Desde que ví el titular de su artículo, señor Jesús Silva, se me revolvió el estómago. Y se me terminó de empeorar cuando lo leí. No hay palabras inocentes, y todo su artículo está lleno de palabras para nada inocentes.
Inicia usted diciendo "Una escandalosa grabación que podría ser falsa ha conmovido a buena parte de las filas del chavismo". ¿Qué le pasa?
En primer lugar debemos revisar siempre de donde vienen las informaciones que llegan a nuestras manos. ¿En su opinión tiene más credibilidad Ismael García que Mario Silva? No le digo lo que estoy pensando por respeto a las personas que puedan leer esto. ¿Hasta cuando nos vamos a dejar manipular? ¿De dónde saca usted que buena parte de las filas del chavismo está conmovida? Entre los y las chavistas con las que yo vivo, milito y trabajo, que son unos cuantos, no he encontrado al primero o a la primera que se haya comido esa manipulación.
Continúa usted diciendo "quien hasta hace pocas horas fuera el vocero inamovible del radicalismo socialista en horario televisivo nocturno ha anunciado su salida del aire hasta nuevo aviso". Yo ví el programa anoche y Mario Silva no dijo eso. Si dijo que estuvo recientemente en Cuba porque tiene una hija con cáncer, si dijo que estuvo hospitalizado dos días el fin de semana en ese país, y también dijo que debe someterse a tratamiento por lo cual se ausentará del programa por un tiempo. ¿No le parece señor Jesús Silva que son dos cosas bien, pero bien diferentes?
Continúa usted hablando en pasado sobre Mario Silva, y tiene el descaro de decir que "es nuestro deseo que se demostrara la falsedad de tan nefasta grabación, ......ojalá aparezcan pruebas .....". Pregunto nuevamente, ¿qué le pasa?
Luego pide cerrar filas en respaldo al proceso político vigente (¿qué coño es eso?) y respaldar al Presidente Maduro, al camarada Diosdado y a los cuadros directivos de la Revolución Bolivariana. ¿Pero no cree usted que debería haber iniciado pidiendo también un voto de confianza para alguien como Mario Silva que le ha echado bolas durante todos estos años? Como dice usted: "nadie es monedita de oro". Me pregunto yo: ¿y por qué tendríamos que serlo? El ser humano es valioso, entre otras cosas, por su diversidad. Te puede gustar o no Mario Silva, pero es un luchador al cual hay que reconocerle sus méritos y no podemos ni siquiera abrir la posibilidad de pensar que esta grabación es cierta. Pregunto nuevamente, ¿qué le pasa a usted?
Más adelante dice: "dolorosamente muchos chavistas han dado crédito a estos rumores contra Silva y ello propicia un peligroso escenario de desmoralización......", ¿y qué cree usted que está haciendo con este artículo ambiguo y, como dije al inicio, para nada inocente?
No terminamos de entender que la derecha internacional tiene cualquier cantidad de mecanismos de manipulación y que estudia sus campos de batalla para establecer las estrategias adecuadas. En este momento su objetivo es dividirnos, enfrentarnos, y utilizan nuestras flaquezas como seres humanos, que ellos estudian muy bien, para lograrlo. Flaquezas como la envidia, el egocentrismo, el creerse más revolucionario que los demás, por nombrar algunas.
Para ilustrar un poco más el tema de las estrategias voy a citar parte de una entrevista que le hicimos desde el periódico comunitario El Canto de la Guacamaya, de la parroquia San Pedro, en junio del 2012, al antropólogo mexicano Gilberto López y Rivas:
- Usted realizó una investigación sobre la utilización de las ciencias sociales y de antropólogos en las guerras de Estados Unidos, que llamó “antropología mercenaria”. ¿En qué consiste y cómo se aplica?
Propuse a Carmen Bohórquez, del grupo de Defensa de la Humanidad, elaborar un folleto sobre el tema porque es muy importante hablarle a los colectivos de la antropología mercenaria. La finalidad es conocer la mentalidad y los planes estratégicos y tácticos de nuestros enemigos históricos, los imperialistas estadounidenses. En este sentido, me involucro como antropólogo porque en 2007 una colega llamada Montgomery McFate propone al secretario de la Defensa de Estados Unidos un programa de incorporación de las fuerzas sociales, particularmente de la antropología, en los afanes contrainsurgentes que tenían lugar en Irak y Afganistán en esos años. En ese sentido, Montgomery propuso un proyecto que se llamó “equipos humanos en el terreno”, que significaba que los científicos sociales trabajaran empotrados en las brigadas de combates de estas guerras neocoloniales, que fueran los ojos y los oídos de las tropas en cuanto a la diferenciación cultural.
- ¿Por qué se necesitan antropólogos para desaparecer un territorio o para ganar una guerra si Estados Unidos tiene todo el poderío militar y tecnológico para triunfar?
La idea no es desaparecer el territorio sino posesionarse de recursos como el petróleo. Lo han destruido en parte pero, en el caso de Irak por ejemplo, en el Ministerio del Petróleo no se rompió ni un vidrio, ni se perdió un papel. En cambio todo el patrimonio cultural fue totalmente saqueado. A ellos les importó un comino el patrimonio cultural, participaron en el saqueo como invasores que fueron. Pero se adueñaron del petróleo para hacer funcionar uno de los objetivos de la guerra.
- ¿Nos debemos mirar en ese espejo?
Venezuela tiene un posicionamiento valioso para los Estados Unidos dentro de América del Sur cerca de los acuíferos y es uno de los países con mayor patrimonio petrolero, políticamente no afín a Estados Unidos e incluso con un gobierno revolucionario, cuyo dirigente principal abiertamente se declara socialista y antiimperialista. De tal manera que el símil de Irak sí es posible con diferencias
sustanciales.
En el caso de Irak trabajaron para derrocar el gobierno constituido, que es lo que quisieran hacer aquí. Sadam (Hussein) tenía características peculiares, pero era un gobernante legalmente escogido mediante elecciones, incluso fue aliado de los propios estadounidenses y recibió ayuda para combatir en la guerra de Irán. En este sentido, la diferencia notable es que también se enfrentan a un gobierno legalmente constituido, pero que es producto de un proceso de transformación interna, de tal manera que no hay forma de romper con el amplio apoyo popular que tiene el comandante Chávez y que ha sido refrendado en innumerables elecciones. Entonces, aquí hay un impedimento de carácter político, puesto que ellos siempre dicen que van a imponer la libertad y la democracia y en el caso de Irak todavía hoy sostienen que restablecieron la democracia.
Toda mi solidaridad y mi apoyo a las personas que, desde su trinchera de lucha, con sus aciertos y desaciertos, están dando día a día la batalla. Por el contrario, no apoyo ni siento solidaridad por las personas que, creyéndose dueñas de la verdad, se dedican a la crítica no constructiva y a la descalificación, haciéndole con ésto un flaco servicio a esta nuestra Revolución Bolivariana Chavista.
Para finalizar le digo señor Jesús Silva que me complacería mucho ver un artículo suyo rectificando sus palabras, o aclarándolas. Es posible que yo no las haya interpretado bien, ¡quién sabe!