El pròximo 27 de junio es el Día Nacional del Periodista y ya se anuncian dos movilizaciones. Una, promovida por factores opositores, bajo la premisa de que en Venezuela no existe libertad de expresión y de que estamos a las puertas de un règimen dictatorial. Y la otra impulsada por los partidarios del proceso bolivariano que encabeza el presidente Hugo Chávez. A ambas marchas asistirán no sólo periodistas. El debate sobre la existencia o no de libertad de expresión e información en nuestro país va para largo.-
Y es lógico que así sea. Es un tema crucial para el país, sobre todo porque hay por estas tierras mucho de doble discurso en cuanto a esta materia. Los que guardaron silencio durante largos años de dictadura mediàtica, los que desde el Congreso cedieron al chantaje de propietarios de medios que jamás aceptaron la organización gremial y mucho menos la existencia de una Ley de Ejercicio del Periodismo; los que ayer con su lapicero rojo censuraron impunemente a la prensa nacional, durante el período de suspensión de garantías que se vivió en medio del segundo gobierno de Carlos Andrés Pèrez. Esos, dénlo por hecho, estarán en la marcha de protesta por la no renovación de la concesión a RCTV.
Seguramente irá mucha gente que realmente cree que la no renovación de una concesión es en sí misma un atentado a la libertad de expresión. Están en su derecho. Pero deben saber que marcharán junto a los que vetaron al ex presidente Luis Herrera Campíns por atreverse a eliminar la publicidad de licores y cigarrillos de los medios audiovisuales; junto a los promotores del silencio informativo que vivió Venezuela durante las pocas pero terribles horas que duró la dictadura de Pedro Carmona Estanga, y junto a aquellos que utilizaron las concesiones otorgadas por el Estado para promover acciones de sabotaje económico que se tradujeron en pérdidas de empleo y quiebre de empresas.
No se trata entonces de una marcha para levantar consignas auténticas del periodismo venezolano. Se trata de colocar las siglas del Colegio Nacional de Periodistas y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa al servicio de los intereses de una empresa privada que, por su comportamiento antidemocrático, violento y desestabilizador, no recibió el beneficio de la renovación de su concesión. Es una movilización que se inscribe en una agenda política que ya tuvo sus fracasos rotundos en la OEA y en la intención de reproducir el escenario violento y guarimbero que vivimos en los dos años siguientes al golpe de Estado de abril de 2002.Y que también fallará en los intentos por hacer de la Copa América un escenario para tratar de calentar el ambiente político
Sé que muchos colegas discrepan de este punto de vista y tienen derecho. No los acuso de ser de la CIA o de trabajar de gratis para el imperialismo. Sí lamento que por una postura crítica a todo dar contra el gobierno de Chávez algunos dirigentes gremiales que en el pasado supieron guardar prudente distancia frente a gobiernos y a los propietarios de medios hoy aparezcan de manitas agarradas con los verdaderos adversarios históricos de la libertad de expresión. Con los que siempre se opusieron ferozmente a cualquier iniciativa de la vieja Asociación Venezolana de Periodistas, del CNP y del SNTP destinada a promover los derechos de los trabajadores de la prensa y por conquistar espacios democráticos en materia de libertad de expresión e información.