Como si fuera poco todo el ataque que hemos sufrido como nación, desde mamotretos como los países de derecha que se agrupan en el tolete de Lima, así como los de aquel triangulo perverso que era EEUU, Nariño y la Moncloa en tiempos de Rajoy y, las peticiones hechas por un ala de la oposición venezolana de que nos sancionen, bloqueen e invadan, eventos todos con interconexión en la misma agenda oculta, para que otro les haga el trabajo que ellos ni han podido ni podrán, de sacar la Revolución, hechos comprobados y verificados de cómo han jugado con nuestro pueblo solo por egoísmos intereses individuales.
Entendiendo que luego de la Pandemia, estamos condenados en el marco de esta volatilidad, a un nuevo orden mundial que nos lleve a momentos de preponderancia en los continentes, como dicen los expertos y, que como revolución nos ha tocado reinventarnos para seguir nuestro camino a la consolidación de mejores condiciones de vida. Comunicacionalmente nos cercenan, nos encierran, nos quieren callar, nos satanizan para que el mundo no vea ni sienta que el sueño de Hugo Chávez es materializable en el tiempo y además multiplicable en el mundo.
El tema comunicacional es fundamental, por esa vía hacemos llegar a todo aquel, lo que estamos haciendo, utilizar todos los elementos necesarios para no permitir que esta guerra multiforme y depredadora, nos alcance y socave los cimientos de nuestra revolución. Es tan importante lo comunicacional que ya el gobierno de Trump en su desesperación letal contra nosotros, busca invadir nuestro espacio radioeléctrico, buscan callar la voz de la dignidad de los pueblos como quiera que sea.
Yo puedo entender lo importante de lo reivindicativo en el territorio; la caja Clap, el gas, el salario digno, el transporte, que le tapen el hueco, etc. y que indubitablemente perturba en la tranquilidad del ciudadano y mucho más con los ataques desde las redes sociales, en el que minimizan cada acción del gobierno. Sin embargo, debemos asumir que lo magnánimo, lo sublime y lo perentorio es el proyecto revolucionario, con errores que cometen algunos actores, con problemas que no resolvemos quienes asumimos tareas de gobierno, ta’ bien y debemos dar la cara y minimizar errores, pero lo importante es el proyecto político del comandante que hoy dirige gallardamente el presidente Maduro.
Nada fácil han sido estos primeros 21 años de revolución, pero en la medida que cada militante asuma su condición comunicadora, sin guabineo, en la medida que quienes tienen la responsabilidad de dirigir las estrategias comunicacionales, presente un plan de retomar las radios, la prensa escrita, la guerrilla comunicacional que tanto dolor de cabeza generó en la oposición desmontando la canalla, de fortalecer el tema 2.0 (videos, audios, redes sociales) divulgando lo que hacemos, como lo hacemos y desde donde lo hacemos, ninguna maniobra comunicacional, podrá con nosotros.
A LO INTERNO: Mosca con quienes mal financian la política de micrófono.