El denominado “derecho” a veto, “Es un privilegio absurdo, excesivo, obsoleto y antidemocrático. No está de acuerdo con la situación internacional actual. Que existiera el veto como existe actualmente es algo inconcebible y no resiste ningún análisis justo”.
Inocencio Félix Arias Llamas
El mundo ha contemplado, pasmado, cómo los organismos oficiales, vinculados a las Naciones “Unidas”, portando ayuda médica y humanitaria, deben pedirle permiso a los verdugos para que los dejen entrar a asistir las víctimas del perverso ataque que el Estado más pequeño y mejor armado del Medio Oriente, con la bendición absoluta de los líderes de Occidente y de la ex República de los Estados Unidos (el término lo extrajimos de la interesante tesis del historiador Estadounidense Dr. Richard Dolan), proveedor de su tecnología destructiva, incluyendo un número indeterminado de bombas atómicas y quién sabe cuántos instrumentos más de muerte, como las famosas bombas termobáricas ensayadas por los Ingleses en contra del pueblo afgano… perverso ataque – repetimos – dirigido a hacer desaparecer la resistencia y al pueblo palestino, de la faz de su propio país, elegido por la prepotencia de los líderes occidentales (léase, principalmente, Inglaterra y Estados Unidos) para albergar el primer Estado artificial (impuesto por decreto) de la Tierra.
“… Para usar la fuerza internacionalmente se necesita el permiso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, requiriéndose, para ello, como mínimo, el voto afirmativo de 9 de los 15 miembros del Consejo y, además, que no exista voto en contra (veto) de Estados Unidos, China, Francia, Rusia, ni del Reino Unido, que son los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad”…
No es la primera vez que las Naciones “unidas” se humillan ante los poderosos de Occidente, en este caso los países con “derecho” a veto, así esta Organización sui generis esté integrada por más de 190 países más o menos “independientes”, ni será la última mientras prevalezca ese mal llamado derecho, aberrante y antidemocrático, que no es otra cosa que una dictadura establecida dentro de la única estructura del mundo donde debería funcionar verdaderamente el respeto a los hombres y a las naciones, respeto que, precisamente, esos mismos países occidentales invocan cada vez que se disponen a utilizar su doble rasero, para atropellar a los débiles.
Pudimos ver, por enésima vez, de qué manera se doblegan los países ante la prepotencia absurda de los poderosos (léase poseedores de bombas atómicas y demás armas de muerte) con derecho a veto, en las palabras del representante de una pequeña nación centroamericana, que es uno de los 16 miembros-pantalla del Concejo de Inseguridad, justificando la tardía e inútil resolución, aguantada a punta de vetos imperiales hasta que el número de muertos se aproximara al “objetivo”, como denomina el “país” ocupante a la cantidad programada de muertos que debe poner ese pueblo sitiado que es el palestino. Una vez lograda la demora a punta de vetos, se negoció la “resolución” sin fecha de retiro, una ves más en aras del “objetivo”, con la venia, prácticamente, del mundo entero y la honrosa excepción del gobierno venezolano.
Así como la mayoría los países latinoamericanos y del Caribe se reunieron para deliberar digna e independientemente en Brasil, involucrando a Cuba, país satanizado y execrado por el imperio, superando el sometimiento histórico de la OEA a la voluntad de ese mismo imperio, pensamos que ha llegado la hora en que las naciones de la Tierra deben levantarse contra esa dictadura virtual que opera dentro de las mal llamadas Naciones “Unidas”, creando una Asamblea paralela de naciones, verdaderamente digna y democrática… ¿A quién se le ocurre asociarse para que un pequeño grupo de países poderosos (léase poseedores de armas de muerte), que no representan ni tan siquiera el 3% de las naciones de la Tierra, decidan lo que ellos exclusivamente quieran, precisamente en las situaciones donde la decisión de la verdadera mayoría es absolutamente indispensable?
El Consejo de Seguridad lo componen 15 países, pero solo cinco con poder de veto, lo cual significa que pueden ir contra la voluntad del resto si así lo quieren… ¿es justo ese privilegio? Los países con derecho a veto (Rusia, Estados Unidos, China, Francia e Inglaterra), señalando que la situación de Rusia y China es excepcional, ni siquiera se dignan argumentar su decisión cuando la adoptan, encubriéndose entre ellos, como en este caso de Israel y su agresión, ya universalmente condenada por los pueblos independientes del mundo.