y protagonista.
Una de ellas, hacia el mismo pueblo chavista que necesita tener la visión global de lo que se viene haciendo para afinar y orientar su trabajo. Para profundizar su visión de país y relacionar lo local con lo nacional. Otra, hacia el pueblo no chavista pero tampoco opositor, que le gustaría estar contribuyendo con las transformaciones socialistas pero no lo hace porque entiende que la Revolución se ha burocratizado, no corrige sus errores, ni logra, no solamente la eficiencia, sino incorporar en su seno a los cuadros más comprometidos y con experiencia.
Para lograrlo, la comunicación social es ancha y no ajena. Es una ciencia cuyo desarrollo tiene casi un siglo, en la cual se puede manejar con holgura la teoría y la práctica, que se revoluciona a sí misma constantemente, al punto que sus formas de expresión empezaron con el papel, luego con las ondas hertzianas, televisivas, satelitales y ahora electrónicas. Es decir, no tenemos ya excusas para seguir diciendo que nuestra política comunicacional no está a la altura de la Revolución.
Ya es hora que retomemos aquel formato, Ernesto, que tu y otros, llevaron a VTV donde el pueblo participaba. Y no en micros, ni en encuestas. Sabes que no es así. El pueblo ya maduró. Merece verse en las pantallas hablando de economía, educación, salud, ambiente, política nacional e internacional, seguridad, cultura. Ya basta de verlo sólo de relleno, aunque suene fuerte. Los ministros, diputados, gobernadores, alcaldes, siempre tendrán espacios mediáticos. Nuestra revolución repito, clama, para ser vista, oída, palpada, olfateada, degustada, pensada y repensada a través de nuestro Sistema Nacional de Medios Públicos. Éxito, Ernesto, compatriota y camarada. Nos los merecemos.
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