Teodoro se consagró en los años 60 como presunto guerrillero y dirigente comunista; en los 90 se convirtió en el vocero más neoliberal de los economistas de derecha. Formó parte del gobierno de Caldera, del cual fue su principal defensor. Es más, abandonó el partido que fundó (el Movimiento al Socialismo) por la puerta de la derecha, después de que ese partido acordara por abrumadora mayoría respaldar la candidatura de Hugo Chávez; y en 2000 se erigió en “editor paladín de la libertad de expresión”, luego de haber pretendido ser su censor a su paso por el poder.
Con el lema “Claro y raspao”, Petkoff hizo la presentación en sociedad de su nueva herramienta de conspiración: el vespertino Tal Cual. ¿Objetivo? continuar atrincherado, defender a Los Caldera, legitimar capitales ilícitos, esconder el rabo de la candela y seguir su plan de atacar al líder del verdadero “socialismo a la venezolana”, inspiración del MAS en los 70. ¡Chávez, te adueñaste del marketing de Petkoff! ¿Será esa su arrechera?
El 3 de abril entró en circulación el nuevo pasquín. En cuestión de tres meses, Teddy y Juan Carlos Zapata, junto a parte del equipo periodístico que lo acompañó en su pasantía como director de El Mundo, montaron sobre las cenizas del Diario de Caracas el aborrecedor impreso (su primera sede ocupó los espacios del extinto matutino).
Para justificar la inversión inicial del proyecto, por más de 1,2 millardos de bolívares, Petkoff montó una estratégica mampara. En primer lugar, solicitó apoyo a Hans Neumann (propietario, en ese entonces, de The Daily Journal), quien suscribió 50% de las acciones. El restante 50% fue suscrito por Editorial La Mosca Analfabeta, empresa cuyo registro mercantil, según Teddy, estaría conformada por 63 accionistas fantasmas, entre éstos, por supuesto, él y Zapata.
Es clave señalar que tras la muerte de Neumann no hubo cambios en el diario ni en su junta directiva. Evidencia clara: Hans Neumann se prestó para servir de fachada. ¿Por qué lo hizo? Muchos son los afectos entre las familias Neumann y Petkoff.
Sin embargo, para nadie fue un secreto que todo el dinero lo puso y lo aporta Petkoff. El búlgaro invierte en Tal Cual una parte de los dividendos generados por las colocaciones de la enorme fortuna amasada a su paso por el gobierno de Los Caldera, socios de Teo.
Como recordaremos, Teddy fue ministro de Cordiplan. Despacho desde el cual guisó, en complicidad con Luis Raúl Matos Azócar (titular de Hacienda), dos jugosas emisiones de bonos de la deuda pública.
Los negocios de Teddy fueron tan descarados que en diciembre de 1999, apenas la Cadena Capriles lo puso de patitas en la calle, el MAS-Caracas instó al Gobierno nacional a indagar el origen de los bienes de fortuna adquiridos por Teodoro Petkoff, sus familiares y seguidores cuando el seudo guerrillero estuvo en el gobierno.
“Petkoff hizo una fortuna a la sombra de Rafael Caldera, pero nombró a varios testaferros para evitar cualquier averiguación”, aseveró el ex parlamentario Francisco Cedeño, quien, además, al llegar a la presidencia de Fondocomún destapó la olla podrida del teodorismo en esa institución, la cual fue saqueada por D‘Paola y su mujer, Mayita Acosta, sin olvidar a Carlos Rodríguez, concejal profesional del MAS. Personajes que lograron forrarse muy bien. ¡Tanto!, que desaparecieron del mundo político. Los denunciantes de la tolda naranja precisaron que Fundacomún fungió como “caja chica del teodorismo” y que recursos de esa institución pública se destinaron a combatir la candidatura de Hugo Chávez. Sin duda, una vez fuera de El Mundo, era urgente para Teo tener pronto un medio de presión. Costara lo que costara.En el primer editorial de Tal Cual, titulado: ¡Hola, Hugo!, Petkoff mostró sus vísceras. Una crítica acérrima y personalizada a Chávez. Un pretexto convertido en pasquín. Un politiquero devenido en periodista.
Una manera burlona para dejar por sentado que jamás desaparecería del ámbito político. La obsesión de Petkoff por Chávez es descomunal, ego y venganza. Incluso, el nombre utilizado para darle personalidad jurídica a Tal Cual está compuesto con frases tomadas del propio Presidente: La Mosca Analfabeta, hace alusión a la frase “águila no caza mosca”; y al señalamiento de que “Mario Vargas Llosa es un analfabeta”.
