Frente al pretendido debate, que más bien fue un conversatorio light, con una agenda de preguntas que desnudan la radiografía ultraderechista y arrodillada, del régimen de mi país y sus élites, frente a los intereses estratégicos del imperio estadinense y la activa reconquista española de Prisa y Planeta, que hoy poseen las principales empresas mediáticas , se desarrolló el segundo interrogatorio a los presidenciables, con una metodología para matar el debate cuando intentara presentarse, sobre todo para abortarlo con una metodología de fórceps, en aquellos temas que urgen ser discutidos a fondo, como el modelo económico.
Lamentable que el periodismo colombiano, ahora con el aporte de Caracol, le siga apostando a la ilegalidad total, en las relaciones internacionales, a una política de desintegración latinoamericana, que tiene como objetivo macartizante permanente, unas relaciones con Venezuela, basadas en la desinformación y la calumnia monda y lironda, a cargo de personajes como Darío Arismendi, quien no tuvo el mínimo pudor, tratando de perjudicar a Gustavo Petro, en decir que, “el gobierno Venezolano, era creador de milicias para vigilar a la prensa".
Pero volviendo al conversatorio light, que esta vez al menos tuvo el tino de hacer énfasis en los centros de pensamiento colombiano, que hicieron preguntas reveladoras, como el grupo de periodistas económicos, con un interrogante que demuestra el fracaso de una política económica, con un faltante de ocho billones de pesos, debidos a una errática política de privatizaciones y concesiones a los más ricos que además de no pagar impuestos, recibieron dinero destinado a los pequeños propietarios agrícolas, logrando coronar por el contrario, la distribución de la miseria.
Hay que destacar sin embargo, la valentía y honestidad de Mockus, Petro y Pardo, frente a las preguntas hitlerianas de Arismendi, con una incitación clara a bombardear a Ecuador y a Venezuela, basado aquel, en el argumento de acabar el terrorismo – esto es, su versión enemiga- de una forma tan abyecta, que hasta los furibistas la evadieron, lo cual le sirvió a Pardo para colocarle el primer par de banderillas al torito Arismendi, cuando ante tanta insistencia, le dijo que sí él en su lugar, se atrevería a hacerlo con un terrorista internacional, que estuviera en USA, en lugar de acudir al derecho internacional.
De hecho, los únicos candidatos que respondieron con base a lo que plantean en sus propuestas de gobierno- reitero - fueron Mockus, Petro y Pardo, sin temor a encuestas y esas bellezas del marketing político: Antanas por ejemplo, fue enfático en su talante neoliberal de manejo eficiente de impuestos tipo IVA y apoyo a la parte que él, mira como buena en la reforma laboral uribista, en la medida que pueda crear los empleos, que hasta el momento no ha sido capaz de lograr, por la perniciosa condición de una economía sin soberanía y de corazón inequitativo, tema en el cual fue capitalizado por Petro.
Sin embargo, Antanas que tendió a fastidiarse y diluirse en el resto del debate, en las primeras entradas, le esquivó las banderillas a Santos y a Vargas Lleras, que trataron de acorralarlo en temas de una política de seguridad democrática al estilo de Rambo, que Antanas les desbarató con la contundencia del derecho y el estado de derecho establecido en la Constitución nacional; y por el otro, con un papayazo de Vargas Lleras, que lució sobre actuado con su pose de prócer enguayabado, metiéndose en un tema donde Antanas es fuerte, como lo educativo, saliendo los furibistas mal muy mal librados.
Lamentable que el enfoque y manejo en algunos puntos del debate, llegó a mostrar parcialidades protuberantes, como la sui generis incisividad selectiva, frente a Antanas al cual, Patiño el director de Caracol TV, trató de acorralar con juegos de palabras, luciendo por el contrario con una sospechosa mala memoria, frente a Santos por ejemplo, ante el tema de los falsos positivos, el caso Carimagua, Agrochanchullo seguro, las Zonas francas de Tom y Jerry y hasta los falsos positivos, en el cual el candidato del presidente, también fue salvado de un veto político, precisamente por un congreso amarrado con prebendas, que impuso un record mundial de corrupción y trapisondas, impuestos por el mesías del ubérrimo y difícil de superar.
Lamentable el aborto de debate, en el hasta ahora único par de banderillas que Nohemí ha puesto en estos espacios mediáticos, cuando esta vez, le fustigó a Santos, su política clientelista de seducirle figuras políticas conservadoras, tema en el cual, el toro Santos ya venía con otro par de banderillas que le había puesto Rafael Pardo, por la falsa acusación de complicidad con las FARC: Santos ante Nohemí, por un momento nos hizo feliz a los colombianos, cuando dijo que de comprobarse los ofrecimientos de ministerios, como el hecho al director del SENA, él se retiraría de la arena política.
Cómo resumen de este debate, es preocupante que el periodismo nacional haga causa común con el pentágono, promoviendo la violación a la Constitución Política de Colombia en sus artículos 9, sobre relaciones internacionales e “integración latinoamericana” (sic) y el 20 sobre el derecho a información veraz e imparcial, que atropella el señor Arismendi por falta de seriedad o lectura, cuando afirma que, las milicias, hechas para reforzar a las fuerzas armadas del país vecino, en caso de invasión vía USA, “se hicieron para vigilar a los medios”, confundiendo el papel de las mal llamadas guerrillas comunicionales, cuya labor es promover educación para el consumo de medios, evitando la incitación al odio y el magnicidio generados diariamente por Globovisión, El Nacional, RCTV y su kombo, especialistas como el señor Arismendi, en desinformar.
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