El diario de Oscar Heck – el 6 de agosto del 2024

NOTA 1: El tema más interesante, y posiblemente explosivo, es un tema que tiene que ver con un link a un documento hackeado asociado a las recientes elecciones presidenciales, y se encuentra como a ¼ de camino abajo. Que disfruten de ese documento, creo que les servirá de algo.

NOTA 2: Disculpen los errores, fue muy difícil escribir este diario de hoy, me demoré 13 horas consecutivas y mi cerebro se hizo mierda, gracias.

Saben, desde mi taller, leyendo los titulares y algunos párrafos de los artículos de opinión aquí en Aporrea, no me cesa de impresionar el hecho que los escritores maduristas se empeñan, pero de manera obsesiva --- así como lo hacen el actual presidente de Venezuela y sus compinches ---, en echarle la culpa por todo, a los demás, a EEUU, a María Corina Machado, a Edmundo, a los comanditos, a Elon Musk, a Europa, a Chile, Perú, Colombia, y cualquier otro país que se niegue reconocer la fraudulenta reelección del actual presidente de Venezuela.

Se burlan de la realidad, se burlan del hecho de que estas elecciones presidenciales fueron claramente fraudulentas (ver más abajo), y se burlan del hecho de que los resultados emitidos por el CNE, sin pruebas además, donde el CNE le concede la victoria al actual presidente de Venezuela, no coinciden por nada con la realidad, una realidad que la enorme mayoría de nuestra población vivió y vio con sus propios ojos en los centros de votación y durante los inmensos cacerolazos en contra de las declaraciones del CNE en los grandes barrios de Caracas.

Es más, en muchos de los centros de votación, incluso aquí donde nosotros votamos, los resultados locales reales fueron anunciados entre las 9 PM y la media noche del mismo día de las elecciones por los testigos de mesa (o por los coordinadores, no estoy seguro), públicamente en las calles, frente a centenares de votantes que estábamos allí en carne propia esperando los resultados a las afueras de los centros de votación; resultados que le daban en general una victoria contundente a Edmundo (María Corina Machado).

Esto mismo ocurrió casi a nivel nacional (lo averigüé), y creo que todos lo sabemos, incluso los mismos maduristas quienes también estuvieron allí esperando los resultados y que hoy vergonzosamente reclaman la victoria, con sus miradas hacia el piso y sus colas entre las patas.

Ellos vieron todo, y ellos lo saben.

De todas maneras …

Hoy, más de una semana después, todo este desastre electoral se encuentra en manos del tribunal supremo de justicia, y veremos qué será la conclusión, especialmente debido a que los resultados detallados de todos los centros de votación del país, mesa por mesa, detalles que el CNE se negó a publicar, aparecieron anoche publicados a través de ANONYMOUS (hackeadores profesionales que, entre otras cosas, ayudan a los pueblos del mundo a recibir informaciones institucionales que sus respectivos gobiernos se niegan de compartir, o que ocultan).

Pueden ver el documento hackeado, aquí:

https://drive.google.com/drive/u/0/folders/1Em-h-jH15Rv8vsmLMzEWV1kmd76IwjmH?fbclid=PAZXh0bgNhZW0CMTEAAabX0lX6Yv7fR1TktvIod-B9rI2sh7FktXtqA_gFq9hClTSB-ync1SITrf0_aem_DsYWSjOuMezHNpku4mMWrw

¡Que lo disfruten!

Ahora …

Pasé casi tres horas revisando este documento:

1- Primero, chequeé las cifras, los nombres de los testigos, etc., de nuestro centro de votación con uno de los testigos de mesa que conozco personalmente y que trabajó allí ese día 28 de julio, con el fin de corroborar las informaciones, cifras, firmas, fechas, etc., y las informaciones son exactas y veraces. Ustedes pueden hacer igual.

2. Segundo, chequeé la data de los 13 centros de votación de nuestro municipio, y, en solo uno de ellos, el actual presidente de Venezuela obtuvo la mayoría, pero por muy poco. En todos los demás centros, ganó Edmundo con una aplastante mayoría, ganando con entre dos y tres veces más votos que el actual presidente de Venezuela.

