25 sep. CI.- Entre el 16 y 19 de septiembre, delegados de más de 60 países se encontraron en Venezuela para la Jornada Mundial Todos Somos Venezuela: Diálogo por la Paz, la Soberanía y la Democracia Bolivariana. Colombia Informa conversó con el director de ALBA TV, Pablo Kunich Cabrera, sobre esta jornada y los retos que enfrenta Venezuela actualmente.

Colombia Informa: ¿Cuáles fueron los objetivos de esta jornada de solidaridad?

Pablo Kunich Cabrera: La jornada tuvo como objetivo central demostrar la solidaridad de los pueblos del mundo con la Revolución Bolivariana ante una arremetida que venimos sufriendo como país. Un ataque mediático, político y económico por parte del Gobierno de Estados Unidos que se expresó más claro ahora en las recientes amenazas que realizó su Presidente, Donald Trump.

También nos interesaba llevar el debate en torno a esa nueva modalidad de agresión a la soberanía de los países, en particular a Venezuela. Generar un plan de trabajo, un plan de lucha para desarrollar esa solidaridad de aquí en adelante de forma permanente y constante.

Fue un espacio de debate, de encuentro y de formulación de propuestas para expresar esa solidaridad y desarrollarla.

CI: ¿Cómo fue la participación internacional en la jornada?

PKC: Participaron más de 60 países, con voceros y voceras de muchos sectores: intelectuales, líderes y lideresas, campesinos y campesinas, sector de mujeres y líderes políticos de organizaciones de izquierda. Estaban representados los cinco continentes. Fue un encuentro bien particular y diverso en su integración, y eso también habla del apoyo que tiene la Revolución Bolivariana en la izquierda del mundo.

CI: ¿Cómo ven el panorama frente las elecciones regionales?

PKC: En las últimas elecciones primarias tuvo la derecha muy baja participación. Fue un voto castigo de sus seguidores después de que convocara a derrumbar el Gobierno de Nicolás Maduro y a prender fuego al país. Durante tres meses lo intentaron hacer.

Una vez que se elige la Asamblea Nacional Constituyente, con más de 8 millones de votos, en medio de una campaña de terror que intentó evitar que la gente ejerciera su voto.

Con la Asamblea Nacional Constituyente como gran foro de diálogo, como gran espacio para debatir, proponer y resolver problemas, las manifestaciones violentas en la calle desaparecieron. Podemos decir que hay una derecha a nivel de su base muy debilitada.

En las recientes elecciones primarias que tuvo la derecha hubo mucha división interna y muy baja participación, incluso hasta los medios internacionales monopólicos tuvieron que reseñar que realmente tuvo una baja participación.

La expectativa es que tanto proceso de elección de Gobernadores como el debate y las medidas y decisiones que está tomando la Asamblea Nacional Constituyente tributen a un triunfo nuevamente de la Revolución.

En en estos momentos de guerra directa con el imperio es fundamental que el chavismo consolide o confirme su mayoría en nivel territorial.

CI: ¿Cuáles son los principales retos para los medios de comunicación en esta coyuntura?

PKC: Poder informar de manera veraz, con pruebas; desmontar las campañas de mentiras que siguen promoviendo los grandes medios de comunicación (la CNN y todo el conglomerado de medios colombianos que tienen una línea editorial de guerra contra Venezuela); desmontar esa matriz de opinión y tributar a visibilizar el protagonismo popular, todo el proceso de organización social que se ha reactivado después de un año y medio de crisis muy compleja.

Nuestro rol como medio de comunicación popular es visibilizar todo ese proceso desde la base, desde lo que llamamos aquí el Estado Comunal.

CI: Las medidas que actualmente está tomando la Asamblea Nacional Constituyente, ¿Enfrentan la crisis que vive Venezuela?

PKC: Es un proceso que va a durar dos años y tiene como uno de sus principales objetivos construir una nueva Constitución para Venezuela. En este sentido, es la segunda oportunidad que tenemos los venezolanos y las venezolanas de construir nuestra Constitución.

La ANC se eligió por municipios y por sectores. Además de garantizar una representatividad nacional desde los municipios, se logra representar vocerías de diversos sectores como comuneros y comuneras, trabajadores tantos públicos como privados, incluso empresarios y campesinos.

Las medidas que ya han comenzado a tomar tienen que ver con un nuevo ordenamiento de la Administración de Justicia. Se removió a la Fiscal General del Ministerio Público pues tenía probados casos de corrupción y de complicidad con la oposición. Ya hay nuevos fiscales que están reestructurando lo que era una verdadera máquina de corrupción y de tráfico de influencias.

Todo lo que tiene que ver con la administración de la justicia y tomar medidas para combatir la impunidad ha sido una de sus prioridades.

De todas formas, el problema que más se siente la población es el económico. La inflación que tenemos hoy en día en Venezuela es increíble, preocupante. Por solo mencionar un caso muy concreto, un kilo de queso blanco al inicio de año estaba alrededor de 4.500 bolívares y hoy está a 26.000 bolívares y subiendo.

Si bien el Gobierno ha tomado medidas para aumentar el salario y otras medidas económicas como la distribución de alimentos, es difícil competir con una inflación inducida y contra un especulación galopante. Lo que el pueblo está exigiendo es contraloría y sanciones a los especuladores.

Comenzar a quitarle peso al dólar dentro de la economía venezolana y comenzar a negociar a comerciar en otras monedas (la de la India, de Rusia y de China) es otra de las propuestas.

El proceso de la constituyente está abriendo debates en casi todas las áreas de interés del país: economía, salud, las finanzas. En lo inmediato lo que hay que atender el tema económico y el control de inflación y precios.

Si bien ya se calmó lo que fue la violencia de calle, ha recrudecido lo que la guerra económica y es lo que afecta de manera más socializada a todo el mundo, por lo menos a todos los trabajadores y trabajadoras. Esta guerra económica juega en las elecciones y seguramente juega mucho más fuerte que lo que puede jugar la oposición política.

Si hoy la guerra de Venezuela es entre la Revolución, el Gobierno y el pueblo venezolano contra los empresarios y grandes capitales, la oposición política ahí tiene un papel que se podría decir casi secundario.