En el estudio de la emisora no cabía un alma. Gregorio González Lovera, elegante y sereno, de traje y corbata oscuros se ajustaba los espejuelos dando los últimos toques a su discurso. Eran las seis de la tarde del sábado 9 de agosto de 1947, y por fin, Ecos del Torbes estaba en el aire. Varias habían sido las pruebas y los ensayos iniciados en febrero, hasta que, superados todos los inconvenientes, lanzaba su primera transmisión formal. El sacerdote redentorista Leonardo González Cudeiro había impartido la bendición a la estación, y el orfeón de la Escuela de Música del Táchira, dirigido por el maestro Marco Antonio Rivera Useche acababa de interpretar "Brisas del Torbes", el bambuco de Luis Felipe Ramón y Rivera. González Lovera decidió que sería el tema oficial de la nueva radio.
Delante de las voces femeninas del coro, González Lovera leyó sus palabras. Emocionado, comentó los esfuerzos realizados por él y sus compañeros para abrir la emisora. A su izquierda, el estampado vestido de la cantante María Santos Stella, destacaba entre los sencillos trajes de sus compañeras. De inmediato, todos salieron del recinto para dar paso a la Banda del Estado, igualmente conducida por Rivera Useche. De memoria, los músicos interpretaron el Himno del Táchira, partitura de Miguel Angel Espinel. Sucinto en sus palabras, González Lovera dio paso a su amigo el profesor Lorenzo Monroy, subdirector del Liceo Simón Bolívar, para que ofreciese otro mensaje.
Dijo, el también locutor, que "raras veces la iniciativa privada logra cristalizar en óptimos resultados como el caso del montaje de la nueva emisora tachirense que se ha instalado en esta ciudad.
Los que hemos seguido los pasos para lograr culminar esta labor – merecedora de los más cálidos elogios – sabemos lo que significa instalar una emisora cuando se carece de los medios que esta empresa acarrea.
Pero he aquí que los obstáculos fueron vencidos y lo que otrora fuera un mudo y elemental proyecto devino en una realidad concreta".
Una obertura ejecutada por la banda dio comienzo al programa musical continuado por el orfeón. Seguidamente, la señorita Evelia Rey Cubillos, directora de la Escuela de Música del Estado presentaba su conjunto de mandolinas, y Luis Eduardo Vera Cote, destacado violinista, se puso al frente de la Orquesta Pro Arte, que Ramón y Rivera había fundado en 1939, el año del estreno de Brisas del Torbes.
Unos artistas acompañaron las voces de Olivia Padilla, Ligia Uzcátegui, Hermas Ostos y Jesusita Santana en una serie de canciones, dando paso a un barítono, José Nápoles, cantando "Granada" de Agustín Lara, acompañado por la profesora Rey Cubillos en un piano vertical que su hermano Alberto había vendido a la emisora.
Una radio que se ufanara de ser tal requería de un piano.
Cerca de las ocho de la noche, la más afamada orquesta de baile del Táchira, la "Tropical Boys", dirigida por Humberto Morales e integrada en su mayoría por músicos de la banda, acompañó a la cantante Ofelia Moreno, cuñada del profesor Rivera Useche.
El programa siguió con los conjuntos típicos "Delicias" y "Unión". A las ocho y media, exactamente, se dio comienzo al primer espacio comercial de la estación. La "Tropical Boys", orquesta exclusiva de la novel emisora, ponía a todos a bailar con su acoplada síncopa.
Las guarachas fueron cantadas por Luis Suárez, "el ciclón de la montaña", mientras que los amorosos boleros salieron de la voz de un muchacho de San Cristóbal, guitarrista y locutor, Jesús "Chucho" Corrales.
Sinecio Gil García fue el primer operador y una confusión, aún no aclarada, no permite decir con certeza, si fue Luis Humberto Rueda o José Díaz Figueredo el primer locutor. Algunos dicen que Rueda presentó a la "Tropical" y Díaz Figueredo dio la bienvenida, abriendo la transmisión antes de la bendición del padre González Cudeiro.
Es cierto, sí, que Rueda, oriundo de Capacho, donde nació en 1923, creó el slogan de "Ecos del Torbes, su emisora predilecta". Cuando Ecos cumplió 25 años, en 1972, un reportaje de "Diario Católico", realizado por el periodista Alexander Contreras daba la primacía histórica a Díaz Figueredo, luego de una entrevista a González Lovera, sin que éste lo desmintiera. Escribió, Contreras, que "a las 6 pm, un joven locutor, José Díaz Figueredo salía con su voz a través de las ondas hertzianas, para identificar una nueva estación radiodifusora: "Esta es Ecos del Torbes, transmitiendo en potencia de un kilovatio, por onda corta y a través de la frecuencia de 1.550 kilociclos, desde San Cristóbal, capital del Estado Táchira". Díaz Figueredo era uno de los iniciales socios de la estación.