Sí señor.

3. Tercero, chequeé rápidamente --- adicionando rápidamente los votos --- todos los 14 centros de votación del 23 de Enero, un importante barrio pobre de Caracas y bastión de Chávez (del chavismo), donde supuestamente la mayoría hubiera votado por el actual presidente de Venezuela, y, si no me equivoco, en todos esos centros de votación excepto uno, Edmundo ganó con una aplastante mayoría también, parecida a la de mi municipio, mientras que en el centro donde ganó el actual presidente de Venezuela, él ganó con una mayoría de alrededor de un 60% (si bien conté), y eso es todo.

Bueno …

No tengo suficiente tiempo --- ni suficiente energía porque casi nunca como carne porque no me la puedo pagar --- para chequear los resultados completos para todo el país, y especialmente (lo más interesante e impresionante), para chequear los resultados de los otros grandes barrios pobres típicamente chavistas de Caracas, como Petare, San Agustín, y Catia por ejemplo, sin embargo, creo que puedo llegar a la siguiente conclusión:

Ya sabemos (o suponemos) que probablemente, en todos los sectores pudientes, de clase media alta, y de clase media profesional de Venezuela, esa gente siempre votó en contra de Chávez y en contra del actual presidente de Venezuela, probablemente pensado que él era chavista (no lo es), digamos un 20% de la población venezolana, sin embargo, ahora, en estas elecciones, y de acuerdo con los resultados vistos en ese documento, y de acuerdo con lo que nosotros los votantes vimos en carne propia durante las elecciones, se ha hecho evidente que en los sectores pobres (digamos 80% de la población de Venezuela), alrededor de 70% también votó en contra del actual presidente de Venezuela, y si hacemos un cálculo rápido, el resultó sería el siguiente:

(100% x 20%) + (70% x 80%) = 76%

Esto significaría que --- en el mundo real --- Edmundo (María Corina Machado) habría ganado las elecciones con alrededor de 76% de los votos, lo cual coincide casi perfectamente con la predicción que hice en mi diario del 28 de julio, y, a primera vista, con las cifras contenidas en ese documento arriba.

Pero …

Ahora tenemos un más grave problema …

Y eso es, que, una de las mejores maneras para que la gente tenga acceso a ese link al documento, y pueda personalmente chequear las cifras y comparar con su propia experiencia de la votación, y así confirmar (o no) el evidente fraude cometido por el CNE y por el actual gobierno de Venezuela y el Estado venezolano siendo cómplice, es de mandar el link a través de las aplicaciones como WhatsApp, pero --- probablemente dándose cuenta de que WhatsApp podría ser un grave peligro para él y su fraudulenta reelección ---, el actual presidente de Venezuela, en vivo, anoche creo que fue, con su típica rabia y sus tremendos gritos de dictador, decidió de intentar convencer a nuestra población de eliminar el WhatsApp de nuestros teléfonos, eliminando él el suyo frente a todos sus compinches y seguidores en una reunión televisada.

Allí, él estaba gritando acusando a WhatsApp de estar involucrado en el intento de "golpe de estado" contra él, lo cual es totalmente ridículo ya que WhatsApp no es una red social donde existen establecidos grupos de interés y cosas así, no señor, WhatsApp es una aplicación donde los usuarios controlan ellos mismos la información enviada por sus propios WhatsApp personales, sin ninguna intervención de la empresa que creó la aplicación, o de grupos de intereses externos que pudieran controlar el WhatsApp de cada quién.

O sea, todo el contenido que se comparte vía WhatsApp, es de persona a persona, exactamente igual a una línea telefónica.

Metafóricamente hablando, WhatsApp consiste de cables, postes de teléfono, y centrales de control de la distribución de las señales enviadas vía los cables, y nada más, y él el actual presidente de Venezuela ciertamente debe saberlo porque él no es ningún estúpido, entonces, lo que él hizo anoche, fue un show.

¿Por qué?

¿Para qué?

(Ver más abajo.)

