Desde hace ocho dias está fuera del aire el programa Contrapeso, que conducíamos Idania Chirinos y este servidor a través del Canal I. Se nos dijo el lunes de la semana pasada que la decisión obedecía a la necesidad de reestructurar el espacio, y que esto demoraría tres o cuatro días.
Nunca se nos explicó por qué habría de ser reestructurado un espacio que contaba con altos niveles de audiencia, y que había generado en los televidentes la certeza de que se podía contar con un programa que no estuviera sometido al tedio y la monotonía que impone la polarización política y mediática.
Contrapeso nació precisamente para darle cabida al debate entre quienes piensan distinto, y bajo la conducción de dos periodistas con visiones políticas totalmente diferentes. Y por las reacciones de indignación que hemos encontrado en la calle debido a este apagón , podemos decir con satisfacción que estábamos dando en el clavo y respondiendo a una necesidad de vastos sectores de venezolanos cansados de la unanimidad pro gobierno o pro oposición de otros canales. De hecho, la promesa básica de Contrapeso estaba asociada a la promesa básica del canal I, la búsqueda del equilibrio.
A alguien le molestó la idea de una programa de estas características, o una opinión expresada por alguno de los invitados o alguno de los conductores del espacio. Alguien o algunos no se sienten a gusto con posiciones que pongan en duda lo que se consideran verdades absolutas. Pues ciertamente Contrapeso nació para defender el derecho a dudar tanto de lo que dice el gobierno como de lo que dice la oposición, y para garantizarle a la audiencia el tratamiento equilibrado de lo que acontece en Venezuela y en el mundo.Y creo sinceramente que tanto Idania como yo hicimos nuestro trabajo.
Si, como se ha dicho, y se puede presumir, mis puntos de vista críticos frente a un gobierno y un proceso que he apoyado y de los cuales me siento corresponsable tienen algo que ver en este asunto de la reestructuración del programa, pues no me queda más que decir que no soy reestructurable en cuanto a mis principios políticos, personales y profesionales , y que si el precio a pagar por reivindicar mi derecho a expresar lo que pienso es la del aire, pues ni modo. No ha sido ni será la última vez que esto ocurra.. El poder, en cualquiera de sus presentaciones, y el periodismo, cuando no se convierte al aclamacionismo y la incondicionalidad, siempre tendrán su zona de conflicto.
Me queda la satisfacción de saber que tanto Idania como yo respondimos al reto que nos planteamos al inicio de este espacio en enero pasado. Desde el punto de vista profesional no creo que haya razones para algún reproche. Si así fuere estamos abiertos a cualquier discusión al respecto.
Los reclamos en el terreno de las posiciones políticas de cada quien también son bienvenidos. En lo que a mí respecta, estoy acostumbrado a escuchar lo que dice la gente cuando llama a Unión Radio. Ojalá que quienes promovieron y quienes adoptaron la decisión de sacarnos del aire también se tomaran la molestia de oír el reclamo de la audiencia de Contrapeso, y de ponderar el daño que, lamentablemente, se le está haciendo a un canal que nació proclamando su compromiso con el equilibrio informativo.
Agradezco de todo corazón las expresiones de solidaridad que hemos recibido en el ámbito gremial, político y de los sectores vecinales, estudiantiles y populares, más allá de sus posiciones políticas, y muy especialmente de los trabajadores del canal, que nos han manifestado su inconformidad con esta infeliz determinación.
