Hago la aclaratoria de que este escrito está dirigido a los trasnacionales más allá de las fronteras de mi país, para desmentir a la arremetida mediática furibunda y fundamentalista, anarquista y apátrida, que se empeña en presentar a Venezuela como un paraíso de delincuentes y como un lugar donde se violan los Derechos Humanos ante la ausencia de justicia
La primera semana del mes de abril del 2009 se inicia con dos noticias que alimentan la llama de la violencia mediática que inunda los hogares de los venezolanos: el AUTOSECUESTRO de Manuel Rosales, alcalde de Maracaibo, y la sentencia de los inculpados en los asesinatos ocurridos en el Golpe de Estado del 11 de abril del 2002.
Dos sucesos vinculados entre sí, puesto que Rosales, líder de la oposición en Venezuela, apoyó el Golpe contra el Presidente Chávez donde se asesinaron a mansalva a 19 venezolanos en la avenida Baralt, cuando la policía metropolitana, equipada hasta los dientes con armamento de guerra, intercedió a favor de la marcha opositora que se dirigía a Miraflores, con la orden expresa de disolver a sangre y fuego a los ciudadanos afectos al gobierno que se habían apostado en el Puente Llaguno para defender a su Presidente.
Apenas se conoció la sentencia de 30 años para los comisarios de la metropolitana, esos medios de comunicación arremetieron sus baterías contra la JUEZ y el FISCAL de la causa, con la clara intención de exponerlos al escarnio de la oposición idiotizada por el morbo de la información sesgada y manipulada, y además dejar claro ante las instituciones oficiales y el público en general, que aquí en Venezuela no manda la justicia sino la Ley de los medios de comunicación.
¡De pronto! Son ellos, los dueños de los medios, quienes inclinan la balanza de la justicia, al intentar convencen al público, absorto por el bombardeo mediático por prensa, radio y televisión, que la JUEZ sentenció sin pruebas y el FISCAL acusó por orden del Presidente Chávez
No importa si las pruebas fueron sopesadas en el juicio; no importan los muertos por las balas de francotiradores apostados en los edificios; no importan las escenas de policías disparando rifles y ametralladoras; no importa quien dio la orden para armas a los policías; no importa que los comisarios eran los responsable por la actuación de los efectivos; son los dueños de los medios quienes sentencian ¡¡¡quien es culpable y quien es inocente!!! y si las pruebas son o no suficientes. Ya lo habían logrado con éxito cuando el Tribunal Supremo de Justicia en el juicio que se les hizo a los militares golpistas sentenció de manera inaudita:
¡¡¡Aquí no hubo Golpe de Estado!!!
Lo que sí hubo fueron militares preñados de buenas intenciones
Una burla a la justicia de un Golpe descarado que todo el pueblo venezolano sufrió pero que los jueces no vieron, y cuya sentencia celebraron los dueños de los medios de comunicación, alabando a los jueces por tan “original sentencia para justificar la injusticia”
Pero ahora que no se salieron con la suya, paralelamente a la campaña mediática en contra de la justicia venezolana, se arma otra ofensiva de manipulación de masas con la participación del Episcopado como un brazo conspirativo de la oposición en Venezuela, donde el Monseñor Urosa Sabino se presenta como el vocero de la iglesia para vociferar en cadena nacional, que los comisarios son inocentes y que la JUEZ sentenció sin pruebas.
¿De qué se trata toda esta alharaca mediática de 24 horas?
Escarmentar a los fiscales y los jueces, en una clara y amenazante advertencia de lo que les puede pasar en el futuro si no se someten a la justicia de los medios de comunicación, en momentos en que la fiscalía está sustanciando los expedientes en contra de Manuel Rosales por corrupción, y de algunos dueños de medios y periodistas, que actúan como actores políticos violando la Ley para favorecer a la oposición furibunda y anarquistas que apuesta a la quiebra económica del país, se empeñan en presentarnos ante el mundo como un lugar donde se violan los Derechos Humanos, celebran la caída de los precios del petróleo, se jactan de apátridas que hacen lobby en todos los escenarios internacionales para desacreditar al país, y pretende crear un velo de impunidad para justificar la huída de Manuel Rosales para no enfrentar a la justicia.
Es la Justicia de los Medios que lucha por imponer su poder mediático para someter a la Justicia de Ley
“El derecho de expresar sus pensamientos, y opiniones de palabra, por escrito, ó de cualquier otro modo, es el primero y más estimable bien del hombre en sociedad. La misma Ley jamás podrá prohibirlo pero tendrá poder de señalar justos límites, haciendo responsables de sus impresos, palabras y escritos, a personas que abusaren de esta libertad, y dictando contra este abuso penas proporcionales”… Simón Bolívar