Es más, WhatsApp es una de las pocas grandes empresas de facilitación a las telecomunicaciones que en su "charter" (declaración legal de propósito) no permite a ninguna corte, gobierno, fuerza policial, organismo de inteligencia, ni a nadie más de acceder al contenido que es enviado vía su aplicación. Las informaciones que mandamos vía WhatsApp quedan encriptadas en nuestros propios teléfonos en tiempo real con los algoritmos más sofisticados del mundo (códigos secretos en este caso), o sea, es básicamente imposible de hackear estas informaciones desde afuera, habría que tener --- para saber lo que tenemos en nuestros WhatsApp --- el teléfono en mano y hacer lo que todos siempre hacemos, de ver lo que hay y se escucha en nuestras pantalla de teléfono, o intentar de hackear ese mismo teléfono, si por ejemplo la pantalla estuviera quebrada o si no tuviera sonido, lo cual es prácticamente imposible de hacer aun usando los mejores hackeadores de mundo.

Pero, mucha gente no sabe eso, y eso le conviene perfectamente al actual presidente de Venezuela y a sus compinches y seguidores para crear zozobra y miedo en nuestra población, usando la ignorancia de su propio pueblo en su contra, como carne de cañón, sí señor, así es.

Bueno, por eso el actual presidente de Venezuela le tiene terror a WhatsApp, porque para poder impedir que mandemos cosas vía WhatsApp, hay básicamente una sola manera de hacerlo, y eso es de confiscar todos los teléfonos del país que usan WhatsApp, y él lo sabe.

Ahora …

Él, anoche en su show, le pidió a todos sus compinches y seguidores de eliminar WhatsApp de sus teléfonos, y todos aplaudieron, ¿por qué?

Bueno, si todos sus compinches y seguidores en Venezuela, quienes ciertamente votaron por él, eliminan WhatsApp de sus teléfonos, entonces, todos los demás, nosotros quienes votamos en su contra (y los que no votaron), tendríamos casi todos nuestros teléfonos activados con WhatsApp, ¿verdad?

Eso, de que todos sus compinches y seguidores eliminarían el WhatsApp de sus teléfonos (unos 3 a 5 millones de teléfonos en mi estimación), crearía, a nivel nacional, una muy clara y físicamente detectable distinción entre los maduristas y los antimaduristas (y los no votantes), o sea, habría una clara distinción entre ellos y nosotros, entre los compinches y seguidores del actual presidente de Venezuela, y sus enemigos, lo cual le facilitaría a él, tácticamente, y a su gobierno, y a sus fuerzas oscuras de represión, nuestra persecución (tal vez unos 25 millones de teléfonos que seguirían usando WhatsApp).

Esta estrategia es la misma que Hitler implementó entre los años 1939 y 1945 para poder más fácilmente distinguir entre sus compinches y seguidores, y sus enemigos (judíos, romas, etc.), y así poder más fácilmente perseguirlos dentro de las población de la Alemania de entonces y los países vecinos que él conquistaba.

Sus seguidores se vestían como quisieran, mientras los judíos (romas, y otros indeseables, sus enemigos) fueron forzados a usar prendas especiales para que todos sus compinches y seguidores puedan identificarlos (a sus enemigos) claramente en cualquier lugar, en caso que Hitler decidiera de mandar a sus compinches y seguidores a joderlos, lo cual, de hecho, ocurrió.

Eso que Hitler implementó, se llama la insignia judía, y pueden leer sobre esto en el siguiente link:

https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/jewish-badge-during-the-nazi-era

En el caso actual, con el asunto de WhatsApp, la cosa sería igual o equivalente:

El que no use WhatsApp, no sería enemigo, pero el que use WhatsApp (la insignia judía), si lo sería.

¿Ven a qué me refiero?

Pero, la cosa se complicaría aún más para el actual presidente de Venezuela, así como se le complicó un poco a Hitler, pero no tanto como se le complicaría ahora al actual presidente de Venezuela:

¿Qué hacer con sus millones de enemigos una vez identificados?