Se trata de un folletón pensado y utilizado para única y exclusivamente atacar al Presidente y defenderse Petkoff. Tal Cual ha dado muestras de ser un medio opositor a ultranzas, de violar toda ética periodística, en sus editoriales, artículos, noticias y fotomontajes en portada, como aquel donde gráficamente se sustituyó una rosa por una pistola en manos del Presidente.
Para el momento de su lanzamiento, Tal Cual contaba con siete clientes o anunciantes, de esos a los que Teddy una vez aconsejó aplicar las tenazas de la inversión publicitaria a los medios incomplacientes.
Para la plaza, o tárget, se pensó en los 150 mil lectores politizados de clase media que sólo tenían, y en nuestra opinión siguen teniendo, a El Mundo como única opción impresa para informarse al final del día. Era parte del reto planteado. La distribución del vespertino cayó en la flota de El Nacional, “durmiendo con el enemigo”. Inicialmente tendría presencia en toda el área metropolitana, las capitales del interior y algunas segundas ciudades en cada estado.
El primer equipo de Tal Cual estaba conformado por 20 periodistas, con Juan Carlos Zapata (el estafador de Descifrado) en la jefatura de redacción; Róger Santodomingo ( ahora director de Noticiero Digital) en la coordinación de las páginas de política; Oswaldo Barreto (reconocido cleptómano, pirata aéreo y atracador de bancos) en la coordinación de la opinión; seguidos por Doménico Chiappe en economía; Marcos Salas en espectáculos; José Roberto Duque (yerno del también periodista Miguel Salazar) en ciudad; Aixa Sánchez en cultura; Daisy Argote en internacionales y Orlando Luna en la edición gráfica (aunque el diseño fue creación del ex masista Eduardo Orozco). Todo por sólo 250 bolívares el ejemplar. Aunque ahora cuesta Bs. 1.000, comercialmente sigue siendo un suicidio. Bueno, en realidad ha sido siempre un subsidio, aunque Zapata se rasgaba las vestiduras al afirmar. “Esto es un buen negocio”. Claro, él nunca ha puesto un centavo.
El 12 de abril de 2002, Tal Cual tituló su editorial: “Chao, Hugo”. Teo dio por aniquilado al personaje que más ha estremecido sus entrañas y esfínteres. Pero ya en horas de la tarde, dos cosas lo hicieron reaccionar: los golpista, quienes le dejaron a un lado (a pesar de haber formado parte activa de la conspiración); y el país que abandonó hace muchos años. En horas de la noche, como quien no quiere la cosa, pero al tanto de las protestas populares en la Redoma de Petare, 23 de Enero, Plaza Catia, El Valle, corrió al programa de TV de César Miguel Rondón (un locutor ultraderechista con voz fúnebre, complejo de analista político y apodado el nerd de la salsa). Allí se rajó. Se desdijo. Llamó dictador a Carmona Estanga. Afirmó haber sentido “ganas de vomitar, viendo a esa partida de hijos de puta creyéndose dueños del país”. ¡Qué bolas!, no lo habían tomado en cuenta. Faltó un hijito de puta en la fiesta.
No obstante, las acciones dicen más que el culípandeo. En diciembre de ese año, Tal Cual se sumó a la orquestación del sabotaje petrolero. Dos meses negados a prestar servicios publicitarios, los medios de comunicación, pero especialmente los impresos, tuvieron que forzar al máximo sus músculos financieros, antes y después del descabellado sabotaje. La ayuda externa no era distribuida equitativamente. No obstante, la televisión, la radio y la telefonía celular sacaron excelente provecho a la mensajería de texto.
Petkoff, movido por su instinto judío, mostró un alto sentido de la “justicia monetaria”. Verbigracia de los sacrificios a que fue sometido el personal de Tal Cual durante el paro, levantado en febrero de 2003, se vio obligado a reducir el número de páginas, los salarios, el tiraje y, desde luego, la nómina.
