Vanessa Davis no sólo se merecía sin lugar a cuestionamiento alguno el Premio Nacional de Periodismo; sus agudas entrevistas, obligaban a su interlocutor de la más hábil capacidad de conocimiento y veracidad, para no ser descubierto por la Sra. Davis.
Hace unos días creo que, se encontró con un de los tantos difíciles entrevistados, no recuerdo el nombre, creo chileno, defensor del proceso bolivariano, tenía tantas cosas que decir, difícilmente paraba de darnos ilustraciones, sin embargo las pautas marcadas la obligaban a retomar el control de la entrevista y lo hizo con un maestría excepcional.
Nunca la vi lanzando improperios, injurias y escupitajos como uno que pasó a la historia y que si aún persiste, tarde temprano el sentido común de la gran mayoría de los venezolanos no, lo llevarán a desaparecer.
Vanessa, es “inquisidora” con cualquier persona que llegue, si es “revolucionario”, aún mas indagadora, ay que no se le ocurra decir algo impropio de su intachable bagaje de sanos principios.
Felicitaciones a María Teresa Gutiérrez igualmente por esa tan merecida Mención Especial, sería hace unos pocos días que la viera casi perdiendo su habitual compostura ante tanta mentiras que decía “los estudiantes” que nos tienen fastidiados de tanta marcha por defender lo indefendible, con argumentos contradictorios. Mentirosos.
No se pueden premiar a todos, Jorge Arreaza, Ernesto Villegas, con los cuales se comienza una semana aún cuando entreviste a un opositor diciendo toda clase de mentiras, logra hacernos pasar una bella mañana con su habilidad para colocarlos en su sitio. Y la espectacular Tania Díaz, ¡espectacular por periodista! que con el anterior compañero y ahora con el actual, Aristóbulo, logra imponer su carácter de periodista de calidad, mesura y de brindarnos información y opinión oportuna y veraz.
En todos esos programas, no se aplican tácticas faltas de ética, como es colocar mensajes fuera de contexto, bien sea del Señor Presidente o de cualquier otra persona colocado detrás de una pantalla de televisión, imágenes que incluso al seguir el entrevistado dando su exposición se mantenía rodando, menospreciando o alabando al el entrevistado sujeto del programa. Este era empequeñecido en un recuadro e imágenes contrarias eran la información importante, el mensaje que las televisoras fascistas hacían y siguen algunas haciendo. Otra táctica, asquerosa la constante vociferadora actitud, dejando sin habla al interlocutor. Se medio salva Carlos Croes. Los demás pura basura.
Estoy muy orgulloso de todos esos periodistas, de los mencionados y de los que están creciendo en nuestro proyecto de vida socialista, muy lejos de esos estólidos que preguntan y dan la respuesta de la oposición incluso lo vimos hasta en el exterior en ese nefasto Antena 3, con esa moderadora descaradamente sesgada.
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