Los siete meses transcurridos desde la primera referencia publicada de la nueva emisora no fueron nada fáciles.
Ese de 1947, había sido un año convulso, de grandes diatribas en la política nacional. Rómulo Betancourt presidía Venezuela desde el 18 de octubre de 1945, dentro de un proceso llamado "la Revolución de Octubre" que derrocó al gobierno del tachirense Isaías Medina Angarita. Acción Democrática y una logia de militares detentaban el poder surgido de un golpe de Estado.
Para darle la debida legitimidad, fue convocada una Asamblea Nacional Constituyente, instalada el 17 de diciembre de 1946 bajo la presidencia del jurista y poeta Andrés Eloy Blanco.
Los candentes debates de ésta ocupaban la atención de todos. Allí estaban tres curas tachirenses como diputados: José Rafael Pulido Méndez, José León Rojas Chaparro y Carlos Sánchez Espejo. Los dos últimos estarían estrechamente vinculados a Ecos del Torbes
. En el momento de estos comicios, González Lovera ejercía como vicepresidente de la Junta Distrital Electoral de San Cristóbal, encargado de la presidencia.
El Táchira era gobernado por el abogado Leonardo Ruiz Pineda, amigo de González Lovera, con quien abriera en marzo de 1944 la editorial Mundo Libre. Al mes lanzaron el diario "Fronteras", dirigido por Ruiz Pineda, teniendo como asistente a González Lovera, quien devengaba para la época, un jugoso salario con el que pudo hacer las economías necesarias que permitieron el surgimiento de la emisora.
La apertura de la emisora ese sábado 9 de agosto, implicaba toda una proeza.
Las calles de la ciudad se abarrotaban con los mítines de los partidos Acción Democrática y Copei.
Una misión económica presidida por Juan Pablo Pérez Alfonzo, encargado del Ministerio de Fomento volvía a Caracas con las tablas en la cabeza al pretender industrializar al Táchira.
Los choferes de autobús protestaban con su primer paro y el gobierno de Ruiz Pineda emitió, el 11 de marzo de 1947, un decreto para conmemorar los cuatrocientos años del Descubrimiento del Táchira. Se recordaba la expedición iniciada en 1547, desde El Tocuyo, encabezada por el conquistador español Alonso Pérez de Toloza.
Una serie de obras fueron decretadas sin cumplirse alguna.
El embajador norteamericano Frank Corrigan y el magnate Nelson Rockefeller visitaron la región con pretensiones económicas no logradas y Blanca Uzcátegui, una niña procedente de una rica familia rubiense era coronada reina de los festejos cuatricentenarios.
Sólo dos iniciativas privadas se mostraron como un avance tangible, la Embotelladora Central, logro del empresario Luis Jugo Amador que inició la elaboración de Coca Cola en el sector de La Guacara de San Cristóbal, y Ecos del Torbes.
Por lo demás, todos los planes oficiales no pasaron de la colocación de primeras piedras, desfiles, melifluos discursos y coronaciones.
Ese sábado de inauguración, en la casona del sastre Antonio Leal, ubicada en la calle nueve Nº 55 del centro de la capital tachirense, la alegría era general.
Pasadas tres horas de transmisión, llegó el momento de apagar los equipos monitoreados desde la planta transmisora ubicada en la calle 9 con la carrera 20, en otra casita alquilada.
Un curioso regalo había llegado a los estudios. Los presos de la Cárcel Pública, ubicada en la moderna sede de La Concordia habían enviado una alfombra tejida.
El periodista Mardonio González diría años después, que ésta significaba "el símbolo de la conjunción de la emisora con el pueblo". Desde ese momento ha sido así
JOSE DIAZ FIGUEREDO, HERMANO DE MI MADRE MARUJA DIAZ FIGUEREDO DE DAZA ERA UN COMERCIANTE QUE INVIRTIÓ EN LA COMPRA DE LOS EQUIPOS DE LA EMISORA Y FUE ASÍ, SOCIO FUNDADOR DE LA EMISORA, MI MADRE ERA OPERADORA DE LA VOZ DEL TÁCHIRA.Parte de la historia RADIALde mi Táchira querido.Y como dicen para no perder la Costumbre yo como Productor Nacional Independiente fui el primer locutor de la Emisora Mantellina 99.9 ubicada en la Población de Palmira Municipio Guásimos del Estado Táchira
Jose Diaz Figueredo interpretaba un personaje junto a Chacón llamado Radiolo y Chacón interpretaba a Pitoco, todos los días a mediodía realizaban su programa de corte humorístico.
José ""Balbino"" era un comerciante y recuerdo que tenía una camionetica como un moto grande con cajón donde colocaba la propaganda que anunciaba por las calles junto a su parlante Propaganda móvil quizá pionero de la publicidad en el Táchira vivía en la calle 16 frente a la entrada del Hospital Vargas.
NO SE DEBE SER DÉBIL, SI SE QUIERE SER LIBRE