Acabo de leer el artículo
“Pésimo trato de las operadoras nocturnas de Movilnet” (http://www.aporrea.org/
Quienes laboran allí (denominados ejecutivos de atención al cliente o simplemente como RAC) tienen diversos parámetros de medición de “eficiencia”, uno de estos parámetros mide el tiempo promedio en que el ejecutivo atiende un requerimiento de un cliente cuando llama; si este promedio está por encima de los baremos que se manejan en la empresa, esto conlleva una amonestación para el ejecutivo. En razón de ello, el trabajador siente una presión de constante de ajustarse a este y otros parámetros de medición en lugar de concentrarse en atender con eficiencia, por cuanto de eso depende su permanencia en el puesto.
En mi caso particular
debo confesarles que me llegó a agradar el trabajo, puesto que me gusta
atender público y satisfacer en la medida de lo posible sus requerimientos.
El lado gris del asunto es el trato que dan las empresas de recursos
humanos a los ejecutivos: malos tratos, pagos incompletos o impuntuales,
descuentos en nómina detallados como deducciones para la seguridad
social del trabajador (LPH, IVSS) que no son dirigidos a donde deben
ir, entre otros. Existe una soterrada política de exclusión a las
mujeres embarazadas por ejemplo o a madres con niños pequeños, esto
lo digo con pleno conocimiento de causa. Los contratos son hechos a
tiempo determinado por lo cual, cualquier reclamo que legítimamente
tenga a bien hacer algún trabajador puede acarrearle la no renovación
del contrato, bajo excusa de falta de rendimiento u otro vericueto que
puedan imaginarse. No olvidaré el día que decidí retirarme del centro
de llamadas: me sentía muy bien y con mucha disposición para el trabajo,
la noche anterior había recibido dos calificaciones de 100 puntos en
atención al cliente, también había ganado derecho a un bono de asistencia
por no haber faltado justificada o injustificadamente al trabajo y de
manera puntual durante dos meses, también un bono por estar dentro
de los parámetros de medición de tiempo de atención, en fin, había
calculado que mi quincena daba algo así como 650.000 Bs. de los anteriores,
algo que para un estudiante en la ciudad de Mérida, permitía rebuscarse
un poco y solventar sus gastos. Al llegar al cajero y solicitar el saldo,
este arrojó el monto depositado: 210.000 Bs. … Intrigado y con la
seguridad de que se trataba de algún error me dirigí a la oficina
de recursos humanos de mi contratista, pacientemente esperé que me
atendiera la persona encargada quien se encontraba muy entretenida charlando
por teléfono y le expliqué la situación. Prácticamente ignoró mi
reclamo aduciendo que el sistema no se equivoca y que si había algo
irregular tenía que pasar otro día en el horario en que precisamente
laboraba!! Al salir comenté la situación con otra persona que llevaba
mucho más tiempo que yo trabajando y me dijo: “acostúmbrate, así
son las cosas así y mejor no reclames mucho porque después no te renuevan
el contrato”… Todo esto ocurrió en el receso de la jornada de trabajo.
Luego, con todo esto en mente regresé a seguir atendiendo llamadas
hasta las 11 de la noche. No justifico de forma alguna que una persona
sea maltratada por alguno de estos operarios u operarias, pero imagínense
por un momento que motivación pueden sentir estas personas para brindar
un trato de calidad cuando ellas mismas son tratadas de semejante forma.
¡Una sociedad Socialista
no puede seguir permitiendo situaciones como estas, de maltrato al trabajador
e irrespeto a su entorno de trabajo, mucho menos aún en una empresa
del Estado!!.
Saludos Camaradas.
Patria, Socialismo o Muerte… VENCEREMOS.
cesar_albornoz29@hotmail.com