Los muros, murallas, cercas, vallas, obstáculos y otros elementos físicos que impiden el paso y la relación humana siempre han existido, ya para la defensa como para la obstrucción propiamente y también para preparar ataques.
Un ejemplo lo representa la Muralla China de 620 kilómetros de extensión y construida hace unos 2500 años durante la dinastía Qin Shi Huangdi y su función era netamente defensiva contra los ataque de los mongoles. Otra, El Muro de Berlín que dividió, en pleno siglo XX al pueblo alemán durante La Guerra Fría. En Libia, durante la resistencia de Omar Muhtar, la Italia fascista, construyo uno en el que al final consiguió la muerte el líder de la resistencia.
En el Sahara Occidental, Marruecos ha implantado uno de 2.500 kilómetros conformadas por barrenas de piedra y arena fortificadas, minadas y alambradas y hoy vigiladas por más de 160 mil soldados con arsenal bélico relativamente sofisticado. El reino de Arabia Saudita construye otro a lo largo de la frontera con Irak con una longitud de 614 kilómetros y con un costo de 12 billones de dólares. Por cierto, al sur del reino Saudí se construyo otro que los separa de Yemen.
Entre la India y Bangladesh se construye un muro para defenderse de los terroristas y así mismo, construye otro con la frontera de Cachemira de 550 km con una fuerte carga eléctrica. Estados Unidos separa su territorio del pueblo Mexicano a través de uno que llaman “el de la vergüenza”, solo para evitar el paso de inmigrantes de Centroamérica. Brasil, a la calladita levanta uno que separa a la ciudad Foz de Iguazú y la Ciudad del Este paraguaya.
La España, “solidaria” ella, construyo uno que separa las poblaciones de Ceuta y Melilla de la población africana. Y en Irlanda del norte, un murallón de 20 km separa a católicos y protestantes, construido por el gobierno británico. El ultimo, el que el Estado sionista israelí levanto para separar ciudades en Palestina, uno de ellos destruido por el pueblo para poder huir hacia Egipto.
En el mundo y en Venezuela, el capitalismo levanto y mantiene un inmenso Muro Mediático que condiciona pensamientos y acciones de millones de seres que miran la televisión, escuchan la radio y leen los periódicos pero, lo mas duro, ellos no llegan a una alto porcentaje de la población que es dominada así por la desinformación.. Mas, pasaron 10 años para comenzara tomar decisiones para controlar ese medio asesino que utiliza como arma un bien, el espectro radioeléctrico, que es todos. Pero nunca es tarde y el pueblo debe comenzar a organizarse para hacerse legalmente de mas de 400 emisoras que hoy están en manos de 8 familias.
Y para que nos servirán?. Sencillo, para difundir los logros obtenidos hasta hoy y que por esos medios jamás los conoceremos. Hacemos o no hacemos, creamos o erramos…
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