¿Ponerlos en centros de concentración, ejecutarlos, quemarlos en vivo, experimentar con sus cuerpos, montar fábricas privadas con los compinches y seguidores para molerlos a pedacitos y con eso producir carne molida para venderles hamburguesas baratas a los millones de enemigos (o no votantes) pobres del país que todavía no habrían sido capturados o exterminados porque necesitarían de ellos para lavar su ropa y construir sus casas y podar sus jardines, etc.?

O …

¿Dejarlos andar aterrorizados, pero libres (con las insignias judías, con WhatsApp en sus teléfonos), como lo hizo Hitler durante muchos años antes de empezar a meterlos, a punta de pistola, presos en los centros de concentración para enseguida matarlos?

El problema más importante que el actual presidente de Venezuela tendría, en comparación con Hitler, sería que, en el caso de Hitler, fue una mayoría que cazaba a una minoría, mientras que en el caso del actual presidente de Venezuela, sería una minoría que tendría que cazar a una mayoría.

Serían alrededor de 3 millones de cazadores, contra posiblemente unos 20 millones para cazar, o algo así.

¿Cómo, prácticamente hablando, harían eso?

¿Ven el dilema?

Bueno …

Si el actual presidente de Venezuela decidiera (¿por temor?) --- y bajo tales circunstancias por supuesto ---, de no intentar matar o meter presos a todos sus posiblemente 20 millones de enemigos en territorio venezolano (de ser el caso por supuesto), bueno, entonces, él tendría que hacer lo que hizo Hitler durante varios años antes de empezar a meterlos presos y matarlos, tendría que enviarlos o deportarlos (emigración forzada digamos) a otros países, lo cual él hizo, y de hecho, eso es exactamente lo que está ocurriendo aquí en nuestro país desde hace 11 años vía la masiva migración, una migración forzado debido a las circunstancias creadas --- vía decretos presidenciales --- por el actual presidente de Venezuela y sus compinches.

(¿Será que el actual presidente de Venezuela lo habría planificado así de antemano, como Hitler, pero en este caso usando la excusa de las sanciones para justificar el masivo éxodo hacia otros países?)

Pero, entonces, ¿qué hacer con los millones de enemigos que todavía quedarían aquí en territorio venezolano?

Es allí donde se complica el asunto.

¿Verdad?

Bueno …

Para finalizar, tengan mucho cuidado con sus celulares, no los dejen por allí, y cuando salgan a la calle, traten de no cargarlos con ustedes, porque tal vez la policía intentará chequéelos, y, si ustedes tienen WhatsApp, tal vez se los quitarán, pero solo después de haberles preguntado su nombres, número de cédula, y dirección.

Es más, con sus teléfonos en custodia, ellos podrán chequear todos sus contactos e ir tras ellos también, y, ¿qué creen que harían después con sus teléfonos?, bueno, como creo que todos sabemos, se quedarían con ellos y/o los venderían para compensar por sus miserable salarios de esclavos que reciben por estar a la orden del actual Estado venezolano.

¿No sería así?

NOTA FINAL

Hace unos dos años atrás, el actual gobierno de Venezuela lanzó la aplicación VenApp, la cual supuestamente estaría siendo utilizada principalmente por los compinches y seguidores del actual presidente de Venezuela. No sé si se parece a WhatsApp (pero digamos que sí), entonces, imagínense que, sí el actual presidente de Venezuela y su gobierno y sus fuerzas oscuras de represión no fueran capaces de impedir el uso de WhatsApp en todo el territorio venezolano, bueno, entonces, posiblemente ellos usarían VenApp como la principal marca (insignia) para diferenciar entre sus pocos compinches y seguidores, y sus muchísimos enemigos, o sea, cuando la policía chequearía nuestros teléfonos, si uno tendría solamente WhatsApp en su teléfono, entonces, lo identificarían a uno como enemigo, pero si uno tendría solamente VenApp en su teléfono, entonces lo considerarían madurista.

¿Qué les parece?

Todo es posible con este gobierno.

¿Verdad?

Ver el asunto de VenApp aquí: https://www.aporrea.org/ddhh/n395482.html

oscar@oscarheck.com









 













 

 



https://www.youtube.com/watch?v=77Uc7dJWA8g

 



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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