Teodoro sigue adelante con su desmejorada gacetilla. A raíz del fallecimiento de Neumann y la adquisición de The Daily Journal por parte de Janett Kelly, Tal Cual mudó sus oficinas a Los Palos Grandes. Esto complica su operación técnica, porque continúa utilizando los servicios de Impresiones Newsprinter C.A, empresa propietaria de la rotativa que fue del Diario de Caracas. La sede de la imprenta continúa en Boleíta Norte, en el edificio donde nació Tal Cual, esto los obliga a cerrar la edición más temprano y, por ende, a que las informaciones de última hora queden por fuera. Mal síntoma para un vespertino.
Mediante los consejos y asesorías del ministro designado por Carmona para Cordiplan, León Arismendi, Editorial La Mosca Analfabeta firmó una convención colectiva con sus periodistas. Esto para evitar una nueva raya frente al gremio periodístico. El contrato avalado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa prevé HCM, Derecho de Autor, cesta ticket (aún no es petrolero), utilidades en diciembre y dos salarios mínimos como sueldo básico. Cálculos propios nos indican que esto sumado a los costos de impresión, flete de distribución, costos de oficinas, equipos de computación, líneas telefónicas, producción y mantenimiento de la página web, vehículos y gastos ocultos, Tal Cual genera a Petkoff desembolsos promedios de 2,4 millardos de bolívares al mes. Es decir, el doble de la cifra invertida para su lanzamiento.
Tal Cual, según un análisis morfológico de sus páginas, nos muestra que la relación porcentual entre redacción y publicidad es verdaderamente espantosa desde el punto de vista comercial. Se trata de un medio con seis años en el mercado editorial, que aún no alcanza el umbral de rentabilidad. Es decir, de su superficie impresa, sólo 15% corresponde a publicidad. Y de ese 15%, 80% son avisos de la banca. Y en muchos casos, se trata de intercambios o paquetes tarifarios con descuentos inusuales.
Sinteticemos: Tal Cual surgió como respuesta de Teodoro Petkoff a la Cadena Capriles, defender a Los Caldera, autodefenderse y a las necesidad de contar con una fachada para lavar fondos, una vez despedido de la dirección de El Mundo, medio impreso que casi logra quebrar el antiguo ministro de Caldera.
Como somos partidarios de dar al César lo que es suyo, debemos admitir que Petkoff logró incrementar la circulación de El Mundo al inicio de su gestión gracias a una mentira: un titular referido a que Chávez aumentaría en 60% el sueldo de los militares. El Presidente respondió airado, mostrando la primera página de ese diario con un titular escandaloso a 8 columnas (es formato estándar, no tabloide como Tal Cual) que decía textualmente “¿Qué vaina es esta?”. La publicidad que le hizo Chávez incrementó enormemente las ventas, pero el efecto fue efímero.
La gente dejó de leerlo, pues no había nada digno de leerse. Lo transformó en el medio para que escribieran sus amigos, jalabolas enamorados y aliados políticos (para la gente que conoce los nombres y filiaciones, les diremos que en El Mundo, el mismo día, escribían, que recordemos, Luis Manuel Esculpi, Enrique Ochoa Antich, Víctor Hugo D’Paola, Armando León, Mayita Acosta -la mujer del anterior-, Rafael MacQuae, Simón García y otros que seguramente olvidamos).
No era ya un diario con tendencia o con información sesgada, sino el vespertino de Teodoro y su combo. Con razón la gente dejó de leerlo. Además, incrementó brutalmente los gastos. El Mundo tenía 32 fotógrafos y más de 100 redactores, para un diario de 20 páginas, es decir, cada redactor en promedio podía publicar algo así como dos cuartillas semanales. Había, además, jefes de sección para política, economía, deportes, internacional, espectáculos, cultura, sucesos. El personal cobraba quizá los sueldos más altos de la prensa venezolana. Esto sumado a la hiperquinesia de su lengua y a la cacería tendida por Alfredo Peña y Tulio Álvarez, le costó el despido.
Entonces, Tal Cual lo fundó Teodoro, repetimos, tras su despido de El Mundo. Se desconoce la forma exacta de cómo inyecta el dinero, pero nunca ha sido con patrimonio o herencia de Hans Neumann ni de los 63 accionistas de La Mosca Analfabeta.
Tal Cual es una máquina de perder dinero. Tiene muy poca circulación, prácticamente sólo en el Este de Caracas (no llega a la provincia) y carece casi totalmente de publicidad. Teodoro es el verdadero anti Midas (parafraseando a su íntimo amigo, Juan Carlos Zapata).
PD Solicite la version completa en formato PDF a codigopetkoff@yahoo.es