Bogotá, febrero 10 - El juez cuarto de conocimiento, José Eduardo Saavedra, aseveró que el sentido del fallo del proceso contra Alfredo Molano es absolutorio. El periodista del diario El Espectador fue denunciado por la familia Araujo de Valledupar por los delitos de injuria y calumnia, por lo escrito en su columna “Araujos Et Al”, publicada el 25 de febrero del 2007.
El juez señaló que basándose en la argumentación presentada por la defensa, el ministerio público, y el representante de las víctimas, y luego de un estudio de todas las pruebas, se concluyó que Molano no es autor de los delitos de injuria y calumnia.
“Este no es un triunfo personal sino a favor de la libertad de opinión, de la libertad de expresión que tenemos que defender unidos y es urgente hacerlo porque es un tema inquietante”, señaló Alfredo Molano, visiblemente emocionado.
La sala en que se realizó la audiencia estaba totalmente llena, entre los presentes estaba el ex procurador Jaime Bernal Cuellar, el poeta Juan Manuel Roca, y una veintena de periodistas que esperaban la decisión final.
Aunque el juez pidió que se guardara la compostura, los asistentes aplaudieron y gritaron “viva la libertad de expresión” en el momento en el que se conoció el sentido del fallo. A la salida también lo esperaba un cantante que con su guitarra, quien, apoyado por la concurrencia, cantó partes de la "Canción con todos" "Todas las voces todas, todas las manos, todas, toda la sangre puede ser canción en el viento/ Canta conmigo, canta, hermano americano, libera tu esperanza con un grito en la voz"
Molano fue demandado por calumnia e injuria por cuatro jóvenes Araújo, miembros de una poderosa familia de provincia, debido a su columna de opinión "Araújos et al", publicada en febrero de 2007 en el diario El Espectador, editado en Bogotá.
Los cuatro demandantes, de entre 25 y 30 años, se sintieron aludidos en el retrato que hizo Molano en su columna sobre el secular "modo de hacer negocios" de las élites regionales, su fuerte injerencia política y cómo salen siempre indemnes de todo ello.
Para convencer al juez, la técnica que usaron los demandantes, respaldados por la Fiscalía General (órgano de investigación y acusación pública), consistió en alterar el texto original de Molano.
Donde el columnista usó de manera sarcástica la expresión genérica "los notables" para referirse a actividades de dichas elites, la parte civil la sustituyó por "los Araújos de Valledupar", la capital del nororiental departamento de Cesar.
Dos de los denunciantes de Molano, al rendir testimonio, aseveraron que habían perdido respectivamente un empleo y un reconocimiento honorífico únicamente debido a la columna del sociólogo.
Pero la semana en que Molano escribió su comentario había rodado la cabeza de la entonces canciller, María Consuelo Araújo, después de que varios de sus más cercanos parientes fueron acusados de atentar contra la seguridad del Estado al conformar grupos paramilitares.