¿Se acabará el burdel, el domingo por la noche?

¿Cómo te llamas, noche de esta noche?

Dime tu nombre.

déjame tu santo y seña

para que yo te reconozca

siempre

a través de otras noches diferentes

¡y pueda llamarte gozoso,

trémulo,

por tu nombre!

(Emilio Ballagas)



Una noche, por cierto, no tan romántica como la que dibuja Emilio, en el hotel holandés, donde nos hospedábamos varios turistas latinos y anglosajones, uno de ellos nos contó en tono pícaro, que una noche invitó a un amigo de Galicia a visitar uno de esos tradicionales lupanares que el viejo sistema ofrece como manjar de libertad a los visitantes de Ámsterdam. En principio el joven invitado rehusó visitar tan profano sitio, pero al fin accedió y acompañó a su amigo.

No había transcurrido más de media hora de haber ingresado al prostíbulo, tiempo corto ha, que palabrotas y aromas tocaban sus sentidos, cuando nuestro amigo, le preguntó al invitado como se sentía en ese lugar. Fue entonces cuando por primera vez, el inexperto chamaco, abrió la boca para decir: no todo está mal, sin embargo siento que aquí hay susurro y olor a put…No había terminado de pronunciar tan ingeniosa sentencia, cuando su interlocutor entre el asombro y la contrariedad exclamó: dime una cosa, hijo de idem, ¿a que otra aroma te va a oler…?

Como en la anécdota que acabo de relatar, también, en el mundo empresarial, generalmente, no siempre determinados olores que allí se despiden, son gratos para la gente honesta y laboriosa. Comprar fuerza de trabajo y talento para vender productos e ideología de rancio egoísmo e individualismo, ha sido la constante para la mayoría de los grupos empresariales que anuncian e intermedian en la publicidad para emisoras de radio y T.V. Lo común es que los empresarios del espectáculo, estén en sintonía con los intereses de los grandes empresarios nacionales y transnacionales que pagan para posicionarse del mercado y hacer pensar a la gente en función de sus intereses.

Anunciantes, publicistas, productores independientes y dueños de los medios de comunicación, son un cuadrilátero que en el mundo privado de la economía y las finanzas han venido marchando armónicamente, pues a casi todos los mueve el afán de lucro abundante y fácil, a costa de los trabajadores y de un público que siendo o no cautivo, en buena parte tiende a dejarse manipular sobre la base concursos, lágrimas, deseos reprimidos y otra serie de presiones psicológicas e inclusive de mensajes subliminares que no siempre son fáciles de rechazar. ¿Por qué este canal llegó al extremo de publicitar todas las noches el comercio de la prostitución sexual? ¿Será porque este tipo de prostitución se queda pequeña ante las típicas maniobras gansteriles que se utilizan para burlar el derecho de los trabajadores y de los niños venezolanos? ¿Será cierto que algunas televisoras facturan durante el año más de 300 millardos de bolívares? ¿Será verdad que en múltiples oportunidades algunos medios han evadido impuestos o han presionado a la mayoría de los gobiernos para que las leyes tributarias sean complacientes con sus intereses? ¿Qué hay de cierto que algunas empresas cuando producen novelas y similares para el exterior, se aprovechan de los convenios para evitar la doble tributación y de esta manera tributan menos que otro tipo de empresas?

¿A Cuántos talentos y ciudadanos comunes nos hubiese gustado opinar y ayudar a construir un país con soberanía e igualdad social? ¿Porque un par de familias adineradas y financiadas por el gran capital evitan que el pueblo se exprese diferente a la manera de pensar y actuar de estos neoliberales comerciantes? ¿Dónde ha venido quedando la Ley y su correcta y justa aplicación?

Mientras tanto, el gobierno venezolano, liderizado por el Comandante Chávez, en cumplimiento de las normas legales en materia de concesión del espectro radioeléctrico y en resguardo de los intereses de la mayoría de la población, decidió no prorrogar el privilegio que durante más de medio siglo, un grupo familiar se apropió, en función de acumular capital y otorgarse ellos mismos “la libertad de expresión”, excluyendo a la inmensa mayoría de los venezolanos de opinar y actuar en ese medio. Indudablemente que estamos en presencia de un paso trascendental, no porque se haya necesitado generar grandes normas, sino porque por primera vez se tiene el coraje de enfrentarse a los múltiples oligarcas nacionales e internacionales que con su torpeza de siempre manifiestan su prepotencia con el ánimo de doblegar la voluntad soberana de un pueblo.

Es importante aclarar, que la mayoría de los trabajadores y talentos que trabajan en los medios de comunicación privados son gente honesta y profesional que merece nuestro respeto y consideración, los que por cierto no tienen nada que ver con la tendencia al latrocinio y al ambiente de lupanar que los dueños del capital les gusta darle a su negocio. De lo que se trata es de romper con esos viejos esquemas de complaciente injusticia que dañan la imagen tanto de los empleados como de los usuarios. Ya es hora de comenzar el rescate de la dignidad nacional en todos sus estamentos. Es necesario y urgente que todos luchemos porque ese olor característico, más temprano que tarde se vaya erradicando de Venezuela y del mundo. Sabemos que todavía queda mucho por hacer, que el próximo domingo no se terminará del todo con este tipo de “fiesta”, pero estamos seguros que se habrá dado un paso fundamental para que los “mercaderes del templo” vayan recogiendo sus tenderetes millardarios y aprendan a respetar las instituciones y a la gente de este país....mientras tanto, cerremos estas reflexiones augurándoles a los directivos de TVES todo género de éxitos en tan loable reto y recordando un pequeño fragmento de nocturno tuyo del poeta Ballagas: Déjame tu santo y seña, para que yo te reconozca, siempre a través de otras noches diferentes...

yovic01@cantv.net





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Yolí J. Núñez


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